Editorial: Txalaparta.
Precio: 19 euros.
409 páginas, 2006

Este libro no puede leerse
de principio a fin
como un libro vulgar
y corriente. Hay que acudir
a él como a una enciclopedia,
a una guía o a un
Catálogo de la Infamia donde
buscar los nombres de
los peores, para mí, pero
muy galardonados escritores
del momento (Javier
Marías, Muñoz Molina, Almudena
Grandes, etc.) y
encontrar el denominador
común de todos ellos: el de
ir a abrevar a la misma
fuente polanquiana. El libro
critica, párrafo por párrafo
en algunos casos, a toda la
pléyade de malísimos y sobrevalorados,
cobardes y
engreídos autores y autoras;
críticos comprados que
hablan de excelencias inexistentes
y más expertos
en propaganda que en otra
cosa; profesionales de concursos
literarios. Sin olvidarse
de los supuestos periodistas
de El País -otro referente-
y de hacer una
semblanza del “jefe de pista”
de todo el tinglado:
Jesús de Polanco. El autor
entra y pasa por la picadora
a toda la caterva que rodea
y compone PRISA. Uno de
los emporios más poderosos
y sin embargo, muy poco
iluminado. Pero también
critica contundentemente a
todos aquellos grupos mediáticos
que han convertido
la Cultura en un objeto de
consumo que vender al mejor
precio haciendo, de paso,
retroceder la novelística
española contemporánea a
épocas, como dice el autor,
pregaldosianas. Si se es lector
asiduo del Babelia, los
grandes mitos patrios no
saldrán bien parados.