Un espacio abierto a cooperativas y empresas
El emprendimiento como cambio social

Más de diez entidades organizan Estárter, un espacio para formación que quiere reconciliar el activismo con los términos asociados a la gestión empresarial.

29/11/13 · 8:00
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COOP57. Encuentro de la cooperativa de servicios financieros en Sants, Barcelona. / COOP57

El estárter era la parte del motor de los automóviles que, mediante la mezcla de carburación, posibilitaba su arranque. Bajo esta misma premisa, ha nacido Estárter, un espacio de formación para gente que quiera empezar proyectos colectivos y que se puso en marcha recientemente en el seno del Institut de Govern i Polítiques Públiques (IGOP), dentro de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Cuenta con miembros de diez entidades diferentes: IGOP-UAB, CRIC (redactores de la revista Opcions), Aposta, LabCoop, Hobest Consultora, RAI, Can Masdeu, Federació Catalana d’ONG, Coope­rativa ETCS y Coope­rativa Fil a l’Agulla. “Estárter pretende propiciar la mezcla de contactos, experiencias, herramientas, etcétera, para que se puedan arrancar proyectos colectivos especialmente en este contexto de precariedad y crisis”, explica Álvaro Porro, coordinador de la iniciativa y redactor de la revista Opciones.

Esta nueva propuesta formativa quiere “reapropiarse” 
de la idea de emprender. Se desmarcan así del emprendimiento 
individual
Abierto a cooperativas de trabajo, cooperativas de consumo, asociaciones o comunidades de convivencia por ejemplo, Estárter quiere representar una alianza entre los mundos del cooperativismo, la universidad y el asociacionismo. Según Porro, esta nueva propuesta formativa quiere “reapropiarse” de la idea de emprender. Se desmarcan así del emprendimiento individual, donde a veces puede haber, a juicio del coordinador, una cierta “trampa política”, y se enfocan más en el emprendimiento colectivo, el cual posibilita un “cambio social”. “El cambio social –insiste–está lleno de emprendedores”.

Otro emprendimiento

El emprendimiento colectivo del que se habla, recalcan, es un modelo con voluntad transformadora. Las personas que emprenden una cooperativa, o una asociación, lo hacen de forma conjunta, compartiendo saberes, trabajo y responsabilidades desde la cooperación y el reconocimiento. Las tomas de decisiones son democráticas e implican a todas las partes. Así, hay un mayor grado de compromiso y de transparencia. Son organizaciones en las que el capital humano se siente partícipe y más implicado. Este modo diferente de gestión exige saber organizarse y poner en común las habilidades, algo que no siempre es fácil. Para Óscar Rebollo, profesor de sociología de la UAB y coordinador de la escuela del Igop, la mayor dificultad reside en “encontrar formas de organización que sean efectivas y eficaces. El gran reto es que no se basen en la jerarquía, la disciplina, la burocracia o la explotación”.

Esta voluntad de hacer las cosas de otra manera también tiene su proyección exterior. Su finalidad pasa por la transformación social, crear mejores condiciones de vida. Un modelo de economía solidaria en el que se ponga en valor la parte humana de la economía, la satisfacción de necesidades, frente al modelo hegemónico basado en la competencia, la acumulación de capital y la sobreexplotación de los recursos.

También es difícil hacer llegar estos valores diferenciales a la sociedad. Para Montse Santolino, responsable de comunicación de la federación catalana de ONG y coordinadora de la esfera pensable de Estárter, dedicada a la creación de estrategias colectivas,es fundamental “saber cómo comunicar que la economía social y solidaria se rige por otros valores de carácter colectivo y social que tienen como objetivo un cambio de modelo”. Y en este modelo también tienen cabida las empresas. Neus Andreu, socia de la cooperativa Fil a l’Agulla y colaboradora de la esfera invisible, que aborda la gestión del conflicto y la dimensión emocional del trabajo, recuerda que en un momento como éste “se necesitan muchas empresas, pero con ética y responsabilidad social. Es importante que la gente, ligada a movimientos sociales, se reconcilie con estos términos”.

El estárter se enciende en enero de 2014

Todas las actividades de Estárter se llevarán a cabo entre el 10 de enero y el 23 de mayo del próximo año. Sus módulos serán de entre 24 y 35 horas lectivas y tendrán lugar en dos fines de semana. Estos módulos, de carácter formativo, son cuatro: la esfera de lo invisible (gestión de conflictos y mundo emocional), la esfera de lo visible (cómo comunicar hacia el exterior), la esfera de lo tangible (cómo hacer que un proyecto sea viable) y la esfera de lo pensable (cómo crear una estrategia colectiva). También tendrá una parte dedicada al asesoramiento de proyectos, en la que, a través de tutorías personalizadas, una serie de expertos acompañarán al proyecto. Y, por último, el proyecto Arremangarse, que contará con un espacio de coworking (cotrabajo) en donde la gente podrá trabajar y reunirse; un espacio de asesoramiento colectivo que permitirá compartir experiencias; y un espacio de contribuciones, con talleres, visitas y entrevistas organizadas por los participantes.

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