La jornada de hoy poco ha tenido de huelga general. La división sindical en la convocatoria ha tenido gran parte de responsabilidad en esto. La convocatoria partía de los sindicatos UGT y CCOO a la que se habían sumado sindicatos como CNT, CGT, ESK y diversos organismos de la izquierda, pero no contaba con la llamada al paro de los sindicatos vascos ELA y LAB, mayoritarios en las pasadas elecciones sindicales. Igualmente otros organismos como el sindicato de enseñanza STEE-EILAS tampoco secundaban la convocatoria.

Si para los sindicatos de carácter más reivindicativo la razón principal para secundar la huelga convocada por los dos grandes sindicatos españoles era proseguir con las labores de denuncia y agitación en el campo laboral, este ha sido precisamente uno de los argumentos más esgrimidos en la calle: el elevado coste que para un/a trabajador/a le supone costearse las jornada de huelga, habida cuenta que ya se había realizado una el 29 de junio, y en el caso del sector público, igualmente se había realizado otra llamada a la huelga a inicios del mismo mes. La falta de acuerdo sindical en la fecha de huelga se ha convertido también en otra de las explicaciones más recurridas a pie de calle a la hora de explicar por qué no secundar la misma. Además, el nulo trabajo de calle de los sindicatos UGT y CC OO, que ha sido suplido por las labores de agitación de los sindicatos más combativos, no ha conseguido crear el ambiente de incertidumbre previo a una movilización de estas características.

Todo ello ha redundado en un bajo impacto de la convocatoria, secundada mayormente por afiliados y delegados de los sindicatos UGT y CCOO y los militantes sindicalistas de las opciones combativas y que ha librado su expediente al tener un impacto considerable en el transporte público, lo que ha entorpecido el curso de una vida cotidiana que en esta ocasión no ha sido modificada por la llamada a huelga.

A pesar de ello, tanto CNT, Esk como CGT hacen una valoración positiva de la jornada, teniendo en cuenta el punto de partida de división sindical en el que los sindicatos mayoritarios en Euskal Herria, LAB y ELA no han convocado a huelga. En sus valoraciones han remarcado que a pesar del poco seguimiento, las movilizaciones que ellos han convocado han contado con una afluencia considerable. Insisten, así mismo, en que la lección más imporante del día de hoy es la evidencia de que es necesaria una unidad sindical y que hay que seguir en la línea de movilización que se ha emprendido procurando que cada vez las convocatorias sean más mayoritarias.