Sexismo brutal (¡ahora en TDT!), mejor en grupo

Puede que el feminismo haya dejado de ocupar un sitio en la agenda de la pos-posmodernidad,
pero la impunidad con que La Sexta ofrece cacha fina a la audiencia ha levantado ampollas en el
patio de vecinas de la doctora, que ha decidido unirse para protestar contra tanta rijosidad.

02/07/09 · 0:00
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Siento el explícito titular de
nuestra crónica de hoy. Digo
“nuestra” porque me he asociado
con las de mi bloque. Esto
de ser individua crítica es mucho
más aburrido y estéril que
ser masa crítica. Hemos formado
un colectivo de pensionistas
adictas a la televisión. Nos llamamos
“TV on the Patio” y las
causas del nacimiento del colectivo
son tres: primera, en
nuestros salones no hay quien
respire entre las 15 y las 22 horas.

La caló, insufrible. Así que
nos bajamos una tele al patio.
Segunda, ver la tele a solas no
tiene ningún sentido, como masa
crítica que somos buscamos
la distancia y el diálogo. Ese
bicho llamado TV es muy poderoso,
si no lo conjuras con pensamientos,
siempre gana la partida.
Y tercero, vino otra vez la
Aurèlie de allende los Pirineos,
que también tiene un grupo de
visionado crítico llamado
LasBienEnsemblès allá en
Burdeos. Su grupo y los afrancesados
en general ALUCINAN
con el nivel de sexismo de
nuestra TV. Es omnipresente,
lacerante, cansino, chabacano,
insistente, feo, agotador, intratable,
prototípico, estragante,
elocuente y sobre todo, peligroso.

Es violencia, dijo Aurèlie.
Así que nos dio por discutir de
ESTO, a la vista de que estamos
siendo insensibilizadas y ‘ados’
ante algo que, de tan presente,
se hace invisible. Cuando ha acabado
hasta la infra tele: el Gran
Polvo, los Videntes Apócrifos y
los Chillones que regalan dinero
a cambio de tiempo en llamadas,
y, por fin, se puede empezar a
respirar, se ha abierto la asamblea
de las “Tv on the Patio”. El
sexismo es una transversal que
atraviesa invariablemente todas
las cadenas. Desde la pública,
como se ufanan en decir los de
La 1 y La 2 hasta Canal Giralda o
Digital+, todas las cadenas parecen
estar de acuerdo en una
cosa, por distinto que sea su signo
político y estético: una tía
buena despierta atención. Este
principio de la teoría de la recepción
de primero de preescolar
articula todos los canales y programaciones.

Están de acuerdo,
hay quórum en algo. ¡Wow! Esto
sí que es noticia.
A golpe de abanico y cerveza
vamos desgranando el axioma
hasta que nos dan las tantas.
Desde planos cortos de escotes
en entrevistas, al paternalismo
más chirriante del periodista
versado y feo a su contertulia e
incluso a la conductora del debate
por muy dueña de los 59 segundos
que sea, el sustrato está
hí, cual plancton diabólico, alimentando
a la bestia.
Y lo peor, como siempre, es el
fuego amigo. Hay pocas cosas
menos cool que declararse feminista
en estos tiempos de redes
sociales. Hasta en nuestro patio
está mal visto, con lo de luchar
en el barrio que hemos sido. No
mola nada. Y en La Sexta lo saben.
Esa cadena joven, cachonda,
con otra manera de hacer tele,
con desparpajo irónico, desprolija
factura como seña éticoestética,
que se jacta de ser el
azote de la caspa y el fachismo
inveterado de LAS OTRAS, hay
que ver ‘cómoselesvalaolladiosconestetema’.

Bien, ya sabemos
que el feminismo no está en la
agenda crítica ni de Noam
Chomsky pero de ahí a que TODAS,
Y DIGO ABSOLUTAMENTE
TODAS las tías que salen
en La Sexta sean pibonacos
de cortar el aliento demuestra
que este tema, no es que no esté
ni pensado, es que directamente
está malversado.
¿Creen acaso que ironizando
con el estereotipo de rubia tonta –véase Patricia Conde–, o de descerebrada
pin up –Pilar Rubio–
lo están neutralizando? Pues para
nada. Se limitan a rentabilizar
cacha como uno de sus principales
activos. La verdad es que son
bien visionarios los de La Sexta:
cacha fina, humor y deportes.
Tríada ultracontemporánea.
Pan et circenses. Teta et fichajes.

Y de buen rollo. Vale que
nadie se hace fan de los feminismos
–encima que hay para
elegir–, pero de ahí a pecar de
nula sensibilidad hacia la construcción
de imaginario que ofertas...
Sí, bien, Conde, Rubio,
Montañez, no son para nada
idiotas, pero TIENEN QUE ESTAR
BUENAS. La misma trampa
lanzada desde el otro lado.
¿No creen? Y la teoría transforma
la realidad. Lo dijo Althusser,
no lo he dicho yo. Habría que revisar
la capacidad de generar
imágenes de la televisión.

En un mundo de velinas, bizarros
cortejos de amazonas
libias, planos cortos a pechámenes
operados, esquizofrenia
entre virgen y femme fatale
de las ‘coreos’ de Fama, las
discusiones ridiculizadas de De
la Vega-Sáenz de Santamaría,
siempre andamos en la misma
franja: papeles subsidiarios y risibles.
En vez de pedir condenas
más duras, podrían pedir
imágenes más dignas y comenzar
a ceder autoridad. Para
empezar. Yo ahí sí firmo.

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