"SE EDITA ""L""OVIDI S""EN VA A PALAU"", QUE RECOGE EL HISTÓRICO RECITAL ORGANIZADO EN HOMENAJE A MONTLLOR"
Ovidi Montllor, la fiera de la canción

Empezaba el siglo XXI y en ateneos, centros sociales y fiestas alternativas de las principales
ciudades y pueblos de los Països Catalans corrían de mano en mano discos con un nombre escrito
a mano: Ovidi Montllor. Sin consigna previa ni campaña de marketing de ningún tipo, los temas de
un cantautor olvidado de la nova cançó empezaron a cantarse de nuevo, de Salses a Guardamar y
de Fraga a Maó, en casals, ateneos, locales okupas y bares independentistas.

21/02/08 · 0:00
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EL LEGADO DE MONTLLOR fue reivindicado a principios de este siglo en ateneos y centros sociales de Cataluña.

La recuperación popular
de la figura
de Ovidi Montllor
(Alcoi, 1942 - Barcelona,
1995) fue un fenómeno
sin precedentes en la
historia de la música catalana.
Sus canciones fueron
reivindicadas desde la base
y por la gente más joven:
primero un homenaje en
una Festa Major alternativa.
Luego una casa okupada
del barrio de Gràcia de
Barcelona que toma su
nombre. Un cantautor novel
que lo reivindica con alguna
versión... Incluso a nivel
iconográfico su imagen
empezó a ser habitual en la
decoración de los locales
alternativos.

Esta campaña improvisada
tuvo su punto de inflexión
cuando Inadaptats, una
de las bandas más relevantes
del rock combativo catalán,
editó el disco Homenatge
a Ovidi (Bullanga, 2004).
Un CD donde el grupo de
Vilafranca del Penedès revisita
en clave de hardcore y
punk la obra más emblemática
del autor de “La fera ferotge”.
Entonces llegaron los homenajes
masivos con la excusa
de cualquier efeméride,
algunos de extracción
popular y otros más institucionalizados.

Lo cierto es
que ningún departamento o
conselleria de Cultura de
los Països Catalans tomó la
decisión de oficializar un
Any Ovidi y el pueblo tomó
la iniciativa por su cuenta y
riesgo: no fue un año, sino
casi un lustro de conmemoraciones
que culminaron en
el concierto L’Ovidi se’n va
a Palau, convocado en el
Palau de la Música Catalana
por el Ateneu independentista
la Torna del barrio
de Gràcia –donde Ovidi recaló
cuando vivió en
Barcelona– y la discográfica
alternativa Propaganda
pel Fet!. Un concierto que
recientemente ha sido editado
en CD y DVD.

Artista, cantante
y payaso

El cantautor traza un retrato
fiel de sí mismo en la canción
Autocrítica i crítica, donde se
define como “artista, cantante
y payaso”. Porque Ovidi
Montllor fue un artista completo:
teatro, cine, televisión,
rapsodia y canción. Este último
campo fue el que le reportó
más popularidad, pero
su especialización llego de
forma casual cuando, entrados
los ‘60, se desplazó a trabajar
a Barcelona. Fueron
Alfred Lucchetti y Joan de
Sagarra quienes literalmente
lo empujaron a presentarse a
un concurso de canción universitaria
donde impresionó
a todo el mundo. Era 1968.
En marzo empezó a cantar
en público por primera vez y
al final del año hacía su primer
concierto en el Palau de
la Música de Barcelona con
Pi de la Serra y Raimon.
Su primera edición fue un
EP con dos temas, editado
por Discophon en 1968, La
fera ferotge, que acabaría
siendo una de sus canciones
más populares, y Cançó de
les balances. Con los primeros
LP se abrió de miras: en
su obra ya no solo resuenan
los acordes de Jacques Brel y
de la chanson francesa, sino
que se impregna del rock
progresivo en boga durante
la época –que en Cataluña tuvo
su apogeo con los grupos
de la llamada Ona Laietana–,
de los cants de segar i batre
populares del País Valencià
o incluso del flamenco. La
madurez llegó en compañía
del genial guitarrista Toti
Soler. Una “fructífera alianza”,
como resumía un titular
de la época.

Partido e ideología

Montllor fue comunista toda
su vida: militaba en el PSUC.
Pero lo fue de una forma atípica,
con su habitual “combate
ideológico interno” entre
su “utópico anarquismo
que siempre vuelve”. Su padre,
Pepe Montllor, obrero
del textil de Alcoi, había luchado
en la ‘zona roja’ y
mantenía firmes sus principios
libertarios. Hijo de familia
humilde, Ovidi adquirió conciencia de clase de forma
casi hereditaria. También en
Autocrítica i crítica, explica:
“Tengo un partido y una ideología
/ digo lo que digo sin
cobardía / Pero también sé el
precio que esto tiene: / Tarde
o temprano me sentenciarán”.
Y la condena llegó en forma
de marginación, aislamiento
y ostracismo democrático.

Los pactos de la
Transición española acabaron
con todas las esperanzas
de cambio social y nacional
en los Països Catalans, y con
los restos del naufragio se
hundió también Ovidi Montllor
y su memoria. El que fue
uno de los iconos de la nova
cançó, el movimiento que
protagonizaron, entre otros,
Lluís Llach, Joan Manuel
Serrat o María del Mar Bonet,
editó su ultimo disco en
1980. “Este país de antropófagos
no se quiso mirar al espejo
que él continuaba mostrando”,
reflexiona la periodista
Núria Cadenas, autora
de la biografía L’Ovidi (3i4,
2002). “Los años ‘80 llegaron
con autonomías y papelitos y
cantando en castellano, y
Ovidi Montllor, a algunos, les
molestaba. No hay que imaginar
conspiraciones siniestras:
las cosas son bastante
más vulgares”, señala.
El ultimo disco de Ovidi
Montllor fue 4.02.42 (BMGAriola,
1980), la fecha de nacimiento
del cantante. Después,
Ovidi se refugió en el
cine, donde ya había debutado
en 1974 con Furia española
de Francesc Betriu.

Durante los ‘80 participó en
películas como La fuga de
Segovia de Imanol Uribe, El
pico de Eloy de la Iglesia o
Amanece que no es poco de
José Luis Cuerda. Siguió
cantando en compañía de su
inseparable Toti. Hasta llegó
a proyectar un disco a inicio
de los ‘90, Veri Good, que
nunca llegó a ser editado:
Ovidi Montllor murió el 10
de marzo de 1995.

“No sé si me he quedado
con lo más elemental de la
existencia humana, pero lo
que yo hablo nunca pasa”,
explica en la ultima entrevista
que se le conoce, realizada
por la periodista Magda
Bonet y publicada diez años
más tarde por la revista musical
Enderrock. “No porque
sea atemporal lo que hago,
que ya me gustaría, sino porque
la opresión, por ejemplo,
no pasa. Y querría decir:
no tengo ninguna canción
porque no tengo nada
que decir, volvamos a los
poetas magistrales. Pero eso
es una collonada. Mientras
el mundo sea mundo habrá
opresión y alguien a quien le
tocará cantarla”.

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