V de Vendetta'
V de subversión

JAMES MCTEIGUE (2006)

22/04/06 · 20:49
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Son tiempos de extraños
desplazamientos.
De una
parte el cine irrumpe
electoralmente (Michael
Moore, Hay motivo, Nanni
Moretti), intentando ejercer
las funciones informativas
que tradicionalmente le
competían a la prensa. De
otra, el área más adscrita a
la cultura popular, como
aquélla del cómic (de ahí
absorben sus referencias los
hermanos Wachowski), se
irroga funciones subversivas.
Ninguna película seria
que pretendiera dirigirse a
un público masivo se permitiría
mencionar, del modo
en que lo hace V de
Vendetta, palabras como
revolución; tampoco acogería
mensajes tan inequívocamente...
rebeldes.

La segunda novedad de V
de Vendetta radica en que
tiene lugar en áreas habitualmente
reservadas a sólidos
mensajes reaccionarios.
De la misma forma en
que, durante otras épocas,
guionistas y directores progresistas
escondían mensajes
en las películas de género,
en los últimos tiempos la
cultura pop ha acogido, especialmente
en su formato
televisivo, la misma clase de
señales, pero emitidas desde
el bando contrario. Ya
que los conservadores del
presente, y especialmente
si están en el gobierno, juegan
las cartas de la contrarrevolución,
acogiendo las
expresiones formales de
aquello que combaten, su
penetración en la cultura
pop no es más que una consecuencia
lógica.

Los hermanos W. también
utilizan las bazas del
imaginario popular, alejándolas
del simple entretenimiento
y dando la vuelta a
la temática popular con intenciones
subversivas. Así,
veremos cómo el enigmático
enmascarado, dibujado
con las características del
superhéroe, nos lleva desde
el suelo moderno hasta el
posmoderno para contarnos
que, entre otras cosas,
V no es más que la contracara
del tirano Sutler; la diferencia
reside en su destino
final: mientras que Sutler
(las referencias a George
W. son continuas) persigue
su sueño de una sociedad
uniforme y sometida, V asume
que su destino es desaparecer
cuando el cambio
esté realizándose. Resulta
peculiar que los W., que tan
estudiados han sido por
Slavoj Zizek, construyan la
película desde una de las figuras
más propias del pensador
esloveno, la del mediador
evanescente.

Creación posmoderna

Pero, sobre todo, V de vendetta
acoge las constantes
de la política contemporánea:
el otro como oprimido
(y, ocasionalmente como
vengador), la persecución
de la diferencia, el dominio
(del hombre blanco,
occidental, patriarcal, etc.)
como principal asunto. Es
cierto que, en ocasiones, V
carece de un ritmo adecuado,
que su director, James
McTeigue, no logra imponer.

También que, como
buena creación posmoderna,
borra todo asunto material
de la conflictividad
política. Dos defectos que
podrían invalidar la película
si no fuera porque se
atreve a pisar terrenos por
los que raramente se aventura
el cine contemporáneo;
porque se atreve a
pronunciar en voz alta palabras
prohibidas. Quizá V
de Vendetta sea algo más
que una película.

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