EL REGATE
Los reyes jeques

Abdullah Bin-Nasser Al-Thani es el jeque del
Málaga. La familia Sanz (ah, los Sanz) le vendió el
club el pasado verano para cubrir parte de sus deudas
y Bin-Nasser se puso manos a la obra. El jeque
del Málaga ha llegado, ha analizado la situación y
ha comenzado perezosamente a tirar de talonario
para evitar el descenso de su equipo. Tras la destitución
del típico entrenador puesto ahí para pagar
el pato, el equipo entrenado por Pellegrini se ha reforzado
en el mercado de invierno con una mezcla

26/01/11 · 8:00
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Abdullah Bin-Nasser Al-Thani es el jeque del
Málaga. La familia Sanz (ah, los Sanz) le vendió el
club el pasado verano para cubrir parte de sus deudas
y Bin-Nasser se puso manos a la obra. El jeque
del Málaga ha llegado, ha analizado la situación y
ha comenzado perezosamente a tirar de talonario
para evitar el descenso de su equipo. Tras la destitución
del típico entrenador puesto ahí para pagar
el pato, el equipo entrenado por Pellegrini se ha reforzado
en el mercado de invierno con una mezcla
de jugadores consagrados en busca del último do
de pecho (Baptista o De Michelis) y suplentes no
consagrados de equipos UEFA en busca de una
reivindicación improbable, caso de Camacho o
Asenjo. El resultado ya se verá, pero hoy parece
poco probable que el Málaga se vea arrastrado al
pozo de la segunda división.
Pero el proyecto de Bin-Nasser es mucho más
ambicioso que salvar al equipo año tras año. Según
acabo de leer en la web del periódico Sur, Bin-
Nasser quiere invertir más de 300 millones de euros
en la construcción de un Shangrilá deportivo,
un complejo que incluirá un estadio, una escuela
de fútbol, un parque temático “de primer nivel” y
los consabidos centros comerciales, imprescindibles
para que cualquier megaproyecto que se precie
sea del agrado del vulgo. Tranquiliza leer en
Sur que el jeque es optimista y que está seguro de
que un estadio con capacidad para 60.000 espectadores
contribuirá a la “modernización y el bienestar”
de la sociedad malagueña. Al parecer no es
importante que la tasa de paro en la provincia alcance
al 30% de la población activa, porque alguien
con millones como Bin-Nasser está dispuesto
a impulsar que se muevan unos ladrillos para
darse el gusto de ganar al Almería de tanto en tanto
y, de paso, de fardar de helipuerto con otros jeques.
Esa es la suerte que tiene Málaga, eso y el
sol, que tanto les gusta a los reyes jeques.

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