Las tecnologías digitales
(web, Facebook, Twitter,
YouTube, radio y televisión
online, N-1, listas de
correo...) son clave en el
15M, tanto para publicar
como para organizarse
políticamente.
- REDES. La Comisión de Comunicación ha sido fundamental en la difusión. Foto: Olmo Calvo.
“Acabamos de acampar en la Puerta
del Sol de Madrid, no nos vamos
hasta que lleguemos a un acuerdo.
#acampadaSol”. Es el primer post
del twitter recién creado desde el
corazón del kilómetro 0 en la madrugada
del 15 de mayo. Lo teclea
Dani, uno de los primeros hacktivistas
de Sol. Horas más tarde, el
móvil desde el que emite esta señal
al ciberespacio se queda sin batería.
Pero la señal está prendida.
A la mañana siguiente del primer
post ya hay 1.600 seguidoras. “El
tercer día, Twitter era un altavoz
por el que hablabas al mundo entero.
Decías algo y veías cómo se replicaba
por todos los continentes a
una velocidad alucinante”, explica
Dani extasiado en el intervalo que
le dejan múltiples llamadas.
“Todo lo que se hace en la calle
hay que moverlo por la red”. Con
esa férrea convicción, este hacktivista
improvisaba la primera estrategia
de difusión del 15M, un movimiento
que Guillermo Zapata, twittero
de Sol, define como “el primero
que se retransmite en directo 24
horas, siete días a la semana”.
Cuentas en Twitter y Facebook,
así como dominios de web –spanishrevolution.
net (hoy redireccionada
a tomalaplaza.net), takesthequare.
net o tomalosbarrios.net– se
crean casi simultáneamente para la
acampada de Sol y para otras plazas
internacionales y estatales.
Semanas más tarde también para
los barrios. La compra de los primeros
dominios, nos explica Dani,
tiene como objetivo dar un espacio
rápido de comunicación a cada plaza
para que pudiese crear sus blogs
individualizados (deslocalizando el
movimiento de Sol), pero tratando
de mantener la coordinación.
Un despliegue de cuentas y dominios
que abruma y también confunde,
pero que diversifica las fuentes,
como explica un comentario de
la web de Hacksol: “En caso de ataque
o bloqueo por parte de las autoridades
(recordar el caso de Wikileaks),
la red es mucho más resistente”.
Después llegarían a Sol la
radio online, un espacio en You-
Tube y la retrasmisión por streaming
de las asambleas.
Pero el crecimiento vírico trae
los primeros problemas virtuales:
duplicación de tareas, saturación,
bulos y desinformación. La red
se desborda, pero la plaza también.
Los problemas virtuales
conviven con los analógicos: la
conexión eléctrica se pierde por
momentos; riadas de personas
que quieren participar acuden a
Sol y se desesperan; el control de
las contraseñas y la rotación de
turnos no es fácil y genera desconfianza…
y en medio de todo
eso, el cuartucho improvisado en
el culo del caballo de Sol se ha
quedado pequeño.
El quinto día, en Sol hay un grupo
estable de redes sociales. Publican
lo que se aprueba en asamblea,
lo que demandan comisiones
y también otras plazas. Días después
se constituye oficialmente la
subcomisión Hacksol, para dar soluciones
tecnológicas a las comisiones
y grupos de trabajo de Sol y los
barrios. Su trabajo invisible es sostén
de la comunicación interna y
externa de las plazas. Y algunas piezas
comienzan a encajar: “Ahora
por fin hay una estructura de listas
de correo por comisiones y grupos
de trabajo y plazas, con unos protocolos.
Además la gente rota muy
frecuentemente de responsabilidades”,
comenta Dani con orgullo.
Como en las plazas, la pedagogía
también es necesaria en la red.
“Intentamos educar en el manejo
de las listas y correos con Netetiquete”,
añade.
Además de las listas de correo,
existen otras tecnologías digitales
que ya están usando muchas comisiones,
no sólo en el Estado español.
N-1 es es una de ellas. ¿Qué es?
“Una red social libre que te permite
tener una serie de herramientas
muy rápidamente: blog, wiki, chat,
foros, calendario compartido. Al ser
de software libre quienes la usan
no dependen de multinacionales y
por lo tanto tienen un control de sus
datos”, explica Dani.
“Ahora todos debemos ser hackers.
Aunque no tengamos saberes
técnicos, sabemos de pensar aplicaciones
políticas”, opina Zapata. Para
Dani, “la informática es política.
Se trata de construir cerebros en
red. Hasta ahora sólo llevamos un
pequeño escalón de una escalera”.
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