ANIVERSARIO DE LA PRIMAVERA ÁRABE
Las revoluciones árabes, un año después

Presentamos una panorámica de la
situación de algunos países cuyos pueblos
se levantaron en 2011 pidiendo democracia.

03/04/12 · 8:00
EGIPTO. Un manifestante pone una flor en un muro en El Cairo en memoria de los mártires / FOTO: Manu Brabo

Todo empezó en Túnez el 17 de diciembre
de 2010
, cuando el joven
Mohamed Bouazizi prendía en su
cuerpo la que sería la llama de la revolución
de los pueblos árabes contra
regímenes dictatoriales y corruptos,
a menudo apoyados por Occidente en nombre de la estabilidad y
la lucha contra el islamismo. Comenzó como una revuelta desesperada
por el trabajo, contra la corrupción
y por un desarrollo económico y
social de las regiones más deprimidas
,
y se trocó en una revolución popular
que pedía también democracia,
libertad y, con un paso más, el
fin del régimen. La caída de Ben Ali,
el 14 de enero de 2011, 300 muertos
y 1.200 heridos después, marcó un
punto de no retorno para los pueblos
árabes, y en primer lugar para el tunecino,
que inició ese día la larga lucha
por una verdadera transición.

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Túnez / Foto: Nasser_Nouri

Un año después, tras haber tumbado
dos gobiernos interinos, haber
logrado la disolución del partido de
Ben Ali a golpe de manifestaciones,
haber impuesto unas elecciones a
una Asamblea Constituyente y haber
reavivado las luchas laborales y
contra la presencia del antiguo régimen
en las instituciones, los tunecinos
siguen luchando hoy por construir
un país nuevo. En octubre, el
partido islamista Nahdha ganó por
amplia mayoría las elecciones a la
Asamblea Constituyente y formó un
gobierno en coalición con el nacionalista
Congreso por la República y
el socialdemócrata Ettakatol. Pero
su promesa de hacer una Carta
Magna en el plazo de un año es ahora
una duda
, después de que en la
ley conocida como “la pequeña
Constitución” no se estableciera un
plazo para acabar la misma, y desde
hace un mes su elaboración parece
estancada en un debate polarizado
entre islamistas y modernistas sobre
la posibilidad o no de incluir la
sharia como fuente de derecho en la
Constitución.

El pasado 20 de marzo, decenas
de miles de personas se manifestaron
en la capital por una Túnez “civil,
moderna y sin referencia a la sharia”
,
mientras que los salafistas, un grupo
reducido pero que ha lanzado ataques
contra todo lo que en su opinión
es contrario al islam, trae de cabeza
al país ante la actitud cuando menos
pasiva de Nahdha. El debate sobre la
sharia “ocupa todo el espacio mediático
y político, mientras que no se tratan
los temas económicos que afectan
al país”, explica el arabista tunecino
Farouk Jhinaoui, quien hace referencia
a las continuas movilizaciones
sociales en las regiones más desfavorecidas,
como en Redeyef, Sidi
Bouzid y Gasserine, donde se encadena
huelga tras huelga desde hace
siete meses contra la marginalización
territorial, por el desarrollo económico
y por el empleo. “En materia
de libertad de prensa, expresión, asociación
y derechos políticos se ha
avanzado muchísimo. Se han confiscado
los bienes de Ben Ali y su familia
y se está creando la justicia de
transición, que veremos cómo se
concreta. Sin embargo, en cuanto a
derechos económicos no ha habido
ningún cambio, y las perspectivas
son malas. El Gobierno no tiene ningún
programa” y sigue aplicando las
mismas políticas económicas liberales
que bajo Ben Ali, dice Jhinaoui.
Sin embargo, ante las incertidumbres
futuras, una sociedad civil muy
activa parece dispuesta a seguir defendiendo
en la calle los logros, los
derechos y las esperanzas que trajo
consigo la revolución
.

Egipto: revolución inacabada

Cayó el tirano, el régimen continúa.
14 meses después de la eclosión de
la revuelta social que ha servido de
ejemplo a medio mundo, la sensación
que habita hoy en buena parte
de sus instigadores es de cansancio y
decepción. Aunque la imagen de
Hosni Mubarak tumbado en una camilla,
juzgado por corrupción y por
el asesinato de 800 manifestantes, es
un hito sin precedentes
para una sociedad
que ha perdido el miedo, la
mayor parte de las demandas que
dieron origen al movimiento del 25
de enero siguen sin ser atendidas. En
la víspera del primer aniversario de
la revolución, la Junta Militar, que
mantendrá el poder hasta las elecciones
presidenciales de junio, atendió
por fin la primera reclamación de
la plaza Tahrir, la derogación de la
Ley de Emergencia, pero se quedó a
medias. Los militares pondrán fin a
esta medida de excepción, vigente
desde 1981, salvo en “casos de
violencia y vandalismo”. Como denuncian
las organizaciones de derechos
humanos egipcias, hostigadas
por el Gobierno, la tortura sigue siendo
una práctica habitual en comisa -
rías y prisiones y las detenciones y
juicios militares contra activistas se
suceden
. Las manifestaciones se han
cobrado más de un centenar de
muer tos y 2.000 heridos desde la caída
del dictador y en un año se han
iniciado 14.000 procesos marciales
frente a los dos millares celebrados
en los 29 años de la era Mubarak. El
Ejército, que controla casi un tercio
de la economía del país, apenas ha
visto recortados sus privilegios.

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EGIPTO. Un manifestante pone una flor en un muro en El Cairo en memoria de los mártires / FOTO: Manu Brabo

Las palabras de Ahmad Khater, ingeniero
residente en El Cairo, resumen
el sentir de buena parte de la población:
No sé hacia dónde va la revolución,
pero pienso que no se ha
terminado y lo más importante es
acabar con el antiguo régimen y el
Ejército
. Después tiene que haber
unas elecciones realmente limpias.
Así, poco a poco, los problemas del
pueblo irán teniendo solución”.

Otros egipcios, como Islam Abd El
Fattah, exprofesor de la Universidad
de Ain Shams, son más pesimistas:
“En Egipto no ha habido ninguna re-
volución, sino un intento de revolución
que acabó en un simple cambio
de presidente”. “Los activistas han sido
marginados mientras los aprovechados
están en el poder: la revolución
ha fracasado y la única solución
es hacer otra”
, concluye, reflejando
el sentir de los jóvenes laicos y progresistas
que iniciaron la rebelión,
para los que el resultado de las elecciones
legislativas supuso un jarro de
agua fría. Como era previsible, los
Hermanos Musulmanes vencieron y
controlan el 47% del Parlamento, seguidos
por los ultraconservadores de
Nur, que tienen el 25% de los escaños.
Esta mayoría islamista determinará
la composición de la Asamblea
Constituyente que elaborará la nueva
Constitución. Para Khater, tras estos
resultados se encuentran, “en parte,
la pobreza y la ignorancia: tenemos
un 40% de analfabetismo y una de
cada cinco personas vive bajo el umbral
de la pobreza. Es gente muy manipulable
y la religión ocupa un lugar
importante en sus vidas. Además, como
en Túnez, Libia o Siria, el gobierno
siempre estuvo contra los movimientos
islamistas. De ahí su popularidad,
unida a la ayuda que reciben
de los países del Golfo, que destinan
a la caridad”.

Los retos a los que se enfrenta hoy
el movimiento son enormes, pero pocos
se rinden. La plaza Tahrir, convertida
en torre de vigilancia de la revolución,
se volverá a llenar para recordar
a los nuevos gestores por qué
y cómo llegaron hasta allí.

Libia tras Gadafi

La rápida militarización de lo que empezó
como una revuelta popular el
15 de febrero, brutalmente reprimida
por el régimen, y la posterior intervención militar
de la OTAN en apoyo
al Consejo Nacional de Transición
(CNT), que perdía terreno en la guerra
contra Gadafi, han marcado irremediablemente
el futuro del país. El
23 de octubre, tres días después del
asesinato del dictador, en Libia se declaraba
el fin de la guerra, que entre
enfrentamientos y bombardeos dejó
atrás 60.000 vidas humanas. Hoy, el
país se enfrenta al reto de la desmilitarización
de los 125.000 milicianos
que siguen conservando sus armas,
pues los actos de violencia siguen reproduciéndose
en el país
. En marzo,
una comisión de investigación de la
ONU advertía de que, además de las
fuerzas de Gadafi, estas milicias también
son responsables de crímenes
de guerra y han seguido cometiendo
crímenes contra la humanidad.

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Celebración de la toma de Trípoli, capital de Libia, en la guerra contra Gadafi / FOTO: Alberto Pradilla

Mientras ciertos sectores de la
región Cirenaica, donde se concentran
los recursos petrolíferos, han
abierto la caja de los truenos al reclamar
un régimen federal, los libios se
enfrentan a un tercer problema, explica
el arabista Iñaqui Gutiérrez de
Terán: la incapacidad del consejo
transitorio para dirigir el país. Hay
“una demanda popular urgente para
que se responda a las expectativas
que se crearon con este alzamiento:
una organización territorial más justa,
combatir la corrupción, asegurar
que haya una verdadera libertad de
expresión y, sobre todo, participación
de las tres regiones en pie de
igualdad
”. Uno de los retos a los que
se enfrenta el país es, precisamente,
cómo construir una sociedad civil inexistente
durante la dictadura de
Gadafi. Numerosas asociaciones están
naciendo “en un ambiente de debate
y hay una efervescencia de puntos
de vista sobre cómo debe ser el
futuro de Libia”, explica este arabista.
En los últimos meses, las manifestaciones
se han sucedido para pedir
al CNT, y al gobierno interino nacido
en diciembre, mayor transparencia y
que se aparte a los miembros del
antiguo régimen. Además, crece la
frustración de la población porque la
situación económica no ha mejorado,
a pesar de que la producción de
petróleo está alcanzando los índices
anteriores al levantamiento. Para
Gutiérrez de Terán, hay que tener en
cuenta que “la letra pequeña del respaldo
de la OTAN exigía contrapartidas
que iban sobre todo en la línea de
concesiones petrolíferas, que ya se
están dando, y hay tensiones entre
quienes tienen una agenda local de
desarrollar el país, combatir la corrupción
y promover libertades básicas
y la agenda más o menos oculta
del CNT de cumplir sus compromisos
con Occidente”
.

En este ambiente se preparan las
elecciones a la Asamblea Constituyente
que tendrán lugar el próximo
23 de junio, para las que ya se ha elaborado
una ley electoral y en las que
el triunfo islamista parece inevitable.

La debacle de Siria

8.000 personas han muerto ya por la
brutal represión del régimen y por
los enfrentamientos, según datos de
la ONU, un año después de que se
iniciaran las revueltas en Siria.
Después de que durante meses cientos
de miles de personas salieran a
las calles de distintas ciudades para
exigir el fin del régimen de Bashar
al-Assad, en noviembre nacía el
Ejército Libre Sirio (ELS), compuesto
principalmente por desertores,
que se opone, aún mal armado, a las
fuerzas del dictador. La represión no
ha cesado, y los temores de que la
revolución popular se trocase en
guerra civil se han hecho realidad
.
Entre masacre y masacre, el régimen
anunció “un programa de reformas”,
celebró un referéndum sobre la
nueva Constitución y ha convocado
elecciones legislativas para el 7 de
mayo
, pero la oposición denuncia estas
acciones como mero maquillaje
de un régimen que sigue masacrando
a la población. El Consejo Nacional
Sirio (CNS), reconocido por varios
países, está formado principalmente
por opositores en el exterior y
no representa a toda la oposición, y
“se están produciendo escisiones
porque, ante la incapacidad del CNS
para unificar a la oposición exterior,
coordinarse con los movimientos de
protesta en el interior, que sobre todo
se está llevando a cabo por comités
locales, y conseguir un apoyo
efectivo de la comunidad internacional,
ha habido una ruptura y ya hay
gente del interior actuando por libre
con la idea de que la única solución
es hallar un vínculo directo con el
ELS”, explica Gutiérrez de Terán.

Entretanto, el país, de gran interés
geoestratégico para numerosas potencias
regionales e internacionales,
se ha convertido en “un sucio juego
de ajedrez en el que las distintas potencias
mueven sus fichas”
, resume
este analista. Algunas, como Irán y
Rusia, apoyan al régimen; otras, como
Qatar, Arabia Saudí o Turquía,
apoyan en mayor o menor medida la
insurrección armada, mientras Occidente
e Israel juegan a debilitar al régimen
pero no quieren su caída si no
es controlada. “El desarrollo del conflicto
dependerá de en qué medida
unos y otros apoyen a las facciones
que empiezan a dibujarse
, y esto será
a costa de la propia integridad de la
sociedad siria, que sufre en sus carnes
la represión”, concluye de Terán.

Jordania: protestas y reformas

A diferencia de la mayor parte de los
países que han vivido la primavera
árabe, el Gobierno de Jordania, como
los de Argelia y Marruecos, reaccionó
ante la protesta aprobando medidas
que recogían parcialmente las demandas
de la población. Pero este hecho
no ha conseguido calmar la calle.
Raro es el mes en que no tengan lugar
huelgas sectoriales o manifestaciones
que reclaman derechos ciudadanos

y protestan contra los desmanes
de una administración atravesada
por la corrupción y la ineficacia.
Las multitudinarias movilizaciones
de principios de 2011 tuvieron un origen
económico, resultado de la subida
de los precios de productos básicos,
la dificultad de acceso a la vivienda
y la pérdida de poder adquisitivo.
El segundo día de la protesta, el rey
Abdallah II redujo un 20% el precio
del petróleo y aumentó en 20 euros el
salario de los funcionarios.

Más allá de las conquistas económicas,
“las protestas de los jordanos
han provocado tres cambios de gobierno
en un año, la inclusión de
enmiendas en la Constitución, el encarcelamiento
por corrupción del alcalde
de Ammán y la detención del
antiguo dirigente de los servicios
secretos”
, informa Ana García Díaz
desde la capital jordana. “Sin embargo,
la sensación de los ciudadanos
es que estas reformas son superficiales.
Tras más de un año de protestas,
las críticas al régimen ya no sólo
ponen en peligro al Ejecutivo, sino
que han debilitado la figura del
propio rey Abdallah”, indica García
Díaz. Según esta periodista, “el país
se enfrenta a cambios decisivos para
su futuro. A finales de marzo se espera
la publicación de la polémica
ley de reforma electoral que se cree
favorecerá al Frente de Acción
Islámica, rama de los Hermanos
Musulmanes en Jordania”.

Marruecos y el 20F

Para responder a las protestas, el
Gobierno de Marruecos ha puesto en
marcha reformas calificadas de cosméticas
por los activistas
, a la vez que
recurría a la desinformación sobre el
movimiento, con un nivel represivo
notablemente inferior al de otros regímenes
árabes.

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Manifestación en Marruecos días antes de las elecciones de noviembre / FOTO: Magharebia

Tras ver el éxito de las manifestaciones
del 20 de febrero, que se organizaron
en 60 ciudades, la creación
de un Comité Nacional de Apoyo al
movimiento formado por cerca de
cien organizaciones y la convocatoria
de otra gran movilización para el
20 de marzo, y visto el resultado de
las revueltas en Túnez y Egipto, el
majzen se apresuró a anunciar ciertas medidas
y la reforma de la Constitución,
aprobada en julio con gran
bombo mediático, pero cuyo mayor
cambio es que el rey deje de tener potestad
para designar a un primer ministro
no salido de las urnas
. Como
segunda medida para calmar las protestas,
se celebraron elecciones legislativas
anticipadas en noviembre, de
las que salió un Gobierno islamista
del partido Justicia y Desarrollo.
Esto, además de diferencias internas,
supuso el abandono del movimiento
–que había llamado al boicot de los
comicios– por parte del partido
islamista Justicia y Espiritualidad,
con gran número de adherentes.

Sin embargo, las manifestaciones
han continuado a lo largo del país, y
no sólo coordinadas por el movimiento
20 de Febrero. Las movilizaciones
contra la vida cara, por el empleo o la
vivienda, o las llevadas a cabo por los
licenciados en paro se intensifican en
diversas regiones, lo que demuestra
que la llama de las protestas sigue
prendida
.


Bahréin: la intervención saudí no consigue acallar al pueblo

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Manifestación en la Plaza de la Perla en Bahréin en 2011 / FOTO: Mahmood Al-Yousif

A pesar del silencio de los grandes medios, la revuelta en Bahréin sigue tan viva como hace un año. El pasado 9 de marzo, más de 200.000 personas, una cuarta parte de la población adulta del emirato, se manifestaron para exigir el fin de la corrupción y una mayor participación de la sociedad en la vida política. En la marcha, que finalizó con la muerte de un joven por los gases lacrimógenos lanzados por la policía, participaron exponentes de todas las fuerzas opositoras. Tanto la monarquía suní como sus aliados occidentales y saudíes se han empeñado en reducir el conflicto a un levantamiento de los chiíes, que representan el 75% de la población. Pero la primavera de este Estado del Golfo tiene otros rasgos. Bahréin, que acoge la base naval de la Quinta Flota de EE UU, ha vivido, al igual que Libia, una intervención militar extranjera con la complicidad de las potencias occidentales. Pero a diferencia de lo sucedido en el país magrebí, el millar de soldados saudíes y los 500 policías emiratíes que el 14 de marzo de 2011 entraron en la capital lo hicieron para aplastar la rebelión ciudadana. Desalojada la Plaza de la Perla y demolido su monumento, símbolo de la lucha por la democracia y las libertades, la represión posterior, que se ha cobrado más de 60 muertos, no ha conseguido acallar las protestas, en las que cada vez cobra más fuerza la reclamación de que el monarca Al Jalifa abandone el poder.

Yemen: la continuidad del régimen tras Saleh

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La represión de las protestas pacíficas
en Yemen se ha cobrado más de
250 muertos
. Desde abril, el presidente
Saleh había negociado su retirada
con el Consejo de Cooperación
del Golfo, pero se retractó en varias
ocasiones. Sin embargo, el 21 de
enero, el Parlamento concedió la
inmunidad a Saleh a cambio de su
retirada
y aceptó el Mecanismo de
Implementación acordado por el
Consejo de Cooperación del Golfo,
que establecía que el vicepresidente,
Abd Rabbuh Mansur Hadi, se presentaría
como único candidato a la
presidencia en las elecciones del 21
de febrero
, a pesar de que la Constitución
establece que no puede
haber menos de dos candidatos en
los comicios. La permanencia del
vicepresidente en el poder implica la
continuidad del régimen y también
de las protestas, como viene ocurriendo
desde la celebración de unas
elecciones marcadas por el boicot
por gran parte de la oposición.
Los manifestantes exigen que se realicen
sus demandas y que el expresidente
y responsables del antiguo
régimen sean procesados por el asesinato
de cientos de manifestantes.

Además, condenan los actos de violencia
perpetrados por las fuerzas
del orden durante las protestas posteriores
a las elecciones.
Los yemeníes sufren también el
encarecimiento de los precios de
productos básicos, carestía de petróleo,
cortes eléctricos y un empeoramiento
de la situación económica.

REVUELTAS
ÁRABES. Otros países
con protestas

- ARGELIA: REFORMAS
PARA ACALLAR LA CALLE

_ En enero de 2011 los argelinos se echaron
a la calle para protestar por la subida
de los precios de los productos básicos y
por el derecho a la vivienda. Bouteflika se
vio obligado a anular las tasas sobre los
alimentos y a prometer miles de viviendas.
Pero protestas de todo tipo siguen.

- ARABIA SAUDÍ:
REPRESIÓN Y MEDIDAS

_ Las protestas laborales, contra la discriminación
de los chiíes y por los derechos de
las mujeres han sido reprimidas, con 500
detenidos y varios muertos. La corona aprobó
nuevos subsidios y ciertos derechos
para las mujeres, pero la situación económica
empeora y las manifestaciones siguen.

- IRAQ: PROTESTAS
APLASTADAS CON RAPIDEZ

_ El 12 de febrero de 2011 se iniciaron las
protestas, que tuvieron su punto culminante
el día 25, cuando se organizaron manifestaciones
en casi todas las regiones. Sin
embargo, las fuerzas de seguridad las reprimieron
y mataron a unas 30 personas, y la
inseguridad impidió su continuidad.

- OMÁN: REVUELTAS
SILENCIADAS

_ Las movilizaciones se iniciaron en enero de
2011 para pedir más empleo y la redistribución
de las riquezas. Después de unos
meses en calma, las protestas retomaron
en diciembre, y el sultán ha anunciado un
plan de creación de empleo, seguridad
social y otras medidas de contención.

- KUWAIT: LOS SIN
DERECHOS SE MOVILIZAN

_ A finales de febrero de 2011 se produjeron
manifestaciones entre los más de
100.000 extranjeros que viven en el
país, que carecen de derechos como la
educación y sanidad gratuitas. Las movilizaciones
fueron duramente reprimidas y
decenas de manifestantes, detenidos.

- SUDÁN: CONTINÚAN
LAS MANIFESTACIONES

_ Los activistas sudaneses crearon el movimiento
no violento Girifna (Estamos hartos)
y quieren mejoras económicas y la
caída de Omar Bashir, en el poder desde
1989. Éste ha encarcelado a la mayoría
de líderes opositores y ha anunciado que
no se presentará a los próximos comicios.

- SÁHARA OCCIDENTAL:
LAS REVUELTAS PREVIAS

_ En noviembre de 2010, unos 20.000 saharauis
se levantaron en protesta en el campamento
de Gdeim Izik con demandas sociales
como vivienda, sanidad y empleo. Las
fuerzas de seguridad marroquíes arrasaron
el campamento. Hubo al menos 13muertos
y cientos de heridos y detenidos.

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comentarios

2

  • |
    anónima
    |
    05/04/2012 - 12:55am
    <p class="spip">Gadafi era la luz que iluminaba a la humanidad, sin él, el arduo camino hacia el socialismo del siglo XXI nunca será igual.</p> <p class="spip">Coronel, presente.</p>
  • |
    anónima
    |
    03/04/2012 - 11:57am
    Viva la "revolución" Libia: privaticemos el petróleo, privaticemos el banco central y creemos el dinero mediante deuda, destruyamos el estado del bienestar más desarrollado de la historia de Africa (incluso bastante más que el español) y dejemos en la miseria a casi toda la población, cepillémonos a unas cuantas decenas de miles de personas, instauremos la sharia donde antes había igualdad legal entre sexos, y por supuesto, llamemos "revueltas populares" a que mercenarios islamistas armados hasta los dientes por la OTAN se pongan a conquistar un país. Debe ser que el rol de los medios alternativos es repetir la propaganda oficial de los mass media...
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