“El pensamiento antiautoritario atraviesa toda la Historia”

Días rebeldes. Crónicas de insumisión, es una compilación de más de 150 artículos
coordinada por miembros del colectivo libertario barcelonés Grupo Etcétera.

28/01/10 · 0:00



“La historia de la humanidad
nos enseña que el primer logro
de este acontecer histórico
es la posición erguida,
igual que el primer logro de la
criatura es alcanzar la posición
de pie. Estar erguidos
constituye nuestra primera
forma de dignidad: no doblegarnos,
no servir”. Esta cita
pertenece a la introducción de
Días Rebeldes. Crónicas de insumisión,
una recopilación de
artículos coordinada por
miembros del colectivo libertario
barcelonés Grupo
Etcétera
, activo desde los ‘70.
Entrevistamos a Abel Rebollo,
Miquel Vallés, Paco Madrid y
Quim Sirera, que forman parte
de este Grupo.

Este libro refleja experiencias
concretas de rebeldía, sin teorizar
sobre el hecho ¿es así?

Paco Madrid: Eso es, de abstracciones
nada. Son acontecimientos
muy concretos en fechas
muy concretas.

Quim Sirera: En el fondo es ver
la historia de otra manera, verla
desde Mesopotamia hasta ahora
mediante acontecimientos que
nos parezcan mayores porque
han marcado la historia, en el
sentido de desarrollar lo que hay
de más humano en nosotros, lo
más libertario, nuestra autonomía.
Y hacerlo trabajando de
manera colectiva. El que escribe
sobre un tema es cómplice de lo
que está escribiendo y hay una
complicidad entre todos los que
escriben. Son miradas distintas,
porque somos más de 50 autores,
o escribientes, pero hay una
motivación común de intentar
tratar los acontecimientos en su
raíz y no en una deriva ya más
interpretada de la historia.

¿Cómo fue el proceso de creación
de libro?


Quim Sirera: El desarrollo del
libro, durante más de tres años,
no fue que nosotros decidiéramos
qué acontecimientos reflejar
y buscáramos autores, sino
que, por ejemplo, para hablar de
la rebelión de los canuts en Lyon
nos pusimos en contacto con
por eso queremos abrirlo a internet
que, a pesar de toda la crítica
que podamos hacer, permite
acumular más “días rebeldes”.

¿Han buscado para el libro especialistas
en diferentes ramas
de las ciencias sociales?


Abel Rebollo: Nosotros no somos
especialistas en nada, somos
gente a la que nos interesa
el presente desde una mirada
crítica y subjetiva y así también
vemos el pasado. Pero no un pasado
fijo como una vieja foto sino
como una perspectiva del hoy
que se abre hacia ese pasado.
¿Por qué consideran ustedes
que era necesario crear esta
compilación?

Quim Sirera: En La Barcelona
Rebelde ya pretendimos mostrar
una ciudad desconocida porque
la historia, escrita por el poder,
está falseada. Terminado esto
nos propusimos ampliar este
trabajo realizando otra mirada
sobre la historia general saliendo
del estereotipo que muestra
el poder. No vamos a descubrir
esa otra historia, pero sí podemos
mostrar elementos que ayuden
a entenderla, por eso también
cada artículo acaba con una
reseña bibliográfica con la que
profundizar sobre los diferentes
hechos.

Abel Rebollo: Además, en el número
40 de la revista Etcétera hicimos
una discusión central con
consideraciones sobre la historia.
Nosotros damos importancia
a la idea del filósofo Walter
Benjamín de pasarle el cepillo a
contra pelo a la historia.

Paco Madrid: Ya intuíamos que
el pensamiento antiautoritario
atraviesa toda la historia y lógicamente
en todas las historias
académicas ese pensamiento
está sumergido dentro de un
gran volumen de información.
Puede ser que la historia oficial
hable de estos movimientos, pero
sumergidos de tal manera
que es difícil rescatarlos. Lo que
hemos intentado es mostrar ese
hilo conductor del pensamiento
antiautoritario desde que aparece
el poder en las sociedades
humanas hasta hoy. Creímos
posible hacerlo y de hecho ha
reforzado nuestra idea de que
el pensamiento antiautoritario
atraviesa la historia y que es algo
que se puede rescatar. Sería
una nueva metodología de la
historia aunque eso es algo muy
ambicioso.

No sólo recorre la historia, sino
que muchas veces es motor de
cambios.


Paco Madrid: Muchas revoluciones
han empezado con insurrecciones
libertarias que han sido
aplastadas por el proceso de
degeneración de la revolución,
el proceso autoritario. El poder
siempre ha acabado triunfando.
Por eso no queríamos tratar los
movimientos desde el punto de
vista victimista: cómo nos tratan,
cómo hemos sido golpeados;
sino los momentos álgidos
de ese proceso, que es realmente
el que importa.

Abell Rebollo: Cito una frase del
artículo de Ramón Banaiden:
“Revocando un pasado opresivo
redescubrimos el curso de una
emancipación que como un río
subterráneo nunca ha dejado de
minar las estratificaciones de la
barbarie”. Esta metáfora del río
subterráneo, o la del rastro carmesí
del que hablan otros autores,
sirve para ilustrar este libro.
Hemos hecho esto para decir, y
decirnos, y mirar este río de rebelión
que recorre la historia.


Tres crónicas de insumisión

Mesopotamia
(3.000 a.c.)

Según El poema del muy sabio Atharasis
o Cuando los dioses eran
como el hombre, antes de que los
seres humanos poblaran la tierra,
convivían en ella los dioses superiores,
ununnaki, y los inferiores, igigi,
que debían trabajar la tierra para
preservar la ociosidad de los primeros.
Los dioses igigi protagonizan la
primera insurrección reflejada en la
literatura ya que se negaron a trabajar,
destruyeron cultivos y herramientas
e incluso llegaron a cercar el
palacio del Rey de los Dioses disponiéndose
a destronarle. Entre los
anunnaki cundió el pánico hasta
que la diosa Ea fue capaz de encontrar
una solución: que los igigi crearan
a su imagen unos seres (los
humanos) que los liberasen de tener
que trabajar.


China
(184 d.c)

Tras las inundaciones del río Amarillo
(hacia el 170) varias regiones
agrícolas quedaron totalmente
depauperadas. Allí nació el movimiento
T’aip’ingtao, basado en teorías
cosmogónicas y con fuertes críticas
contra las desigualdades
sociales, el parasitarismo del poder
y la discriminación de las mujeres.
Los T’aip’ingtao formaron comunidades
con el propósito de crear “una
nueva edad de oro de la igualdad”.
En una década fueron más de
300.000 comunidades y se extendieron
por distintas regiones. En el año
184 ocuparon varias ciudades quemando
los centros de poder y
haciendo huir a los burócratas. Aunque
la revuelta fue finalmente sofocada,
este movimiento tuvo gran
influencia en la historia china.


Guanahani
(1493)

El 12 de octubre de 1493, las corrientes
arrastraron a la expedición comandada
por Colón a Guanahaní, a una de
las islas del archipiélago de Bahamas.
La isla estaba habitada por unos
1.500 indígenas descritos por los españoles
como “de buen carácter, generosos,
alegres y acogedores”. Después de
construir en la isla el fuerte Navidad,
Colón volvió a Europa dejando la
misión a los buscadores de oro. Los
colonos se portaron de forma abusiva
con los pobladores de aquella isla,
especialmente con las mujeres, lo que
provocó la reacción de los caciques
vecinos encabezados por Canoabo.
Cuando volvió Colón encontró el fuerte
destruido y sus hombres muertos, tras
el apresamiento de Canoabo, su mujer,
Anacaona tomó el testigo de la resistencia
taína.

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