El representante de Naciones Unidas para la lucha contra la tortura, Juan Mendez, emitió ayer un comunicado de reprimenda contra el Gobierno de EE UU por impedirle visitar en privado a Bradley Manning, el soldado norteamericano encerrado en una prisión militar por ser, presuntamente, la fuente de Wikileaks.

Mendez, en un comunicado que según The Guardian "se reserva normalmente para regímenes dictatoriales", dijo "estoy profundamente disgustado y frustrado por la prevaricación del Gobierno de EE UU en relación con mis intentos de visitar al señor Manning".

Según los grupos de apoyo a Manning, EE UU está siendo vengativo en su tratamiento de Manning. El soldado se encuentra detenido en la base de Quantico, Virginia, en condiciones que describen como inhumanas.

En declaraciones al diario inglés The Guardian, Mendez aseguró que estaba trabajando en una queja sobre el supuesto trato inhumano y degradante hacia Manning. "Hasta que no tenga todas las pruebas encima de la mesa, no podré decir si ha sido tratado de forma inhumana", declaró.

Según el representante de Naciones Unidas, la gran mayoría de los estados permiten las visitas a los detenidos sin condiciones. Pero el departamento de Defensa no le permite hacer una visita "oficial", sólo una como particular. De este modo, no podrá visitarle sin la presencia de un guardia, y todo lo que dijera el detenido durante la visita podría ser utilizado por un juzgado militar.

Según el Pentágono, el régimen de la base de Quantico sólo permite este tipo de visitas a los abogados de los detenidos.