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Guía para seguir sin saber qué pensar del bitcoin

La cotización de esta moneda digital sigue aumentando al mismo tiempo que sus partidarios y detractores.

22/12/13 · 8:00
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Quedan nueve millones de bitcoins por desenterrar a través de la llamada 'minería'. / Mercy Health

En el momento de escribir estas palabras, la cotización de un bitcoin era de 935 dólares. En concreto, su precio de compra era de 933 dólares, pero su precio de venta era un par de dólares mayor. Cuando este artículo se esté rematando, la cotización podría ser diferente. Y muy probablemente, cuando estas líneas salgan de la imprenta y lleguen a ojos de quien las lea, esta cotización habrá variado bastante: el 27 de noviembre, el bitcoin superó por primera vez los mil dólares, aunque diez días después llegó a caer hasta los 576 dólares intradía, si bien cerró en 843 dólares. Por ahora, los picos y valles de esta montaña rusa suelen acabar por encima de los picos y valles de los días anteriores. La línea del valor del bitcoin es, por ahora y entre algún susto, netamente ascendente: a comienzos de 2011 un bitcoin rondaba los 30 centavos de dólar. Y esto, ¿qué le importa a la lectora que ha decidido suscribirse a DIAGONAL en lugar de al Financial Times?

Empecemos por el principio: qué es el bitcoin. Una respuesta breve podría ser que el bitcoin (BTC) es una red monetaria P2P, virtual, encriptada, descentralizada y de código abierto. Pero nadie quiere dar una respuesta breve. Y la respuesta larga todavía no está escrita. Así que alargaremos un poco la respuesta corta: el bitcoin fue creado por alguien sin rostro conocido –tal vez un grupo de personas– bajo el nombre o seudónimo de Satoshi Nakamoto. Después de años de trabajo colectivo, el bitcoin empezó a funcionar en enero de 2009 como alternativa a las entidades tradicionales que se reparten el pastel de las transacciones del comercio electrónico.

A diferencia de otros sistemas de pago, el bitcoin no tiene un dueño: no hay accionistas ni sociedades privadas en su gestión; ni gobiernos con bancos centrales para emitir moneda, sino una red de ordenadores trabajando juntos. ¿Para qué? Precisamente para crear o, mejor dicho, desenterrar bitcoins encriptados mediante lo que se ha dado en llamar ‘minería’: una carrera por descifrar código que premia a quien la gana con una recompensa en BTC; hoy la recompensa ronda los 25 BTC y se dice que se resuelve uno de estos problemas computacionales cada 10 minutos aproximadamente. Existe un número finito de bitcoins por desenterrar y la recompensa cae a la mitad cada cuatro años: a partir de 2016, la recompensa por cada prueba de trabajo superada será de 12,5 BTC, lo cual es un acicate importante para ponerse a minar.

Virtual y real

Hay casi 12 millones de BTC en circulación y quedan unos nueve millones de monedas por extraer. Una vez desenterrados, los bitcoins pueden ponerse en circulación de muchas maneras, cada vez más. Se pueden vender directamente por su valor en dinero tradicional (euros, dólares…) o se pueden intercambiar por bienes y servicios online y, cada vez más, también offline. El anonimato garantizado por la estructura del bitcoin ha atraído negocios algo atípicos. Por ejemplo, se puede pujar en bitcoins en el Assassination Market, una mesa de apuestas sobre la fecha de muerte de personas. También se podían usar alegremente en Silk Road, el malogrado Amazon de las drogas (cuyo reciente cierre, por cierto, fue temido como una amenaza, que no se consumó, para el bitcoin). También se pueden comprar cosas normales. 

Cada vez más comercios globales y locales aceptan pagos en bitcoins. Incluso se han instalado algunos cajeros automáticos que expenden bitcoins, aunque los ‘billetes’ se parecen más a un ticket de aparcamiento que al papel moneda tradicional. Y todo esto ocurre, recordemos, sin un Estado que respalde la emisión, ni una multinacional en busca de una ampliación de capital. Eso sí, con el ascenso fulgurante del bitcoin, algunos Estados empiezan a interesarse (o preocuparse) y algunas empresas empiezan a lucrarse. De momento, los rechazos más sonados al bitcoin han llegado de bancos centrales como el de China o Francia. Por otro lado, el Parlamento suizo estudia con buenos ojos el encaje legal del bitcoin como divisa extranjera y una comisión del Congreso de EE UU se ha mostrado bastante tolerante.

Y mientras tanto, el debate académico y mediático sigue enzarzado en tratar de esclarecer si el bitcoin es una mera burbuja especulativa –en plan “compro bitcoins ahora para venderlos más caros dentro de unas horas y así hasta que esto reviente mientras cruzo los dedos para que la música no deje de sonar antes de que mi culo tenga una silla cerca”– o bien, si estamos ante una revolución incipiente que podría subvertir el sistema monetario vigente, basado en el dinero fiduciario que emiten los bancos centrales –al estilo “éste es el mayor y más sofisticado ataque que hemos lanzado jamás los defensores de las libertades contra el oxidado y caduco modelo del Estado-nación”–.

Desde DIAGONAL hemos hablado con Nicolás Mendoza, investigador del School of Creative Media (City University of Hong Kong), de Leuphana Inkubator (Leuphana Universitat, Alemania), y de la Fundación P2P. Mendoza conoce bien el bitcoin. Lo estudia, lo maneja y ha visto a su mejor amigo convertirse en millonario gracias a él: “He recibido bitcoins en pago por mi trabajo (...). He comprado billetes de avión usándolos. He ganado y perdido cifras obscenas tratando de pasarme de astuto en los mercados donde se compran y se venden en tiempo real. He logrado salir de apuros vendiendo bitcoins en medio de un viaje, en un momento en que el sistema bancario dejó de funcionar”, aclara Mendoza, quien, sin embargo, antepone el lado humano, casi emocional, de su experiencia: “He sido acogido en una comunidad de personas increíblemente diversa, unidos por un protocolo que promete cambiar el mundo”.

Burbujas y ambiciones

Frente a la crítica más habitual (a saber: “Esto es una burbuja de libro”), Mendoza se explica: “Creo que ‘burbuja’ es la noción equivocada para describir el fenómeno de las subidas en el precio. Se deben entender como ondas de choque. Con ésta, ya van tres ocasiones en que el precio sube hasta niveles antes impensables, para luego bajar sustancialmente”. Y añade: “Cada vez, el siguiente ciclo empieza en un nivel varias veces más alto y es de una magnitud mucho mayor que el anterior. Lo que ocurre es que, a medida que la infraestructura va mejorando y los medios se ven forzados a tomar al bitcoin más en serio, nuevas esferas de la población y de la actividad económica se van pasando a bitcoin. Cada ciclo es como una onda de choque que llega más lejos, toca a más personas y estremece sistemas más antiguos y más profundos”.

El optimismo de Mendoza se extiende no sólo al futuro del bitcoin, sino al de la propia sociedad si llegara el día en que su circulación fuera masiva. “Las monedas usadas hasta ahora en el mundo moderno están basadas en la deuda. Se emiten mediante la creación de deuda pública y privada. Esto ha convertido al hombre moderno en un deudor, por definición. El bitcoin se emite mediante el proceso de minería, sin necesitar la deuda para nada. El cambio social que esto puede traer es tan profundo que cuesta trabajo imaginar cómo sería el mundo –en este sentido– si el bitcoin fuera la moneda mundial número uno”. Para Mendoza, además, el alza de precios que vive el bitcoin puede incentivar el ahorro frente al consumismo: “Adiós a la sociedad de consumo, y santo remedio al calentamiento global”. Por supuesto, hoy el bitcoin también estimula la codicia y Mendoza no rehúye el problema: “La dinámica al alza del precio también despierta el instinto humano de la codicia. Atesorar la mayor cantidad posible de bitcoins es un impulso que ya muchos conocen y que es muy difícil de resistir”, reconoce. En el momento de terminar este artículo, el bitcoin cotizaba a 910 dólares y seguía cayendo ligeramente.

Una moneda para el intercambio virtual y real

 
R.F.M.
 
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comentarios

5

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    David
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    07/01/2014 - 12:09pm
    DIAGONAL debería aceptar donaciones de bitcoins.Esto podría sacarlo de las dificultades económicas que tiene.
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    SantiagoC
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    31/12/2013 - 11:07am
    Luis: no sabemos quién es Satoshi, pero no es el &quot;dueño&quot; de la moneda ni puede hacer los cambios que le parezca. Si algún día un desarrollador hace un cambio que no te guste, eres libre de no adaptarlo. &iquest;Qué otros peros ves? AAA: Creo que el cambio social <strong>también</strong> está en Internet y las redes descentralizadas en general. Creo que nadie puede negar que estamos en una revolución tecnológica, que está cambiando a mejor las formas que teníamos las personas de comunicarnos, trabajar y ahora también el enviar valor de un sitio a otro del mundo sin intermediarios y más barato ;) En este caso el bitcoin ha surgido como alternativa al sistema bancario mundial. Es sólo una herramienta, de nosotros depende usarla de forma &quot;alegre y rebelde&quot; o no.
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    24/12/2013 - 1:01am
    Me huele a Brumel por aquí. Si nada de eso que comentas existe aquí no entiendo el motivo de tu perdida de tiempo. Diagonalperiodico.net no existe por tanto ya que estamos comentando aquí y esto tiene que ser una mierda o algo según tu regla de 3. &iquest;Sabias que ... puedes comprar pizza vegetariana a domicilio con bitcoins? &iquest;Sabias que ... el cliente es software libre y puedes ver como funciona? &iquest;Sabias que ... puedes crearte un cliente bitcoin que se instalen todas las lectoras de digaonal para minar bitcoins cuando no usan el ordenador y obtener bitcoins que pueden usarse para pagar dominios anónimos y hosting anónimo que luego puede usarse para crear una plataforma de recursos para personas que necesitan abortar? &iquest;Sabias que ... en algunos países te pueden meter un tiro en la nuca a la mínima por expresarte libremente y que tanto este protocolo como la moneda permiten la libre expresión y disfrutar del derecho al anonimato? &iquest;Sabias que ... https://bitmessage.org/wiki/Main_Page el protocolo se puede usar para comunicarse anonimamente? &iquest;Sabias que ... podemos autogestionarnos con monedas de este tipo sin necesidad de bancos centrales? &iquest;Sabias que ... es compatible salir a la calle, besar, mirar a los ojos , y esas cosas de las que hablas con los bitcoins? Has de saber que puedes donarme bitcoins si quieres mandándolos aquí: 1FKGxKBVHqgnNpgesfJyhF4odHBVVJqHNu Ya nos encargaremos de que esos bitcoins se conviertan en herramientas hacktivistas amiga/o. No todo lo que encontrarás en la deep web o en las dark nets es pornografía infantil, drogas y armas. Eso ya lo tienes en la calle ahora mismo y controlado por unos personajes que se hacen llamar policía nazi-onal e iglesia católica.
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    Luis
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    23/12/2013 - 12:12pm
    Apoyo a AAA. &iquest;Hasta qué punto palabras de moda como &quot;descentralización&quot; o &quot;código abierto&quot; esconden el neoliberalismo más salvaje? El artículo comenta que nadie lo controla, bien &iquest;quiénes son Satosi&nbsp;Nakamoto? &iquest;Cómo se que este grupo puede tomar futuras acciones que se consideran éticas y no responden a ningún lucro particular?&nbsp; Un sistema tan libre que no responde a ninguna legislación vigente, que convierte la ingeniería económica en informática sustentando nuevos grupos de poder, que en vez de corbatas en wall street&nbsp;llevarán camisetas de series de TV y trabajarán en sus casas. Muy Google todo. Demasiados &quot;peros&quot; para ser la panacea.
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    AAA
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    23/12/2013 - 12:54am
    El bitcoin no es una moneda social es una moneda que se rige bajo unas condiciones capitalistas más puras, lo que lleva a más miseria más rápido. El cambio social no está en internet, está en la calle, en tu barrio, con tus vecinos y amigos, en la forma que tenemos de relacionarnos, en la deliberación social cara a cara, basada en la compresión de puntos de vista, en la tolerancia y el respeto. En la unión de lo explotados contra los explotadores. En la alegre y digna rebeldía. Nada de eso hay en los foros de internet, ni en los bitcoin, ni en las distopías futuras basadas en ciber-democracias.
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