JUSTICIA // TRAS 20 AÑOS DE EXILIO JORGE MARTÍN FUE DETENIDO EN SANTIAGO POR CARGOS QUE SE REMONTAN A LA ÉPOCA
Doscientos exiliados políticos de la era Pinochet aún no pueden volver a Chile

Mientras en la Corte
Marcial no existe
prescripción para los
procesos contra la
oposición en el exilio,
muchos oficiales de la
dictadura siguen
activos en el ejército.

16/03/10 · 0:15
Edición impresa

El 27 de enero, Jorge Martín, de 53
años y ex militante del Frente Patriótico
Manuel Rodríguez (FPMR)
–grupo armado contra la dictadura
pinochetista– fue detenido nada más
bajar del avión en Santiago de Chile,
cuando volvía a su país después de
20 años de exilio en Madrid. Fue liberado
tras varios días con la obligación
de no salir de Chile mientras no
termine su proceso.
Su caso es paradigmático. A punto
de cumplir 20 años, la democracia
chilena aún está enredada en el legado
político del dictador. En todo el
mundo hay cerca de 200 personas
exiliadas o proscritas por la dictadura.
La mayoría son ex guerrilleros y
opositores a quienes la dictadura impuso
por decreto el exilio forzado.
Un decreto que se mantuvo con la
llegada de la democracia.
Después de la transición, los tribunales
internacionales intentaron
juzgar a los altos mandos del ejército
de Pinochet por crímenes de guerra,
pero sólo en pocos casos se llegó
con éxito al final de juicio. En el
ejército chileno todavía están activos
muchos oficiales que dieron órdenes
en esa época. Otros tantos se
han retirado y viven de sus ricas
pensiones, mientras que la Corte
Marcial no prevé la prescripción de
los procesos a los exiliados.
Matilde Martín, hermana de Jorge
y también represaliada, explica que
el único delito de su hermano es “el
de haber luchado contra la dictadura”.“
Cuando los asesinos de nuestra
familia campean libremente por las
calles del país”, añade, “a los luchadores
de la democracia se les encarcela
y se les prohíbe volver a su
país”. En una entrevista a DIAGONAL,
Jorge definió, el día de su detención
hace 25 años por la Central
Nacional de Informaciones (CNI),
la policía secreta de Pinochet, como
“el más trágico de la historia de mi
familia. Cuando irrumpieron en mi
casa, los agentes mataron a tiros a
dos de mis hermanas menores y a
un sobrino pequeño”. Jorge y
Matilde fueron encarcelados, interrogados
y torturados durante días.
La CNI había aprendido las técnicas
de tortura de la CIA. “La parrilla
consistía”, relata Jorge, “en que te
aplicaban eléctrodos en los genitales
y en el recto y te ponían descargas
de corriente eléctrica. Otra tortura
era el submarino: te forzaban
la cabeza en una bañera llena de
orina y excrementos hasta casi sofocarte”.
Jorge y Matilde fueron torturados
regularmente en sesiones
de interrogatorios que se repetían
cada cuatro horas durante los primeros
20 días de detención.
Junto con otros 48 presos políticos,
Jorge Martín se fugó de la cárcel
de máxima seguridad de Santiago
el 29 de enero de 1990 (ver
recuadro). Sólo un mes y medio
después, el 11 de marzo de 1990,
Pinochet dejaría oficialmente el
poder, manteniendo en sus manos
la jefatura de ejército. Durante la
transición, el Partido Comunista
Chileno (PCCh) suscribió los acuerdos
de exilio de los guerrilleros que
siguen en vigor.

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PRESOS POLÍTICOS. Jorge Martín (derecha) y Rafael Pascual Arias (delante) con otros presos políticos del FPMR.

Dos generaciones de exiliados

Como muchos de sus compañeros,
Jorge se afilió aún adolescente a
las Juventudes Comunistas. Participó
en las manifestaciones y protestas
pacíficas donde vio matar a
tiros a sus amigos. Según él, “fueron
esas experiencias” las que le
llevaron a concebir la lucha armada
como única solución a la dictadura.
Entró entonces en el FPMR,
brazo armado del PCCh.
Los padres de Jorge, republicanos
españoles, también vivieron la
experiencia del exilio en Chile después
de la Guerra Civil, gracias al
poeta Pablo Neruda, que consiguió
salvar a 2.400 personas en el barco
Winnipeg. Paradójicamente su hijo
volvió como exiliado a España tras
luchar contra la dictadura.


LA GRAN EVASIÓN DE LA CÁRCEL DE MÁXIMA SEGURIDAD DE SANTIAGO

R.V. (MADRID)
El 21 de noviembre de 2009 el
periodista Xavier Montanyà presentó
en Madrid su libro La gran
evasión, que relata la historia y
los antecedentes de la evasión
masiva de 49 presos políticos
de la cárcel de máxima seguridad
de Santiago el 29 de enero
de 1990. Jorge Martín presenciaba
el acto junto con otros dos
de los protagonistas, Rafael Pascual
Arias y Miguel Montecinos,
también presos del Frente
Patriótico Manuel Rodríguez
(FPMR). “La prensa internacional”,
explicó Jorge Martín, “la
llamó entonces Operación Éxito,
pero para nosotros se llamó
desde el principio Operación
Homenaje a los Caídos en Combate”.
“Existe una ley no escrita”,
como Montanyà relata en el
libro, “según la cual el deber de
todo preso es escaparse”. Ésto
lo tenía muy claro Miguel Montecinos,
que a los pocos meses de
entrar en la cárcel empezó a planificar
y organizar la “memorable
evasión”, en palabras de Rafael
Pascual Arias. Tardaron casi dos
años en realizar el plan. La cárcel
de máxima seguridad de
Santiago era una fortaleza inexpugnable
repleta de militares y
agentes de la Central Nacional
de Informaciones (CNI), los servicios
secretos de Pinochet. Por
eso, afirmó Arias, “desde el principio
descartamos la opción del
enfrentamiento”. Cavarían debajo
de la cárcel un túnel largo de
cien metros que les dejaría en
proximidad de una estación de
autobuses. “Con las modernas
tecnologías”, explica Montecinos,
“cavar un túnel de cien
metros puede parecer una tontería.
Nosotros lo hicimos con
cucharas y otros utensilios primitivos
que construíamos con
nuestras manos, o con las mismas
manos”. Miguel había cursado
algunos años de ingeniería
antes de entrar en el FPMR, y
sus conocimientos técnicos fueron
esenciales para el éxito de la
operación. “Al adentrarse dos o
tres metros”, contó Jorge Martín,
“ya no entraban el aire y la luz, y
el mismo cuerpo del que cavaba
actuaba como tapón”. Para solventar
estos problemas realizaron
un sistema de ventilación y
de iluminación en el túnel y
hasta crearon una red de comunicaciones
para parar las obras
sin gritar en caso de que fuera
necesario. Para proteger la
operación y evitar “chivatazos”
habían activado un servicio de
inteligencia y contrainteligencia
que les informaba de todo lo
que ocurría en la cárcel. Por ese
medio llegaron a conocer todos
los secretos de los presos e
incluso de los agentes de la CNI,
de los tráficos clandestinos y de
los romances entre presos y
guardias. Todos sus esfuerzos y
su determinación fueron premiados
la noche del 29 de enero de
1990. Uno tras otro, los 49 desfilaron
hacia la libertad sin ruido
ni tiroteos. Una vez fuera, se
subieron a varios autobuses y
desaparecieron. La seguridad de
la cárcel no se enteraría hasta
entrada la madrugada. En los
meses siguientes se denegó al
Frente la participación en las
negociaciones para la transición
hacia un Gobierno democrático.
Pinochet mantuvo el mando del
Ejército e impuso el exilio forzado
de los opositores como condición
para el fin formal de la
dictadura.
En estos 20 años se ha intentado
en repetidas ocasiones presionar
al Gobierno chileno para
que se comprometiera a resolver
la condición judicial de los exiliados,
pero en ningún caso se
llegó a una solución. La primera
objeción se debe a que los procesos
están activos bajo la justicia
militar de la Corte Marcial.

EL F.P.M.R.

El Frente Patriótico Manuel
Rodríguez se dio a conocer el
14 de diciembre de 1983 con
una acción de sabotaje a las
líneas eléctricas de todo el Estado
chileno. Le debe el nombre a
Manuel Xavier Rodríguez Erdoíza
«el hijo de la rebeldía», héroe en
la independencia de Chile de la
corona española. Practicaban la
lucha armada en defensa del
pueblo ante las vejaciones de la
dictadura. En principio no eran
más de cien personas, pero con
el favor y muchas veces la complicidad
de la población se fueron
sumando a sus filas muchos
jóvenes más hasta superar los
mil militantes. Sus acciones de
guerrilla y su jerarquía interna se
fueron estructurando hasta llegar
a planear y realizar el atentado
a Pinochet de 1986, al
que el dictador sobrevivió casi
milagrosamente.

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comentarios

2

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    12/02/2016 - 2:33pm
    https://www.facebook.com/groups/967235286661436/ Ex Presos Políticos Unidos Sin Banderas Partidarias
  • |
    sonuico
    |
    06/03/2015 - 10:16am
    pequeña errata.  la fuga se realizó desde la cárcel publica de Santiago, hoy inexistente, ya derruída, que era el penal más viejo de la capital.  desde la de máxima seguridad se fugaron los dirigentes del FPMR, rescatados en un helicóptero.  arriba los que luchan !!!!
  • PRESOS POLÍTICOS. Jorge Martín (derecha) y Rafael Pascual Arias (delante) con otros presos políticos del FPMR.
    PRESOS POLÍTICOS. Jorge Martín (derecha) y Rafael Pascual Arias (delante) con otros presos políticos del FPMR.
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