Pablo Iglesias presenta su plataforma para concurrir a las elecciones europeas como una herramienta para agitar el tablero estatal de las izquierdas
Unas 300 personas hacían cola esta mañana en la calle Zurita, en Lavapiés, en la puerta del Teatro del Barrio, a pesar de que sabían que el aforo ya estaba completo. Dentro, las más de cien que sí habían conseguido entrar escuchaban a Pablo Iglesias decir en persona lo que ya había anunciado tres días antes en un plató de Cuatro: que, si reúne apoyo de 50.000 firmas, está dispuesto a presentarse a las elecciones europeas del próximo mes de mayo.
Detrás de Iglesias, en un estrado en el que por primera vez se ha podido ver el nombre y la identidad visual de esta nueva plataforma electoral, Podemos, le han arropado militantes de organizaciones como Izquierda Anticapitalista (IA) y Juventud Sin Futuro, luciendo camisetas de la marea verde y contra los recortes, y profesorado y alumnado de la facultad en la que da clase, la de Políticas de la Complutense. Entre continuos guiños a los movimientos sociales alimentados por la efervescencia del 15M, pero con la precaución de recordar que “son irrepresentables”, durante el acto se ha citado varias veces a los barrenderos de Madrid y al vecindario de Gamonal como maestros de los que aprender para intervenir en la política “desde abajo”. Durante una hora, Iglesias ha ido dando paso, con sus habituales maneras de presentador televisivo, a varias personas que han desarrollado los puntos recogidos en el manifiesto “Mover ficha: convertir la indignación en cambio político”, el que supuso a principios de esta semana la primera aparición pública de un despliegue que venía semanas rumoreándose entre la izquierda alternativa madrileña.
El politólogo y también profesor de la Complutense Juan Carlos Monedero, uno de los intelectuales firmantes, ha expresado claramente el motivo de este paso adelante: “El ŕegimen del 78 está muerto, ya es hora de enterrarlo, pero quien quiera seguir repitiendo fórmulas que ya hemos hecho, que vaya a hacer su melancólica reflexión al cementerio”. En sus palabras, esperar para confluir en un proceso más lento “sería una irresponsabilidad”. La misma urgencia ha transmitido Íñigo Errejón, que será responsable de comunicación y estrategia en Podemos: “el escenario social y cultural por debajo ya está cambiando, el político no puede permanecer sordo”. Errejón, que procede del mismo ámbito universitario que Iglesias y Monedero y ha sido asesor de comunicación de varios gobiernos latinoamericanos con la Fundación CEPS, ha insistido en la necesidad de “desbordar las reglas del marco político” y situar las disputas en términos distintos a los del actual juego electoral.
Tres meses para articular un proceso participativo
Monedero comenzaba su intervención declarando que Podemos “no es un partido”, sino un puente que se construye “desde abajo”. Para reforzar este planteamiento, han intervenido Ana Castaño, participante en la marea blanca por la sanidad pública en Madrid, y Teresa Rodríguez, delegada del sindicato USTEA en Andalucía y vinculada a IA, que será la responsable de participación ciudadana. Rodríguez ha querido hacer un llamamiento “a la gente que lucha” para que no lo haga sólo en las calles, sino también “en donde las clases dominantes están cómodas”, en la política institucional. Para ello, ha hablado de la necesidad de “diseñar herramientas nuevas para que podamos identificar la palabra política con la palabra militancia”.
A diferencia del resto de interlocutores, Rodríguez sí ha entrado en líneas programáticas concretas: el derecho de autodeterminación de los pueblos y el de las mujeres sobre su propio cuerpo. De ahí que haya pedido “recuperar el hilo violeta” del feminismo. La ley del aborto también ha sido mencionada en los discursos de Monedero y Errejón.
A continuación, Miguel Urbán, de IA, ha explicado los próximos pasos de un proceso organizativo del que será máximo responsable. En primer lugar, la candidatura de Pablo Iglesias se propone recabar 50.000 firmas de apoyo a través de la página web Podemos.info antes del 8 de febrero. “Debe ser el sentido popular el que nos permita seguir adelante”, ha asegurado Urbán. De ser así, se formarían comités de apoyo y asambleas populares, que se combinarían con participación online a través de una red social interna y una wiki para construir el programa electoral. Una vez elaborado éste, se celebrarían encuentros presenciales para aprobar su versión definitiva. Todo ello en los tres meses que quedan para las elecciones europeas.
La financiación del partido también tendría carácter plebiscitario: “no vamos pedir dinero a los bancos que queremos expropiar ni a las instituciones cuyos políticos queremos echar”, ha explicado Urbán, sino a “la gente”, de manera que sólo saldrá adelante si hay donantes que confían en la plataforma.
Alianzas por la unidad
La ronda de preguntas de la prensa se ha centrado en la relación de Podemos con otras iniciativas electorales del espectro de la izquierda. Pablo Iglesias ha querido explicitar que su candidatura compite “amigablemente y desde la lealtad” con las de “compañeros” como Izquierda Unida, Partido X, Anova o las CUP. Según ha explicado, Podemos ofrece fundamentalmente un método, el de avalar la candidatura de manera abierta, sin restringir la elección a las cúpulas ni a las militancias de los partidos. “Los militantes tienen que dejar de mirarse el ombligo, hay que respetar lo que la gente dice”. De hecho, ha alabado al Partido X, que lleva desde enero del año pasado elaborando un programa y una posible candidatura de manera similar, por “su propuesta metodológica”, de la que Podemos “tiene mucho que aprender”. Queda abierto el interrogante de la relación de Podemos con Alternativas Desde Abajo (ADA), un proceso asambleario que muchos militantes de IA y asambleas del 15M, entre otras organizaciones, llevan impulsando varios meses. Iglesias ha agradecido la “generosidad” de la militancia de IA con Podemos.
A diferencia del Partido X o ADA, la propuesta de Podemos comienza con Pablo Iglesias designado como líder. El motivo, según explica, es “nuestra debilidad: si las organizaciones de base fueran más fuertes no sería necesario que un tipo con coleta debatiera en la tele con Marhuenda [director del diario La Razón]”. Iglesias ha defendido así la pertinencia de que haya líderes que emocionen a la ciudadanía desde medios de comunicación masivos. “Pocas personas podían dar el paso: Alberto Garzón, Ada Colau y yo; muy poquitas más”.
Por otro lado, a pesar de que la próxima contienda electoral se dirige al Parlamento Europeo, el discurso de Podemos está escrito en clave estatal. Preguntado por ello, Iglesias ha afirmado que “sería miope si pensáramos que esto se acaba en mayo, ahora se abre otro ciclo político”. Las europeas serían entonces un paso “para que nos vean juntos y preparados” de cara a futuras contiendas electorales.
En este nuevo ciclo, Iglesias dialogará “con todas las organizaciones de la sociedad civil y política que hayan defendido los derechos sociales y estén dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Esto excluye, según ha concretado, a agrupaciones populistas, al PP y al PSOE.
Al finalizar la rueda de prensa, Iglesias se ha acercado a saludar a las personas que quedaban fuera de la sala, que le han respondido con gritos de “¡sí se puede!”. Un rato después ha vuelto a explicar los presupuestos de Podemos en Las mañana de Cuatro. Mientras tanto, al menos en el momento de editar esta crónica, la web Podemos.info sigue caída por el aluvión de visitas que está recibiendo.
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