Passos coelho anuncia que no habrá segundo rescate
La troika se marcha, la crisis se queda en Portugal

Tras los malos resultados en las elecciones locales, el Ejecutivo conservador dice que la troika se va de Portugal, pero los sindicatos denuncian más recortes en lo público.

, Lisboa (Portugal)
15/10/13 · 8:00
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Passos Coelho junto a Mariano Rajoy en una visita a la Moncloa.

La troika no volverá a intervenir en Portugal. La noticia fue dada a conocer este mes, justo después de que las elecciones municipales del pasado 29 de septiembre se saldasen con un severo correctivo a los conservadores del Partido Social Demócrata (PSD), en el Gobierno de la República desde 2011, que se vieron apartados de las alcaldías de las principales ciudades del país.

De este modo, Portugal no se verá obligado a recurrir a un segundo rescate y en junio de 2014 podrá dar por cumplido el programa de ajustes que condiciona su economía desde hace tres años. El primer ministro, Pedro Passos Coelho, se ha apresurado a explicar en una declaración televisada que, no obstante, eso “no representa la independencia”.

La advertencia y sus llamadas a continuar por una eufemística vía de “rigor y determinación” que mejore las perspectivas de crecimiento económico no ocultan que el día a día de los portugueses no se verá favorecido el próximo año, aunque eso sea algo que no parece preocupar al Ejecutivo. Uno de los guardianes de la política de austeridad, el secretario de Estado adjunto y de Economía, Leonardo Mathias, se ha felicitado recientemente de que “Portugal ya no esté viviendo por encima de sus posibilidades”. Ante lo que cabría preguntarse qué se entiende por normalidad cuando en 2013 el desempleo ha alcanzado el 18%, el salario medio ronda los 800 euros y las pensiones ni siquiera llegan ya a los 400. Por no hablar de la emergencia social, que afecta cada vez a más ciudadanos y que el Gobierno se empeña en ignorar. Prueba de ello es que el Ministerio de Justicia habría gastado más dinero en alquileres y correspondencia postal que en apoyo jurídico a personas desfavorecidas, según informaciones recogidas en la prensa local.

Aunque lo que más preocupa a sindicatos y colectivos sociales de la actitud y las declaraciones del Ejecutivo es su mejora de las previsiones de crecimiento para el futuro ejercicio tras saber que la troika abandonará Portugal el próximo verano. Para la Confe­deração Geral dos Tra­balha­dores Portu­gueses (CGTP) no existen indicios sólidos que apunten en esa dirección. “Asistimos a una manipulación y ocultación, para hacernos creer que ahora las cosas van a cambiar omitiendo las profundísimas medidas de austeridad que se están preparando”, denuncia el líder sindical Arménio Carlos.

Más sacrificios

La maniobra de Passos Coelho pretende colocar sobre la mesa un futuro de mejoría económica, posible únicamente cumpliendo con un plan en el que imperan tópicos como el de la unidad o del bien común, cuando en realidad conlleva tan sólo sacrificios de los que estarían exentas las élites.
De esa situación, de riesgo para millones de portugueses, evitó hablar el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, en las conmemoraciones del 5 de octubre, que celebran la implantación del régimen republicano en Portugal en 1910 y que por vez primera no ha sido festivo en Portugal desde la llegada de la democracia.

Para el Partido Comunista Portugués (PCP) los modos de Cavaco Silva demuestran una vez más el partidismo del líder conservador, olvidando su condición de jefe de Estado de todos los portugueses. Aunque Armindo Mi­randa, miembro del Comité Eje­cutivo del PCP, ha ido más allá y ha exigido la dimisión de todo el Ejecutivo frente a la voluntad de mantener la cohesión del Go­bierno reclamada por Cavaco Silva.

El escenario parece hoy poco probable. António Costa, alcalde socialista de Lisboa y gran vencedor de las municipales, ha descartado que su partido vaya a exigir cambios inmediatos. “Hay que seguir trabajando”, ha dicho Costa a los medios, sin excluir sus ambiciones futuras para enfrentarse a Passos Coelho en unas generales. “El Partido Socialista tiene un líder en funciones [António José Seguro] y no veo razones para provocar un cambio en el partido, pero no se me puede exigir que diga que nunca asumiré su liderazgo”, ha dicho Costa en la que ha sido hasta la fecha su declaración más explosiva contra el jefe de los socialistas.

Tras la debacle electoral de los conservadores y sus habituales desavenencias con los populares de Paulo Costa, el Ejecutivo portugués, que dirá adiós a la troika, sigue débil, aunque no tanto como la ciudadanía.

Detenido por tocar el coche del presidente

Un integrante del movimiento ciudadano Que se Lixe a Troika [Que se joda la troika] fue detenido el pasado 5 de octubre durante una concentración de protesta contra el Gobierno y su política de austeridad. El manifestante, según declararon miembros del colectivo, fue arrestado por tocar con la mano el coche oficial del primer ministro Pedro Passos Coelho cuando éste abandonaba el palacio. La manifestación, celebrada a las puertas del palacio consistorial de Lisboa en ocasión de las conmemoraciones de la instauración de la República en 1910, se desarrolló de modo pacífico en todo momento al son de Grândola Vila Morena y tenía por objeto hacer ver que “hay otra salida” para la situación del país, explicó Nuno Ramos de Almeida. Que se Lixe a Troika ha anunciado la convocatoria de una multitudinaria manifestación en Lisboa el próximo 26 de octubre, cuando se comenzarán a discutir los presupuestos generales del Estado para 2014.

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