Un 20N murió Franco y nació nuestra joven democracia. 36 años después, ¿estamos preparados para la vuelta del horror? ¿Volverán Urdaci y Lina Morgan a RTVE? ¿Será Arturo Pérez Reverte el macho alfa biohombre al que todos los escolares tendrán que imitar so pena de quedarse sin su ración de anabolizantes? ¿Quedarán escuelas? ¿Se privatizará hasta el agua de los floreros?

Para curarnos de espanto, hemos decidido pedir relatos de las peores pesadillas, premoniciones y expectativas sobre la vida a partir del 21 de noviembre. Pónganse el casco de la demagogia festiva y asistan a este resumen profético de los peores años de nuestras vidas.

Cambia el semáforo cultural

Unos suben y otros bajan, como los cesantes de Miau. Los símbolos de la cultura en España se la juegan en las elecciones. Eso sí,muchomenos que los cincomillones de personas que están en paro o que quienes tienen un trabajo serio.

SUBE // J. Manuel de Prada

No cabe duda de que la encuesta del CIS y su boda han sido las mejores noticias en la vida de Juan Manuel de Prada. En un exilio voluntario en las filas de la literatura beata, de Prada no puede vivir sino bien con el PP en el Gobierno. La amargura cristiana vertida en sermones, columnas, novelas, ensayos
— megabites en definitiva— se verán correspondientemente recompensados con el “respeto de la crítica” y algún galardón. El Nobel, no obstante, parece demasiado premio para él.

SE MANTIENE // Rosa Montero

Auténtico tótem de la España Democrática, nadie puede esperar a separar a Rosa Montero de las personas que la leen, que coinciden en todo con ella (siempre a posteriori, porque el genio es de ella, por supuesto). Desde su atalaya en El País Semanal, próxima a las de Cruz, Marías, Grandes, Ruiz Mantilla, etc. Montero seguirá viendo cómo se tuerce ese sueño llamado Transición que algunas mentes preclaras tuvieron en una cafetería cercana a los Nuevos Ministerios.

BAJA // Willy Toledo

Que nadie piense que el PP le va a reír las gracias a este comprometido actor español. Willy Toledo, junto a Fermín Muguruza, son las principales figuras mediáticas de un espectro en el que el PP ni se mete (y si se mete es para censurarlo torpemente). El conflicto del Sahara parece la forma más sencilla de que Toledo saque de quicio al Gobierno español, que, presumiblemente, no optará con la beligerancia contra Marruecos. Los tiempos de Perejil han dado paso a los del Frontex.

SUBE // La oreja de Van Gogh

El PP deberá hacer auténticos malabares para gestionar un mapa azul sólo manchado por Bildu, un enemigo demasiado sólido como para vencerle con el sumario 18/98. En la próxima estrategia del PP, por lo tanto, se tiene que aceptar cierta tolerancia hacia lo vasco, que no a lo euskaldun, de la que, de rebote, puede salir beneficiado el combo vasco La oreja de Van Gogh. Es posible incluso que el Athletic de Bilbao gane una copa, como pasaba en los tiempos de Franco.

BAJA // Alex de la Iglesia

Se avecinan malos tiempos para el director de cine Alex de la Iglesia. Si a su origen se le suma que recientemente se ha caído del caballo del copyright, la conclusión sólo puede ser que el autor de La Comunidad se va quedar fuera de la foto. A tenor de sus dudas para abrazar la religión del copyleft, tampoco parece que de la Iglesia vaya a encontrar una calurosa acogida en la llamada “izquierda radical”. O sea, que podrá dedicarse a sus películas, lo que, bien visto, no está mal.

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