Magia negra en DIAGONAL
Oculto y a la izquierda

A lo largo de la historia, las relaciones entre movimientos antisistémicos y lo esotérico han sido más estrechas de lo que podríamos imaginar. Desde respetados intelectuales a freaks perturbados, realizamos un breve repaso por lo más undeground del underground.

19/11/10 · 21:00
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En 1966, un tipo llamado Anton
Szandor LaVey, que antes se llamaba
Howard Stanton Levey y
que más tarde intentará hacerse
llamar El Papa Negro, un tipo
que decía haber sido amante de
Marilyn Monroe y que trabajó
tres años como fotógrafo para la
policía, funda, en el San Francisco
de la contracultura, la Iglesia
de Satán. Con unas bases
ideológicas a medio camino entre
Crowley y Nietzsche
–libertad,
hedonismo, nihilismo, amoralidad–,
un concepto metafórico
del diablo y una postura antiteísta,
el satanismo laveliano estaría
más cerca del dadaísmo
que de la religión si no fuera por
sus prácticas herméticas, su estética
tirando a macabra, su incapacidad
para desvincularse de
estereotipos
y lo en serio que se
toman el asunto algunos de sus
miembros. Muchos de ellos han
visto en el anarquismo, especialmente
en sus corrientes más individualistas,
una filosofía hermana,
algo que a la mayoría de
anarquistas le produce o bien risa
o bien verdadero pavor
.

Sectas y rock & roll

Dos años después de que LaVey
ponga en marcha su Iglesia de
Satán y todavía en California,
nos encontramos con Dennis
Wilson, batería de los Beach
Boys, recogiendo en su coche a
dos autoestopistas, dos chicas
que no dejan de hablar durante
todo el trayecto de alguien llamado
El Mago. En realidad, el
mago en cuestión tampoco se
llama así, sino Charles Manson.
Si los Beatles viajan a la India
en busca de la iluminación, los
chicos de la playa no necesitan
salir de casa para encontrar en
este delincuente de poca monta
a su gurú particular. Wilson ve
cómo su vivienda es invadida
por los seguidores de Manson,
La Familia, pero mientras duran
las orgías y las drogas, aguantar
a una panda de hippies y los sueños
de convertirse en estrella del
folk de su líder es un pequeño
precio a pagar. Hasta que empiezan
los asesinatos, claro.
Convertido hoy en día en un icono
de la cultura popular,
numerosos
artistas y bandas, como
Marilyn Manson o System of a
Down, han manifestado, en mayor
o menor medida, admiración
o respeto por las ideas de
Charles Manson, distanciándolas
en cierta forma de sus acciones
y señalando lo interesante
de algunos de sus planteamientos.
Pero el problema de Manson
nunca ha estado en ser un
tío aburrido, sino un psicópata
.

El mago del caos

“Haz lo que quieras, Eve. Ésa es
toda la ley”, dice, citando a
Aleister Crowley, el protagonista
de V de Vendetta, cómic en el
que Alan Moore desarrolla su
particular visión de la anarquía.
En otra de las grandes obras del
inglés, Watchmen, uno de los
personajes, Rorschach, representa
la figura del superhombre
nietzscheano
, aquél que sigue y
antepone a todo su propia moral.
De nuevo, Crowley y Nietzche.
Con estas bases no es de extrañar
que Moore, después de revolucionar
en forma y contenido
el noveno arte, abandonara progresivamente
las temáticas políticas
y comenzara a introducir
elementos esotéricos
en sus viñetas.

Lo que sí sorprende un poco
más es que él, ateo y ácrata,
se declarara practicante de la
magia del caos –una amalgama
casi absurda de zen, ciencia ficción
y ’do it yourself’ místico
– y
justificara esta decisión, en una
entrevista, como fruto de una
conversación mantenida con un
demonio en 1994.

Anarquismo ontológico

Y si hablamos de magos, verdaderos
juegos de manos son los
que hace Hakim Bey para articular
todas las referencias teóricas
que aparecen en sus trabajos.
Por los escritos del padre de
la Zona Temporalmente Autónoma
pasean sin tapujos libros
de historia, textos anarquistas,
novelas ciberpunk, poesía sufí,
sabiduría oriental, mitos amerindios,
postmodernos casposos,
autores filonazis, beatniks, primitivistas,
situacionistas, Shakespeare,
Saussure y, por supuesto,
Nietzsche. Bey considera
que la libertad es algo imposible
de organizar e incontrolable,
que sólo puede ejercerse en el
ahora, por lo que reivindica la
subversión cotidiana antes que
la revolución con mayúsculas.
Para sostener sus ideas recurre
continuamente al ocultismo,
que en su obra tiene la misma
validez que la ciencia, y al hacerlo
coquetea, a su manera, con los
planteamientos más rancios de
la Nueva Era. Admirador de
D’Annunzio, Bey ve en la toma
de la ciudad de Fiume, modelo
para la mayoría de historiadores
del protofascismo italiano,
un paradigma libertario.
En este contexto, además,
es difícil librarse de la sombra
de autores de extrema derecha
como Mircea Eliade o
Julius Evola
.

Lucifer feminista

En 1890, Moses Harman, un
maestro de escuela estadounidense,
fue arrestado por ser el
editor y principal responsable
de un periódico titulado Lucifer.
Lucifer era un diario de corte
anarquista y protofeminista
. La
publicación de Harman era, para
la época y el lugar, sin duda
inmoral, pero no precisamente
por tratar en sus páginas cuestiones
relacionadas con Satán,
sino por atreverse a hablar de
desigualdades de género y de libertad
sexual
.

Moses Harman fue acusado
de quebrantar con la publicación
de un artículo la Ley Comstock,
que prohibía informar sobre temas
“obscenos o lascivos”, en este
caso: la violación dentro del
matrimonio. La figura del
Maligno también ha sido utilizada
fuera del ocultismo y lo esotérico
como símbolo de rebeldía,
para reivindicar el propio cuerpo
y el goce sexual, para hacer
frente a las represiones sociales
y, en definitiva –y eso significa
precisamente su nombre–,
aportar algo de luz a tanta oscuridad.
Amén a eso.

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