SPIKE LEE (2006)
Estamos ante una película
entretenida, de las
que cuando sales del
cine sabes que lo has pasado
bien viéndola, que tiene una
trama inteligente, con personajes
para nada planos y bien
interpretados, y detalles que
la hacen muy viva. Atrapa
desde la primera escena, sin
rodeos. Plan oculto nos pone
delante de las narices cómo
hacer el atraco perfecto en
una sucursal del prestigioso
banco Manhattan Trust en
pleno centro de Wall Street,
rodeado de rascacielos, maletines
llenos, peces gordos,
cochazos último modelo
y empleados de múltiples
razas y culturas. Es por tanto
también una mirada al
‘Nueva York post 11-S’.
Ante ese marco, Spike Lee
despliega una cinta de acción
y de intriga, donde no
hay persecuciones ni tiroteos,
sino que la fuerza viene
dada por la maestría visual
del realizador y el importante
guión del novato Russell
Gewirtz. La historia de este
robo es la historia del enfrentamiento
entre el jefe de los
atracadores (Clive Owen) y
el detective de la policía especialista
en liberación de
rehenes (Denzel Washington),
un enfrentamiento dialéctico
y de anticipación.
Esta película, producida por
Brian Glazer, remite claramente
a las de atracos de los
‘60 y ‘70, ofreciendo sutiles detalles
y matices, marcando un
ritmo endiablado y trazando
giros inesperados en la trama,
donde nada es lo que parece
ni los buenos son tan buenos
ni los malos, tan malos.
Spike Lee (Atlanta, 1957)
lleva 20 películas en 20 años
de carrera, siempre flirteando
con la industria de Hollywood,
pero manteniendo su independencia
y su discurso. Y
eso se nota, haga lo que haga.
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