Viaje de vida y baloncesto

El periodista Jacobo Rivero presenta
‘El ritmo de la cancha’, un libro sobre
deporte, vida y cómo hacer periodismo.

19/06/12 · 2:59
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Jacobo Rivero (Foto: Juan Pellegrin)

Berlín, Egipto, Filipinas, San
Francisco, Venezuela, Vietnam,
Manhattan... Si un libro siempre
es un viaje hacia alguna o ninguna
parte, El ritmo de la cancha
(Clave Intelectual), la primera
obra del periodista Jacobo
Rivero, es un recorrido geográfico
y temporal encerrado en un
rectángulo.
Un trayecto sobre un
mapa humano que dibuja un espacio
común sea en forma de
cancha de baloncesto, escritorio
de una redacción u oscuro escenario
donde toca una banda. A
través de este deporte, sin encerrarse
en él, Jacobo enhebra 13
capítulos con ritmo propio y “coherente,
como si se tratase de un
disco, en concreto un disco de
jazz”, explica el autor.

No es un tour por el baloncesto
convencional, de puntos y rebotes,
ni de nombres oxidados
o estereotipos agotados. Es un
libro de historias de todos los
baloncestos y, sobre todo, de
sus personajes. “Habla de personas
que superaron dificultades
por la mera voluntad de
practicar algo que les produce
diversión”, resume el autor. No
es, por lo tanto, otra cosa que
historias de vida, sensaciones y
sentimientos comunes
en mundos aparentemente disonantes,
nacidas de la inquietud o de experiencias
personales. ¿Qué
ocurrió con el baloncesto en los
Juegos Olímpicos de Berlín de
1936? ¿Cómo se vive este deporte
en Palestina o Somalia?
¿Qué fue de Don Angelo
Barksdale o Jim Carroll?

Un viaje que reclama en sí
mismo el ejercicio de un periodismo
honesto con la sociedad,
sin tópicos ni los grandes
y vacíos titulares de la prensa
deportiva actual, una actividad
que para Jacobo Rivero sobrevive
en “blogs y redes sociales.
Del periodismo amarillo y sensacionalista
hay que desertar,

es perjudicial para la salud de
las sociedades”. Un derecho a
la buena y responsable información
que pertenece a todos
como consumidores y generadores
de ésta.

“El libro me lleva a la pasión
de informar e informarme de
una forma diferente,
también a
la voluntad de buscar lenguajes
comunes, ajenos a las formas
habituales de hacer política o de
acercarse a situaciones concretas,
que creo están muy estandarizados
por códigos ya manidos
y rechazados tanto por los
lectores como por los protagonistas”,
reconoce el escritor,
miembro del colectivo editor del
periódico DIAGONAL y colaborador
habitual del mismo.

Diferencia y empatía

Esa esencia del buen periodismo,
hacerse preguntas y generarlas
en los demás, como
enuncia una cita de Paulo
Freire entre los prólogos de Ángel
Goñi y José Ajero, es una
ruta compartida con el entrenador/
educador de baloncesto.
Jacobo Rivero, técnico de la
cantera del Club Estudiantes,
plantea una misma reflexión en
este ámbito, aunque cada uno
puede acercarse a su libro desde
diferentes prismas o realidades
ajenas al baloncesto:
“Me gustaría que mi libro planteara
cuestiones alrededor del
valor de la diferencia,
de la empatía
y de la forma en que normalmente
nos acercamos a las
informaciones”.

Lugares comunes como la música,
el cine o la literatura, pero
también las relaciones humanas,
los afectos y sentimientos como
la rebeldía y el ansia de libertad,
conectan los 13 relatos con un
estilo alejado de lo barroco y una
documentación afinada. Como
la protagonista de uno de los capítulos,
Toni Smith, jugadora
norteamericana que se negó a
saludar a la bandera como protesta
al Gobierno de George W.
Bush, El ritmo de la cancha no
pretende ser políticamente correcto

ni observar la realidad
desde la falsa cornisa de la objetividad.
“No pretendo que el libro
sea ‘militante’ de nada, pero
tampoco creo en la neutralidad o
la objetividad. Toni Smith se negó
a saludar lo políticamente establecido,
a mí en ese sentido me
ocurre algo parecido. Me aburre
hablar sin querer decir nada y si
escribo tengo que tratar de transmitir
alguna reflexión”, declara
Jacobo Rivero.

El ritmo de la cancha supone
también un viaje interior para
el autor, que, en tres años, le ha
llevado a conocer en persona a
algunos de sus protagonistas
por medio planeta y en cuyo
proceso ha depositado fragmentos
de sus obsesiones (la
música, Woody Allen, The
Wire
, los Knicks...) porque “no
separo mi forma de ver el baloncesto
de la forma en la que
me relaciono con el mundo”.

Un recorrido que se proyecta
en el futuro y en el que ya trabaja
a través de diferentes proyectos
literarios como un libro a
cuatro manos con Ángel Goñi
sobre baloncesto y pedagogía;
otro sobre Nueva Orleans antes,
durante y después del Katrina;
una novela de ficción ambientada
en los Juegos de Barcelona de
1992 con el Dream Team de protagonista...
“Cada día se me ocurre
una nueva historia que escribir,
creo que El ritmo de la
cancha
me ha contagiado un virus
enfermizo por la escritura”.
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Jacobo Rivero (Foto: Juan Pellegrin)
Jacobo Rivero (Foto: Juan Pellegrin)
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