Los sondeos no se equivocaban: el PP ha conseguido la mayoría absoluta y el proyecto de Alfredo Pérez Rubalcaba ha resultado ser la candidatura del PSOE con peores resultados electorales desde la restauración de la democracia.
Con los indicadores de la crisis atizando a la economía española, después de una semana en que su prima de riesgo ha alcanzado los niveles más altos desde 1997, el Partido Popular ha logrado los mejores resultados electorales de su historia ganando algo más de medio millón de votos con respecto a las elecciones de 2008. Apelando a la necesidad de un cambio como único argumento y esperando con una propuesta ambigua el desgaste del gobierno de Zapatero, los conservadores han conseguido ser los más votados en todas las comunidades autónomas, excepto Catalunya y Euskadi, y obtener una mayoría absoluta en la cámara con 186 escaños.
El triunfo del PP coincide con los peores resultados en la historia del PSOE, que ha sufrido el castigo de su electorado progresista principalmente por su giro conservador en la gestión de la crisis económica. Los socialdemócratas han perdido 4,3 millones de votos en cuatro años en los que ha renunciado a buena parte de sus compromisos sociales y marcados en los últimos tiempos por una opinión pública crítica hacia su gestión de la crisis en la que probablemente hayan influido, en el electorado demás progresista, las movilizaciones del movimiento 15M.
La caída en picado del PSOE ha provocado un movimiento de escaños que ha arrojado el hemiciclo más plural, con trece partidos representados, desde las elecciones de 1977. Gran parte de ese electorado descontento lo ha recogido Izquierda Unida, que pasa de 2 a 11 diputados. La lista que encabeza Cayo Lara, quien se había presentado como el verdadero “voto útil”, ha ganado 700.000 apoyos y volverá a contar con grupo parlamentario propio. El descontento también se va a parar a UPyD, que pasa de 1 a 5 diputados, incluido el actor y candidato por Valencia Toni Cantó.
A la entrada en el Congreso de Foro Ciudadano y la coalición ecologista y de izquierda Compromís-Equo se suma la de Amaiur. Después del cese de la actividad armada por parte de ETA y con un discurso independentista y de izquierdas, la coalición abertzale, formada por EA, izquierda abertzale, Alternatiba y Aralar, se estrena en las elecciones generales con 7 diputados, dos más que el PNV, que tiene menor representación por Euskadi a pesar de obtener más apoyo. Con 333.000 votos, Amaiur ha superado en 20.000 los que obtuvo en las autonómicas de mayo, y en 100.000 los de HB en 1986, que le dieron 5 escaños y supusieron los mejores resultados de la izquierda abertzale en la cámara baja.
Las formaciones de similar espectro ideológico, como ERC, BNG o Nafarroa Bai (ahora Geroa Bai) han conseguido mantener sus sillones a pesar de bajar su número de votos.
Las elecciones del domingo, con el debate sobre el poder real de la política frente a los poderes económicos de fondo, ponen fin a ocho años de gobierno del PSOE y abre un nuevo escenario con incertidumbres. Una de ellas es el futuro del partido saliente, en el que se avecina un proceso de recomposición (Rubalcaba ya ha pedido un congreso del PSOE “cuanto antes”). Otra es la capacidad de mantener sus apoyos por parte de los partidos minoritarios y Amaiur. Y la última podría ser la del propio gobierno. La salida a la crisis económica que se intuye de un PP con mayoría absoluta auguran meses complicados en el parlamento y en la calle. Después de tanto tiempo postulándose, los conservadores se enfrentan ahora a las hemerotecas y a la sostenibilidad de sus argumentos.
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