EL MARCAPÁGINAS
Ralf König:risas, provocación,pollas y orgullo gay

Cuando aprieta el calor, nada mejor que una descarga
de refrescante humor provocador para activar
las conexiones neuronales. Es el momento de
acercarse -o retomar, si ya lo conoces- el irreverente
cómic de Ralf König. Y, de paso, conocer los entresijos
de ese mundo de lujuria, pecado, alegría y ganas de vivir
que la moral católica se empeña en condenar como “relaciones
contra natura”.

23/06/06 · 23:23
Edición impresa

Cuando aprieta el calor, nada mejor que una descarga
de refrescante humor provocador para activar
las conexiones neuronales. Es el momento de
acercarse -o retomar, si ya lo conoces- el irreverente
cómic de Ralf König. Y, de paso, conocer los entresijos
de ese mundo de lujuria, pecado, alegría y ganas de vivir
que la moral católica se empeña en condenar como “relaciones
contra natura”.

Nacido en 1960 en Stoest, Alemania, König, dibujante y
guionista, se dio a conocer en el Estado español con la publicación
en 1991 de su novela negra gráfica El condón
asesino, donde un duro policía gay investiga
una serie de extraños asesinatos en los ambientes
maricas. En esta sátira ya aparecen
algunos de los temas preferidos de König:
sus típicos personajes narizotas, mucho sexo
libre y desenfadado, considerado un derecho
pese a los prejuicios y el ‘qué dirán’,
hombres musculosos de enormes pollas,
una reivindicación de lo gay y la diferencia,
amor y más sexo. Mucho humor, sin
cortarse con nada ni con nadie. También
dirigido a heterosexuales para que entiendan
lo homosexual.

Tras la segunda parte de esta novela
negra, El retorno del condón asesino,
König incursiona en reinvenciones
muy particulares de relatos clásicos.
Lisístrata, reformulación de la tragedia
griega donde las mujeres se declaran
en huelga de sexo, es un cómic
en el que da rienda suelta a su
misoginia (ni las madres salen bien
paradas -por represoras- en sus
historias) y su manía hacia ciertos
planteamientos feministas y lésbicos
tachados de represores. O
Yago, una relectura del Otelo,
Sueño de una noche de verano y
Romeo y Julieta de Shakespeare
con final feliz y grandes
prepucios.

Porque si hay algo que caracteriza
a König es la naturalidad con la que
aborda el sexo (sus dibujos son explícitos, pero no son
porno), las drogas, las relaciones afectivas y los problemas
relacionados, como el SIDA (por ejemplo, en La noche más
larga). Aunque a veces pueda parecer un mundo frívolo y
sin problemas sociales, König evidencia la capacidad del
mundo gay, lésbico y transexual de construir otro tipo de
relaciones afectivas mucho más flexibles, tolerantes, libres
y gozosas que las de la familia judeocristiana.

König retrata el mundo de los sentimientos en historias
de amor y comedias costumbristas -Huevos de toro, Pretty
baby, El hombre deseado y Podéis besaros- donde el choque
entre cosmovisión gay y tabúes sociales da lugar a situaciones
delirantes que ridiculizan la moral burguesa predominante,
tan bien interiorizada por la gente que se ve a sí
misma como moderna, ‘progre’ y verde.

Pero los dardos de su humor cariñoso también asaetean
el mundo homo: sus diferentes ‘familias’ (locas, machos
peludos y viriles, los que
no se atreven a salir del
armario...), sus manías,
mitos, etc. Corazones
calientes, mezcla de poemas
de amor, textos e
historias cortas, o sus recopilatorios
de anécdotas,
situaciones hilarantes
y vida cotidiana gay en Beach boys, Retazos de vida,
Bracitos de gitano, y Suspiros de monja y otras mariconadas.
Hay incluso un relato de vacaciones: Super Paradise.

Este humor inteligente alcanza incluso al propio autor,
que en una autoentrevista, Con la mano izquierda,
desnuda su alma.

En Como conejos, pone al descubierto los complejos de
los heteros, al contarnos los problemas afectivos de dos vecinos,
uno gay y el otro ‘normal’. En su última historieta
publicada, Roy & Al, dos perros de una pareja gay evidencian
los conflictos de clase y culturales.

König ha publicado 17 álbumes, amén de historias cortas
en publicaciones de cómic, ha visto parte de sus historias
trasladadas al cine y al guiñol, y se ha convertido en un
símbolo de la cultura gay.

Tags relacionados: Feminismos Libros
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto