El último trabajo de la banda angelina es un directo que no iba a comercializarse más allá de su web, pero gracias a Brixton ha podido ser algo más que un álbum virtual. Jugando en casa, los creadores de la etiqueta Dirty Reggae dejan constancia de qué es lo que hay en su directo: energía, comunión con el público y mucha actitud. Con un sonido más agresivo y crudo que en estudio, el omnipresente Hammond sigue llevando la voz cantante ante un público que responde en todo momento a ese Early Reggae pegadizo y pegajoso.
El último trabajo de la banda angelina es un directo que no iba a comercializarse más allá de su web, pero gracias a Brixton ha podido ser algo más que un álbum virtual. Jugando en casa, los creadores de la etiqueta Dirty Reggae dejan constancia de qué es lo que hay en su directo: energía, comunión con el público y mucha actitud. Con un sonido más agresivo y crudo que en estudio, el omnipresente Hammond sigue llevando la voz cantante ante un público que responde en todo momento a ese Early Reggae pegadizo y pegajoso. El disco supone un aperitivo perfecto mientras esperamos su próximo trabajo y contamos los días (poco más de dos semanas) para poder disfrutar de ellos en la recta final de la gira de presentación de este disco.
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