Las elecciones federales alemanas de este domingo se presentan con pocas novedades, excepto la subida del partido de Merkel y la aparición de un partido antieuro. Además, el partido socialdemócrata rechaza la única coalición que podría desbancar a la canciller.

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El 22 de septiembre se celebran elecciones federales en Alemania en las que se elegirá a los miembros del Bundestag y en las que, previsiblemente, la actual canciller alemana, Angela Merkel, será elegida por tercera vez. Los fanáticos de Merkel, que la llaman Angie, saben que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), le saca más de diez puntos de ventaja a su rival más directo, el Partido Socialdemócrata o SPD, en sus siglas en alemán.
Cinco partidos en primera línea
En este momento son cinco los partidos que representan a los más de 82 millones de alemanes en el Parlamento. Hasta un 40% de ellos asegura que votará a Merkel, casi siete puntos más que en las elecciones de 2009. Mientras, un 25% votará al SPD, que se mantiene sin grandes cambios en intención de voto desde la última legislatura. Al partido verde lo votaría un 11%, mientras que a los liberales, que en la actualidad forman Gobierno con Merkel, les votaría solamente un 6%, por lo que baja siete puntos en popularidad. También pierde popularidad el partido de La Izquierda (Die Linke), que baja casi cuatro puntos.
La novedad de estas elecciones la constituye el nuevo partido Alternative für Deutschland (AfD), que significa “Alternativa para Alemania” y que, según las encuestas, entraría en el Bundestag con el 5% de los votos, justo lo que necesitan los partidos para acceder al Parlamento según la ley electoral alemana. Este nuevo partido se ha hecho famoso por proponer una salida del euro a las regiones más afectadas por la crisis de la deuda en la Eurozona, de modo que el norte de Europa siguiese con “un euro fuerte” y el sur volviese a las monedas nacionales.
Alternative für Deutschland
AfD ya supera el 4% en intención de voto. Los expertos de los institutos de encuestas creen que es posible que el domingo consiga el 5%, por ejemplo Manfred Güllner, el jefe del Instituto Forsa, uno de los más importantes, explicaba al "Bild am Sonntag", explicaba que: "El partido tiene un potencial populista de derecha que siempre está latente en Alemania. Ello podría ayudarle a conseguir el 5%". También el jefe del Instituto Emnid explicaba en este mismo artículo que en este momento se cuentan los votantes antieuro. "A estos hay que añadir un 5% de votos protesta que están descontentos con el sistema político. Si solamente la mitad de estos vota a AfD, entran en el Parlamento".

Coaliciones posibles
La legislación alemana exige que el o la canciller propuesta por el presidente alemán sea ratificado por la mayoría absoluta de diputados del Parlamento. Esto hace prácticamente imposible la elección de la actual canciller sin llevar a cabo una coalición con uno o más partidos. En la actualidad, la Unión Cristianodemócrata forma coalición con el partido liberal FDP, pero debido a la pérdida de popularidad de dicho partido, los analistas políticos especulan sobre que podría formar gobierno con la oposición socialdemócrata, como ya ocurrió en 2005. Sin embargo, Merkel ha asegurado en la televisión alemana, en horario de máxima audiencia, que no tenía intención de llevar a cabo dicha coalición.
Desde hace cuatro legislaturas, un mes antes de las elecciones, tiene lugar un duelo televisivo entre los dos candidatos a canciller principales. Angela Merkel y Peer Steinbrück, el candidato socialdemócrata, medían fuerzas el pasado 1 de septiembre a través de las cuatro principales cadenas del país. Merkel explicó que su intención es permanecer en coalición con el partido liberal, pero como éste va a obtener peor nota, es posible que gobernasen en tripartito con el partido verde.
Steinbrück aseguraba que “formar Gobierno con Die Linke sería irresponsable para con Europa” En dicho programa el candidato socialdemócrata se negaba a sí mismo la posibilidad de gobernar, al asegurar que no tenía intención de pactar con Merkel, ni de llevar a cabo una coalición con los verdes y con Die Linke. Esta última opción sería la única forma posible de crear un Gobierno alternativo, pero Steinbrück aseguraba que “formar Gobierno con Die Linke sería irresponsable para con Europa”, al tratarse de un partido de extrema izquierda y en el que permanecen algunos miembros de los denominados “nostálgicos de la RDA”, es decir, del régimen comunista que gobernó la mitad del país durante más de cuarenta años y que continúa muy presente en la realidad alemana del Este.
Desplazar a Merkel
Esa coalición que podría arrebatar el poder a Merkel sí que sería apoyada por Die Linke a cambio de cinco condiciones que ellos denominan “las líneas rojas” que el SPD no podría traspasar para que ellos aceptasen formar Gobierno. Desmantelar el Estado social, privatizar bienes y empresas públicas, entrar en conflictos armados, subir los impuestos a la clase media y baja y continuar sin un salario mínimo sería inaceptable. Una de las dirigentes del partido, Katja Kipping, explicaba el pasado 4 de septiembre en Berlín que el partido ya tiene experiencia a nivel local de coaliciones de socialdemócratas, verdes, junto con Die Linke. Este partido se define como un partido “globalista de izquierdas”, y en su interior conviven varias tendencias, desde la socialdemocracia hasta posturas anticapitalistas y transformadoras. Se podría decir que todos sus miembros “tenemos una posición crítica con respecto al capitalismo”, aseguraba Katja Kipping, una de las candidatas de la formación.
Die Linke, ¿extrema izquierda?
Lejos de las posturas más definidas dentro de la izquierda, como podrían ser las del Partido Comunista, o las del Partido Marxista-Leninista, las propuestas de Die Linke caen en su mayoría dentro de lo que hace un par de décadas se consideraba
socialdemocracia. En la campaña electoral, se han presentado con el lema “¿Revolución? No, simplemente acordes a los tiempos actuales”.
Die Linke se ha presentado en la campaña electoral con el lema “¿Revolución? No, simplemente acordes a los tiempos actuales” Lo cierto es que muchos alemanes no votan a este partido porque lo consideran de extrema izquierda. A ello ayuda, por ejemplo, el informe del servicio secreto alemán “de protección de la Constitución”, (‘verfassungsschutz’, en alemán), que una vez por año explica las actividades confesables de dicho servicio secreto.
En septiembre se publicaba el informe del Estado de Hesse, en el que una vez más explicaban que el partido Die Linke es espiado, sus comunicaciones intervenidas, sus líderes son seguidos por agentes... Todo ello porque dicho partido es considerado una amenaza a la democracia en el país. Dentro de Die Linke hay varias posturas en relación al euro. El expresidente Oskar Lafontaine se había mostrado a favor de acabar con la aventura monetaria del euro. En el partido, sin embargo, triunfó la postura de defensa del euro, que aparece reflejada asimismo en el programa electoral. Unanimidad encuentra, eso sí, la crítica a las medidas de austeridad propuestas por la llamada troika y defendidas por Angela Merkel a capa y espada.
MERKEL, LA CANCILLER TODOPODEROSA
La actual canciller es de nuevo la candidata del partido conservador de derechas Unión
Cristianodemócrata, CDU. Esta formación Gobierna en coalición con el partido liberal FDP, que es en este momento la tercera fuerza en el Parlamento después del Partido Socialdemócrata de
Alemania (SPD). Desde 2005, Anxela Merkel es canciller de
Alemania, y podría serlo hasta 2017, doce años, una larga carrera en el poder al más puro estilo ‘populista’ que su partido critica sobre varios países de Latinoamérica. Su carrera política comenzó en 1991 como ministra de Mujer y Juventud con el gabinete de Helmut Kohl.
Es una ardiente defensora de los recortes en el sur de Europa, sobre todo en Grecia, Portugal o España, que supuestamente deberían mejorar la competitividad en esos países y reactivar la economía.
PEER STEINBRÜCK, SIN ALTERNATIVAS
Candidato del partido socialdemócrata del SPD. Su falta de carisma no le impide, como a Merkel, ser una opción realista a canciller. Era una persona desconocida hasta ahora. Su partido no consigue remontar desde que, en coalición con los verdes, comenzó (2003) la reforma del Estado alemán que ha supuesto desmontar progresivamente el Estado del bienestar. Con la boca chica dice que los rescates en el sur de Europa han de ir acompañados de un plan Marshall II.
JÜRGEN TRITTIN, CANDIDATO DEL PARTIDO VERDE
Candidato del Partido Verde. Como en el caso del socialdemócrata SPD, y a pesar de su pasado en grupos transformadores de la izquierda ecologista, los ciudadanos alemanes no se terminan de creer su discurso ecodemocrático. En la calle se comenta que “es mejor votar a la derecha, porque la izquierda y los verdes tienen detrás a los sindicatos y podrían recortar todavía más sin una respuesta en las calles”.
GREGOR GYSI, DIE LINKE
Es una de las opciones que presentaría el partido de Die Linke como posible canciller en el caso de tener esa oportunidad que no se va a presentar. Es el actual portavoz del partido en el Parlamento. Durante la época comunista fue uno de los líderes pro-Perestroika, lo cual le ha proporcionado en la actualidad una posición destacada dentro de Die Linke, ofuscado en distanciarse del pasado socialista de la mitad alemana del Este.
RAINER BRÜDERLE, PARTIDO LIBERAL
Candidato del Partido Liberal y jefe de la formación en el Parlamento. A finales de enero la periodista Laura Himmelreich le acusó en un retrato que escribió sobre él en el semanario Stern de haberle mirado el escote y dicho:“Usted podría llenar un dirndl”, que es el vestido tradicional bávaro. Este suceso provocó un debate a nivel nacional sobre el sexismo e hizo perder popularidad a los liberales.
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