El ojo puesto en la insurrección

Hablamos con el realizador Sylvain George,
una rara avis dentro del cine documental

08/06/12 · 7:55
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S. George en la cabina de proyeccion de la Filmoteca de Navarra, sede de Punto de Vista. Foto: Txisti

Disfrutar del cine de Sylvain
George no es tarea sencilla. No
es fácil por las escasas oportunidades que las salas le brindan a
este cineasta francés
, a pesar de
los premios conseguidos –como
el que Qu’ils reposent en révolte
(des figures des guerres I)
, su
obra más destacada, obtuvo en
el Bafici 2011–, pero tampoco lo
es por la complejidad estética
que este cineasta “provocador y
discreto, lírico y reflexivo, sabio
y kamikaze” –en palabras de
Loïc Díaz-Ronda– transmite en
sus trabajos.

En febrero tuvimos
oportunidad de charlar con él
en el Seminario Internacional
Punto de Vista que se celebró en
Iruñea, donde habló de su sentido político del cine como búsqueda y actitud vital, de su visión crítica hacia las prácticas
cinematográficas imperantes y
de su concepción poética del cine como resistencia y “descolonización” del pensamiento.
Sylvain George ni siquiera define su obra: “No tengo claro si lo
que hago es cine de ensayo o no,
utilizo la conexión de diferentes
expresiones audiovisuales, en el
ensayo se puede hablar en primera persona y usar esta subjetividad de forma muy clara. Se
habla de estética como ciencia
de la belleza, pero etimológicamente significa ‘sensación’, creo
que el artista creará siempre su
propia estética si realmente está
conectado con esa sensación,
independientemente de la carga
del contenido”.

Como él mismo apunta, su
obra cinematográfica va a contracorriente del cine “supuestamente progresista en el plano
ideológico, pero conservador en
la forma”
. El uso recurrente del
blanco y negro, la mezcla de textos y paisajes, registros de cámara al hombro, etc. “El cine es una
buena forma de hacer confluir

diferentes disciplinas que dialogan entre sí y crean algo nuevo.
También es un campo en el que
diferentes formas e influencias
filosóficas o políticas encuentran
cabida y se reconfiguran adquiriendo nuevas formas”.

“Existen multitud de líneas estéticas elaboradas en la historia
de la cinematografía, el cineasta
debe encontrar la forma capaz
de mostrar sus ideas, sus obsesiones o sus emociones; yo estoy
más interesado en las formas estéticas que rompen con la narración lineal de una historia
, prefiero trabajar sobre una poética y
una estética que no respondan
a una narración lineal. Diferentes elementos que tiene su propio espacio y no responden a
una continuidad lógica en la narración actualmente establecida.
Por ejemplo, los documentales
sobre emigración que se construyen actualmente son, por lo general, demasiado sensacionalistas
, sacrificando la poética en
aras de provocar la compasión
en el espectador y esto es extremadamente peligroso para el sujeto protagonista que se ve identificado con el papel de víctima,
hay que trabajar con el sujeto
protagonista como sujeto político. Es decir, busco la identificación con la concepción del personaje, con el sujeto político, no
con la persona en sí, no es el concepto tradicional del personaje
con el que nos identificamos. No
existen personajes con los que
identificarse plenamente, son
fragmentos que, ensamblados,
conforman al sujeto y permiten
también presentar una realidad”.

Uno de los temas recurrentes
de sus documentales, la emigración, adquiere sentido desde su
posición de igualdad con aquellos que filma. Sylvain George lo
explica así: “No hago un cine didáctico; en realidad, podríamos
hablar de políticas migratorias,
podemos realizar todo tipo de reportajes con documentación o
informes elaborados desde la
Comisión Europea, desde la propia militancia, de las asociaciones de los sin papeles, etc., pero
yo estoy en otra cosa. No estoy
satisfecho con todo lo que leo y
oigo, quiero saberlo por mí mismo, tengo la necesidad de entender lo que ocurre y junto a ello
una necesidad casi física de estar allí donde suceden las cosas
sólo por el gesto de estar”
.

George concluye: “Cuando comencé con el proyecto de Calais,
la gente me decía: ‘Ya hay muchas películas sobre los emigrantes en Calais, no es novedoso,
¿qué vas a contar que no se haya
dicho?’ Pero no se trata de una
moda, sino de la necesidad de ir
más allá, estar allí, explorar y
demostrar que los individuos
son únicos y siempre puedes
hacer algo más allá de lo que
ya se ha dicho
. Para los políticos es importante convertir la
emigración en un problema político, y frente a ello debemos
conformar espacios abiertos e
ilimitados, espacios nómadas
que en el cine son gestos cinematográficos, elementos que
pueden ser no acabados pero
que están muy presentes aunque sean poco perceptibles,
transmiten una idea necesariamente política, aunque sean
gestos movidos por la rabia”.

Sylvain
George
y el 15M

Hace ahora escasamente un
año, Sylvain George no dudó
en agarrar su cámara y presentarse en Madrid para filmar los comienzos de un
movimiento que define como
«uno de los acontecimientos
históricos más particulares
en el que, sin embargo, no
se vislumbra una línea ideológica definida. Hoy se habla
del fin de las ideologías, y
frente a ello tenemos la ideología triunfante del ultraliberalismo. Así pues, en este
contexto nos encontramos
con una revalorización de la
vida común que persiste en
estos movimientos y de las
relaciones que ahí se construyen".

"Creo que es un movimiento extremadamente formado, pero a la vez no tan
extremadamente organizado
en el sentido de buscar unos
objetivos concretos. En todo
caso, es un movimiento revelador de la voluntad de expresarse, y de expresarse
contra los estragos del ultraliberalismo. Son movimientos
que representan el sentir de
la mayoría y, por tanto, están
lejos de desaparecer, es un
combate que continúa y que
al mismo tiempo se va construyendo. No sé qué ocurrirá
con estos movimientos, pero
sí sé que en todo caso no
van a desaparecer».

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S. George en la cabina de proyeccion de la Filmoteca de Navarra, sede de Punto de Vista. Foto: Txisti
S. George en la cabina de proyeccion de la Filmoteca de Navarra, sede de Punto de Vista. Foto: Txisti
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