"No hacen falta que pasen 70 años"

Entrevistamos, en el Festival de Cine de San Sebastián, a Josu Martínez y Txaber Larreategi,
directores de los documentales ‘Prohibido recordar’ y ‘Sagarren Denbora’, que abordan dos
episodios oscuros de la historia reciente del Estado español, junto a una de sus protagonistas.

- “Es como salir de la clandestinidad”

16/10/10 · 7:20

El Festival de Cine de San
Sebastián proyectó en su 58
edición varias películas, la mayoría
vascas, que recogen diversos
temas de memoria histórica,
desde distintas perspectivas.
Mientras la proyectada a
concurso la en Sección Oficial
Pa negre, de Agustí Villaronga,
utiliza la posguerra franquista
como excusa dramática, otras
propuestas desde el cine vasco
plantean sacar a la luz hechos
desconocidos sucedidos desde
la Guerra Civil.

Uno de estos largometrajes,
Mugaldekoak, trata la formación,
sostenida en su mayoría
por mujeres, de la red Comète
desde la Francia ocupada por
el ejército alemán al País
Vasco, película muy bien dirigida
por Mireia Gabilondo y
Fernando Bernués. Dos películas
retratan lo que vivieron las
presas políticas en la cárcel de
Saturrarán, donde entre otras
violaciones se produjo el secuestro
de niñas y niños
de mano
del general y médico Vallejo
Nájera.

Este tema se muestra de forma
ficcionada en Izarren Argia,
dirigida por Mikel Rueda, y a
través de la recogida de testimonios
de forma documental
en Prohibido recordar, realizada
a lo largo de cuatro años por
Josu Martínez y Txaber Larreategi.
Estos últimos directores
también presentaron en el
Festival Sagarren Denbora, documental
que recoge una memoria
histórica más reciente y
que recoge una memoria histórica
más reciente: las deportaciones
llevadas a cabo por el
Gobierno español desde hace
25 años, a través de la historia
de Alfonso Etxegarai y su pareja
Kristiane Etxaluz.

Josu, Txaber y Kristiane
atendieron durante el Festival
a DIAGONAL para hablar de
sus dos películas proyectadas y
de la repercusión de la película
que Josu Martínez en la dirección
y Txaber Larreategi en la
edición presentaron el año anterior,
Itsasoaren Alaba, película
en la que su protagonista
Haize Goikoetxea intenta entender
la historia de su padre,
asesinado por los GAL.

En el festival se han visto varias
películas sobre memoria
histórica, ¿quizás pasada la
moda hay una postura más
seria desde el cine por recuperar
lo que sucedió?


Josu Martínez: Puede que cuantitativamente
haya más películas,
y que haya sido una apuesta
del festival, pero la cuestión
es qué cuentan esas historias y
si hacen memoria histórica
atando el pasado con lo que sucede
hoy en día. El problema
de la memoria histórica va unido
al régimen que tiene hoy
España. Si se hablara realmente
de la Guerra Civil lo primero
que habría que hacer es plantearse
la legitimidad del sistema
de la monarquía parlamentaria.

Txaber Larreategi: Nosotros no
queríamos contar simplemente
lo que pasó en la cárcel de
Saturrarán, no queríamos decir
“pobrecitas, qué mal lo pasaron”,
por eso la película se titula
Prohibido Recordar: estas
mujeres fueron acalladas por
segunda vez en la Transición, y
desde entonces han pasado
más tiempo en silencio que en
la dictadura
.

¿Creéis que se pueden abrir
nuevos debates a través de
vuestro cine?


T.L: Entre nuestras motivaciones
para hacer Sagarren Den
bora está el querer contrarrestar
la idea que se da sobre los
militantes vascos, de ETA y no
de ETA, que salen en los medios
de comunicación, y por
eso enfocamos esta película,
igual que anteriormente
Itsasoaren Alaba desde un
punto de vista personal; nos
centramos en las personas, que
son personas con sentimientos
como todas las demás. Sin embargo,
nuestra asignatura pendiente
es abrir el documental a
otro público, llegar no sólo a
quienes les toca de cerca esa
realidad, sino a quienes les llegan
las noticias a través de los
medios de comunicación.

Vuestra anterior película,
Itsasoaren Alaba, se ha proyectado
en muchos lugares diferentes...


J.M: Hemos intentado moverla,
la ha visto bastante gente, y te
da alegría cuando alguien te
discute después de la proyección,
porque quizás has aportado
algo que no se conocía.
Pero es muy difícil romper con
ese muro. La película no sé si
es un arma cargada de futuro,
quizás es un tirachinas. Hay
momentos en que tienes la sensación
de estar llegando a más
gente, como cuando se estrena
en el Festival, pero al presentar
otro tema de memoria histórica,
más vinculado con la
Guerra Civil como es Prohibido
recordar, te das cuenta de que
todo coge una dimensión más
grande, porque el consenso
que genera es mucho mayor.
Al estrenar esta última nos llamaban
para entrevistas, y les
comentábamos que teníamos
otra película en el festival, pero
ésa no la consideraban de memoria
histórica, mientras nosotros
creemos que no hace falta
que pasen 70 años para tener
que recordar. Te das cuenta
de lo que podría ser Sagarren
Denbora si no estuviera la
situación como está y si los medios
de comunicación quisieran
dar una visión general e
imparcial del panorama cinematográfico.

¿Estos documentales sirven
de algún modo como ‘curación’
para personas que han
vivido o están viviendo un
conflicto?


J.M: Itsasoaren Alaba ha servido
claramente. Haize [Goikoetxea]
así lo planteaba desde el
principio, a ella le ha ayudado.

T.L: Una de esas mujeres expresa
en Prohibido recordar que
no tuvo la oportunidad de reconocer
a su madre, de darle
un beso, y eso se le quedó marcado.
No iba a venir a la proyección,
pero nos dijo que sería
otra espina incurable si no
venía. Yo creo que sí sirve como
terapia.

¿Consideráis que materiales
como éstos son fundamentales
para que el conflicto pueda tener
una buena resolución?


T.L: Sí, porque si se trata de entendernos
entre nosotros, el
primer paso es conocernos. El
problema es que hoy en día sólo
se habla de un parte del conflicto.
Creo que hay que enseñar
la otra parte, hay que conocerse,
porque si no, no es posible
llegar a un entendimiento.
llegar a un entendimiento.

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