Said Brahim, nombre ficticio, entrevistado el 19 de noviembre. Acaba de salir de El Aayún. Confirma las prácticas de violencia sexual salvaje contra las mujeres. Testimonia trece casos de violación, con porras, a chicas jóvenes, buscando explícitamente desvirgarlas. Asegura que hay muchísimos casos de todo tipo de violaciones, pero que, por cuestiones culturales, las mujeres no relatan este tipo de violencia. Y que se producen tanto en casas como en furgonetas y comisarías de la Policía.
Así mismo, asegura que el día del desalojo se usó algún tipo de arma química, lanzada desde un helicóptero. Describe una especie de nube de una sustancia aparentemente parecida al agua, pero que instantáneamente, al simple contacto, producía un profundo debilitamiento general, impidiendo a la gente moverse, escapar o seguir tirando piedras. Y con un efecto secundario de diarreas agudas, que duraban entre 4 y 6 días, y que en algunos casos se cronificaban (hasta trece días).
Él y Alí Salam, en entrevista anterior, han coincidido en señalar que el primer día vieron algún avión, durante el desalojo. Pero Alí Salam observó, concretamente, la presencia de un avión no tripulado, tipo AWACS, de fabricación israelí (identificado como marroquí).
Ambos también dieron cuenta del uso de ametralladoras contra la población.
Respecto al uso de cuchillos, parece que frecuentemente hay un problema de traducción, pues Said me aclara que, en realidad, se trataba de todo tipo de armas blancas de grandes dimensiones, como machetes de uso agrícola (miden hasta un metro).
Por último, Said dice que este campamento ya era el tercero en montarse. Los otros dos fueron desmontados también por la Policía, que además intentó varias veces quemar el tercero, algunos días antes del desalojo.
* Entrevistado el 19 de noviembre en Las Palmas.
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