El grupo teatral mejicano Lagartijas Tiradas
al Sol habla sobre ‘La Rebeldía’, un proceso
escénico centrado en la vida de una guerrillera.
- Foto: Andrea Lopez
A comienzos de 2012, el grupo
mexicano Lagartijas Tiradas al
Sol presentó en España El rumor
del incendio, un montaje escénico
integrado en el tríptico documental
La Rebeldía, que indaga
en losmovimientos sociales y las
guerrillas enMéxico en los años
‘60 y ‘70. Desde Distrito Federal,
Luisa Pardo, Gabino Rodríguez
y FranciscoBarreiro, integrantes
del colectivo, explican las repercusiones
de este rico proceso
teatral iniciado en 2010, que tiene
como eje la vida de la profesora
y guerrillera Margarita
Urías Hermosillo, y anticipan su
actual investigación sobre el papel
que ha jugado en su sociedad
el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), que puede volver
a la presidencia en las elecciones
del próximo julio.
¿Qué reflexiones ha generado
La Rebeldía sobre las posibilidades
de resistencia y transformaciones
sociales profundas?
Creemos que hay una puesta en
contexto de lo que fueron las
guerrillas en esos años, que no
son necesariamente parecidas a
los movimientos armados actuales.
El horizonte político que
planteó la Revolución Cubana
hizo que las exigencias políticas
tuvieran un modelo de implantación.
Hoy en día ese modelo es
más difuso. Aunque las causas
de la protesta social son casi las
mismas, los ideales han cambiado
y la manera de luchar por
ellos también. Es importante criticar
algunas cosas sobre la manera
en que procedieron las guerrillas,
y también hay cosas que
rescatar. Fueron procesos complejos
que vale la pena no simplificar.
Para nosotros es importante
hablar de las guerrillas por
recuperar la noción de que la sociedad
es una creación humana
que se puede transformar. El sistema
económico y político no es
una condición sino una elección.
El mundo se puede cambiar.
¿Habéis llevado El rumor del incendio
a las zonas rurales?
¿Cómo lo recibe la gente?
No lo hemos llevado a zonas
rurales aún, pero sí a ciudades
como Chihuahua, Acapulco y
Chilpancingo, que son centros
en los que germinaron, se desarrollaron
o sucedieron guerrillas
y nacieron luchadores
sociales. La empatía y el entendimiento
con el tema se expresan
más contundentemente. La
memoria colectiva, los sentimientos
de rabia, dolor, frustración
y el silencio que se ha
guardado durante tantos años
se hanmanifestado en las pláticas
posteriores a las funciones.
¿Qué reacciones habéis encontrado
con vuestros trabajos en
el público urbano de México?
Las lecturas son muy distintas
dependiendo de la edad del espectador.
Para alguien que vivió
la época en la que hacemos
énfasis (los ‘60 y ‘70) es atípico
que jóvenes como nosotros, que
no vivimos aquel periodo, estemos
contando esa historia.
Además, las personas que vivieron
en ese tiempo tienen
una relación con los eventos
que narramos, tienen una opinión
o por lo menos referentes
que hacen que la recepción de
la pieza esté condicionada. En
cambio, nuestros contemporáneos
o personas más jóvenes,
asisten a escuchar una historia
que conocen poco o nada. Así
es que se vuelve una reacción
casi opuesta: mientras para
unos la historia se recibe con
asombro, para otros es el recuerdo
lo que prima.
Hemos encontrado que las
guerrillas de aquellos años son
un tema, si no censurado, sí soterrado,
desplazado de la historia
oficial mexicana. Por el
simple hecho de no tener una
dictadura militar pareciera que
la confrontaciónnofue tandirecta.
La guerra fue oscura, sucia,
oculta. Los muertos y desaparecidos
parecían menos espectaculares
que en otros países latinoamericanos.
Y se silenció a los
guerrilleros. Se les llamó narcotraficantes,
delincuentes, secuestradores
frente a la opinión pública,
pero se les confrontó con
la intención clara de exterminarlos.
Hemos encontrado también
en el público una necesidad por
recuperar la idea de utopía.
¿Cómo se recibe el protagonismo
de una mujer autónoma y
los aguijonazos que dais almachismo
(los revolucionarios comiendo
y la revolucionaria sirviendo,
por ejemplo)?
El público recibe bastante bien
el humor de la pieza. Para nosotros
es importante mostrar algunas
contradicciones que se
dieron dentro de las guerrillas.
Ideales como la equidad de género
no estaban contemplados
en la agenda de los movimientos
revolucionarios de América
Latina, donde por lo general se
siguió la doctrina machista-leninista.
A la vez no queríamos
narrar la historia desde la perspectiva
de los protagonistas de
la guerrilla. Preferíamos ahondar
en la vida de una persona,
Margarita Urías, que más allá
de la relación personal con
nosotros (es la madre de Luisa
Pardo), representaba un tránsito
entre los ideales de la guerrilla
en los primeros ‘60 y un
país con alternancia partidista,
que se da en 2000, cuando
muere Margarita.
¿Cómo continúa vuestro trabajo
como compañía?
Estamos preparando una obra
sobre el PRI. Es una investigación
sobre sus 71 años en el
poder. Ahora estamos monitoreando
las elecciones presidenciales
de este año, donde
el candidato que lleva la delantera
según las encuestas,
Enrique Peña Nieto, es del
PRI. ¿Regresará el PRI al poder?
¿Qué significa este partido
para México, cultural, histórica,
estructuralmente?
Las giras
de Lagartijas
«En Europa nos hemos presentado en
Bruselas (KFDA), en Zürich (Theatherspektakel),
en la Temporada Alta de
Girona, en el Teatro Central de Sevilla,
en el Festival de Otoño de París, en el
Festival Escena Contemporánea de
Madrid y en el Centro Párraga de Murcia.
Iremos en mayo de 2012 a Viena,
Berlín, Sibiu, etc. Parece que todavía
seguiremos viajando un tiempo. Estamos
contentos porque durante 2012
iremos a Sudamérica, donde se vivieron
procesos parecidos a los que en la
obra narramos. Veremos qué pasa.»
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