PUERTA DE HIERRO | EL AYUNTAMIENTO DE MADRID HA DERRIBADO NUMEROSAS VIVIENDAS ILEGALMENTE
Entre los escombros de 300 vidas

Lo que queda del poblado de Puerta de Hierro, apenas unas diez casas, aún puede verse en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca. Allí resisten –entre la autovía, la central de tratamiento de agua de Madrid y un gigantesco campo del golf– las viviendas, los vecinos y todos los escombros que el Ayuntamiento deMadrid acordó recoger cuando echó de sus casas amás de cincuenta familias.

13/06/12 · 8:00
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TODOS LOS MENORES ESCOLARIZADOS. Los niños y niñas de Puerta de Hierro asisten a diario a la escuela. / Foto: Florian Bachmeier

Lo que queda del poblado de Puerta de Hierro, apenas unas diez casas, aún puede verse en el distrito madrileño de Moncloa-Aravaca. Allí resisten –entre la autovía, la central de tratamiento de agua de Madrid y un gigantesco campo del golf– las viviendas, los vecinos y todos los escombros que el Ayuntamiento deMadrid acordó recoger cuando echó de sus casas amás de cincuenta familias.

El exalcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, actualmente ministro de Justicia, puede jactarse de haber acabado con el derecho a la vivienda de más de doscientas personas, de las cuales la mitad son menores. Cinco generaciones después de que en 1961 se construyeran las primeras viviendas de esta comunidad gitana, solo quedan los duros cimientos de hormigón de lo que el Consistorio denominó chabolas, infraviviendas que había que echar abajo amparándose en el programa de erradicación del chabolismo, aunque entre los afectados estámás presente la sombra de la especulación inmobiliaria.

Los primeros derribos tuvieron lugar en verano de 2010 y se han ido repitiendo de forma esporádica hasta marzo de este año. Desde el Ayuntamiento se ha dejado muy claro que no quedará ni una infraestructura en pie. Imaginamos la situación: despertarse de madrugada, sobresaltado, abrir la puerta de casa y encontrar un fuerte despliegue policial que te avisa de que tu casa y todo lo que hay dentro va a ser destruido. Algunas veces presentaban una orden judicial, otras ni siquiera eso. Su misión era erradicar un foco de marginalidad, acabar con la exclusión social a golpe de excavadora, generando al mismo tiempo más pobreza, másmarginación en una comunidad con niños escolarizados, nulos niveles de delincuencia, agua corriente y electricidad.

La mayoría de los trescientos habitantes del poblado vive de la recogida de chatarra o de vender lo que puede en rastros ymercados de varias localidades. El plan del consistorio contemplaba el realojo de las familias en nuevos pisos bajo un régimen de alquilar social, aunque solamente 16 de ellas reunían los requisitos que otorgaban ese derecho.

Amnistía Internacional ha calificado estos derribos –ilegales en muchos casos– como una “violación de los Derechos Humanos” y han afirmado que “contraviene todas las normas del derecho internacional”. En los desalojos, nunca se tuvo en cuenta por parte de la autoridad competente ni el estado de salud de los desalojados ni la edad. En una ocasión, la consecuencia fue un aborto. Sin embargo, la vida continúa en este poblado. Algunas familias acogieron a otras. Los que pueden, siguen pasando las tardes bajo la uralita de su porche, los que no, en el porche del vecino. En la iglesia siguen celebrándose misas y los niños nunca han dejado de jugar entre los restos de lo que un día fue su casa.

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