Mujeres excombatientes del M-19 de Colombia
Constructoras de la Paz
“Nosotras hablamos de sembrar paz, no de firmarla”

Mujeres colombianas, militantes políticas, que estuvieron en el Movimiento 19 de Abril en los '70 y '90 explican a Diagonal su punto de vista sobre cómo contruir la paz en Colombia y cómo viven ellas este proceso que se define en La Habana. Muchas de estas mujeres integran ahora el colectivo Constructoras de la Paz.

, Bogotá (Colombia)
22/11/13 · 13:58
Clara, María Herminia y Carmen Lidia excombatientes colombianas, durante la entrevista en la Cumbre Nacional de Mujeres y Paz en Bogotá. / María Reyero.

Entre el 25 y el 27 de octubre tuvo lugar en Bogotá el Encuentro Nacional de la Red de Mujeres Excombatientes de la Insurgencia Constructoras de Paz. Al finalizar las actividades Clara, Carmen Lidia y María Herminia, mujeres que pertenecieron entre las décadas de los '70 y '90 al grupo insurgente Movimiento 19 de Abril (el M-19 o, simplemente, el Eme), que se desmovilizó en los Acuerdos de Paz de 1990, conversan con Diagonal sobre el trabajo de la Red, su acercamiento al género y del sueño de un país en paz que tenga en cuenta la voz de las mujeres.

Cuéntenos acerca de la Red de Mujeres Excombatientes de la Insurgencia.

Clara: En el 2000 nació el Colectivo de Mujeres Excombatientes en Bogotá y dos años más tarde surgió la red a nivel nacional. Empezamos a reunirnos para hablar de temas que nos interesaban a las mujeres que habíamos pertenecido a la insurgencia. Logramos contactar 560 mujeres de diferentes grupos insurgentes que se desmovilizaron en los años 90: el Eme, el Movimiento Indígena Quintín Lame, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, la Corriente de Renovación Socialista y el Ejercito Popular de Liberación. En este momento, por el momento especial que se vive en el país, la red está muy activa, sentimos que podemos aportar a la construcción de paz.

¿Por qué reunirse al pasar 10 años de haber dejado las armas?

Mª Herminia: Habíamos sido invisibilizadas como mujeres en los Acuerdos de Paz de los 90. Una vez desmovilizadas quedamos muy aisladas y siempre tuvimos la necesidad de buscarnos. Cuando algo no se nombra es como si no existiera, desaparece. Tenemos que darnos a conocer, decir aquí estamos. Somos historia, lo que hicimos formó parte de lo que es hoy el país, participamos en una nueva Constitución. Y pensamos que esto se tiene que conocer en el país.

Carmen Lidia: Después de la firma de los Acuerdos la mayoría de las organizaciones desaparecieron al pasar a la legalidad. La gente que estuvo beneficiada por las negociaciones fueron hombres: se quedaron con los proyectos productivos, por ejemplo. Las mujeres se quedaron criando a los hijos, sin organización. Entonces nos buscamos para ver cómo habíamos resuelto la vida, después de 10 años.

"La sociedad colombiana recibió a los hombres excombatientes cómo héroes, pero las mujeres fuimos recibidas cómo putas. Nos tocó aquello de 'niña mala, vuélvase buena'” Clara: La sociedad colombiana recibió a los hombres excombatientes cómo héroes, porque en aquel momento el país entero apoyaba al movimiento guerrillero, pero las mujeres fuimos recibidas cómo putas. Nos tocó aquello de “niña mala, vuélvase buena”. Y volverse buena era volver a la familia patriarcal. Y muchas mujeres volvieron a asumir esos roles, que habían sido desmontados en buena medida por la lucha armada.

Necesitábamos recuperar nuestra esencia política. Entonces empezamos a trabajar en torno a la memoria y en torno al ser mujer. Empezó a rondarnos el feminismo. Practicamos primero el feminismo y luego nos dimos cuenta cómo era la teoría.

¿Cómo vivieron el proceso de dejación de armas?

Mª Herminia: Para mí fue un momento muy difícil. Nos tuvimos que enfrentar de golpe a un mundo que no conocíamos. Para las mujeres fue más difícil. En mi caso no tenía hijos, pero las compañeras que sí eran madres no tenían nada qué ofrecerles. Después de tanto tiempo ausentes, no tenían ni una galleta para darles.

Clara: Pertenecer a una organización es ser parte de un cuerpo que te acobija, teníamos la convicción de que lo que hacíamos iba a transformar el país, ahí estaban implicados nuestros sueños. En muchos casos las compañeras no estaban de acuerdo en abandonar la lucha armada. Con la distancia se entendió, y se empeñó una palabra que se ha cumplido, le apostamos a la paz.

"Teníamos la convicción de que lo que hacíamos iba a transformar el país, ahí estaban implicados nuestros sueños. En muchos casos las compañeras no estaban de acuerdo en abandonar la lucha armada" La Red ya hace 13 años que camina. ¿En qué sienten que les ha fortalecido?

Mª Herminia: Ha sido una oportunidad para hablar y escucharnos. Todas tenemos muchos duelos, empezando por el no tener ya a la organización. Perdimos compañeros, familia. Esto nos ha permitido sanar nuestro corazón, nuestra alma.

Clara: Cuando dejamos las armas la atención psicosocial que ofreció el Gobierno fue igual para hombres y mujeres. Ahora nosotras nos planteamos, pensando en las compañeras que están por desmovilizarse si prosperan los diálogos en La Habana, que los modelos de atención psicosocial, necesarios en un proceso de desmovilización, no corresponden a las necesidades a las mujeres en armas de la insurgencia.

¿Cómo mujeres ex-combatientes cuál es su propuesta de paz?

Mª Herminia: Una paz digna, con democracia, donde haya participación política. La paz hay que construirla, no puede ser excluyente. Tiene que poder tocarse, no puede ser algo intangible.

Carmen Lidia: La gente está convencida de que la paz vendrá cuando las FARC firmen. Nosotras hablamos de una paz diferente. Hablamos de sembrar paz, no de firmarla.

Clara: Queremos una paz insurgente. Porque la insurgencia plantea la transformación, y nosotras seguimos en esa búsqueda.

Mujeres excombatientes en Construcción de la Paz

Entre el 25 y el 27 de octubre tuvo lugar en Bogotá el Encuentro Nacional de la Red de Mujeres Excombatientes de la Insurgencia Constructoras de Paz. Este colectivo, que nació en Bogotá en 2000 y se extendió como red nacional dos años más tarde, agrupa a más de 500 mujeres de todo el país que formaron parte de grupos insurgentes en armas que se desmovilizaron en los Acuerdos de Paz de 1990: el M-19, el Movimiento Indígena Quintín Lame, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, la Corriente de Renovación Socialista y el Ejercito Popular de Liberación. El sentir que habían sido invisibilizadas cómo mujeres en las negociaciones, el aislamiento y retorno a los roles de género tras la desmovilización y la necesidad de recuperar su esencia política para aportar desde sus experiencias a la construcción de paz las empujó a buscarse tras 10 años sin verse al dejar las armas.

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