Mucho más que un partido de baloncesto

El 2 de octubre el madrileño Polideportivo Magariños acogió el primer
partido internacional de la selección femenina palestina de baloncesto.
Ibdaa Center, “crear algo de la nada”

20/10/10 · 0:26
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“La normalidad de algo tan
sencillo como un partido amistoso
es para Palestina un acto
de resistencia. Es decirle al
mundo que Palestina es un
pueblo con su propia identidad
a pesar de la ocupación
que la desgarra desde hace décadas”.
Así comentaba Leila
Nachawati Rego en su blog la
visita del equipo palestino a
Madrid. Cerca de 800 personas
se juntaron para ver de
cerca a un combinado de jugadoras
en un partido con un
significado muy especial. Lo
comentaba Fouad Radi, miembro
de la Federación Palestina
de Baloncesto, antes de iniciarse
el encuentro: “Es la primera
vez que un equipo femenino
palestino juega en Europa,
desde que se formó la federación
hace 40 años”, y añadió
“el baloncesto sirve para
luchar por la paz”.

Las gradas del mítico pabellón
del Ramiro de Maeztu estaban
llenas de familias palestinas
que habían acudido a animar
a sus representantes, para
ver de cerca a un grupo de jugadoras
que por encima de bloqueos,
check points y situaciones
cotidianas extremadamente
difíciles habían logrado, a
través del baloncesto, reivindicar
la lucha de un pueblo y su
situación diaria.

Tamara Awartani, la única
jugadora palestina con algo de
experiencia profesional, lo comentaba
después del encuentro,
“venir aquí es muy importante
para nosotras. En Palestina
apenas podemos jugar, y venir
representando a nuestro
país, significa una forma de reconocer
el esfuerzo de un grupo
de mujeres por encima de
muchas dificultades”, y añadía:
“Ahora lo que nos gustaría es
poder invertir en la formación
de los más jóvenes, en construir
un futuro para nuestra
gente, y que el deporte sea la
imagen de una sociedad que ha
vivido demasiados años sometida
al terror y el sufrimiento
de la ocupación israelí”.

En lo deportivo, el partido no
tuvo mucha historia. El nivel
del equipo de Liga Femenina 2
de Estudiantes era mucho más
alto que el del combinado palestino.
Muchas más horas de
entrenamiento y de preparación,
muchos más recursos técnicos
y tácticos. Pero el espíritu
del encuentro tenía poco
que ver con un partido de competición,
al contrario, el ambiente
que se transmitía en la
cancha y en la grada era el de
una emoción colectiva por estar
allí viendo a un grupo de jugadoras
representar a un pueblo,
sus luchas, y su dignidad.
El día antes el propio entrenador,
Nader Alayan, había comentado
que no tenían miedo
a la derrota, que para ellas la
victoria era poder estar allí, jugado
al baloncesto con las camisetas
de su país.

La delegación palestina además
aprovechó el viaje para
dar charlas, organizadas por
Acercándonos, la ONG del Ins-
tituto Ramiro de Maeztu sobre
la situación en los territorios
ocupados por Israel, y realizar
diversas actividades durante su
visita a Madrid. Una forma de
poner en contacto a la sociedad
civil y desmontar tabúes y tópicos
sobre la situación de la mujer
en Palestina.

Cisjordania y el Ibdaa Center

El partido del 2 de octubre fue
la segunda parte de un proyecto
que surgió antes del verano,
a petición del Comité Olímpico
Palestino. Con la participación
del Consejo Superior de Deportes,
se estableció un acuerdo de
colaboración entre las dos entidades,
y se decidió que a través
de la Fundación Estudiantes se
establecería una visita a Cisjordania
de un equipo de baloncesto,
y una segunda vuelta que
se disputaría en Madrid.

Para el viaje a Cisjordania se
decidió que el equipo que acudiría
sería el sub 21 masculino.
Un grupo de jugadores que a su
vez son entrenadores en la cantera
del Club Estudiantes, y que
podían así implementar su presencia
en los territorios palestinos
con talleres de formación y
actividades relacionadas con el
baloncesto. A la vez, el equipo
inauguraba un nuevo pabellón
construido en la ciudad de Hebrón,
una de las más castigadas
durante el conflicto. El impacto
de esta visita, el primer partido
internacional celebrado en
Palestina, fue notable. El 30 de
julio y ante 4.000 espectadores
se inauguraba la recién construida
sala de deportes con el
partido del Estudiantes sub 21
y el campeón de la liga palestina,
el equipo del Ibdaa Center
del campo de refugiados de
Dheihseh. Allí la victoria fue
para el equipo palestino, pero
como ocurrió en Madrid con la
selección femenina, el resultado
fue lo de menos.

Crear algo de la nada

Dheihseh es un campo cercano
a Belén. Construido tras los primeros
desplazamientos de refugiados
de 1948, ha aumentado
progresivamente su población
hasta llegar a tener cerca
de 12.000 personas que viven
en poco más de un kilómetro
cuadrado. En 1994, dos amigos
decidieron levantar un proyecto
cuyo nombre significa
crear algo de la nada” (ver
DIAGONAL nº 47). Hacer deporte
en Palestina tiene un
enorme mérito, toda vez que
las condiciones que impone
la ocupación israelí hacen muy
complicado el desplazamiento
de jugadores y aficionados,
y la precariedad de medios y
formación es absoluta.

La idea que se ha puesto en
marcha tras estos dos partidos
es la de seguir ampliando los
contactos, para que esta experiencia
no sea algo puntual, sino
que tenga mayor proyección
en el futuro. Lo comentaba
Tamara Awartani, en una
entrevista con el periodista
Mariano Galindo: “Ha sido increíble.
Sólo puedo dar las gracias
al Estudiantes y a toda la
gente que se ha implicado para
que esta experiencia fuese
real. Espero que sea el primer
paso y que esto no se quede
aquí. Awartani cree que el intercambio
“debe seguir, no sólo
por el baloncesto, sino por todo.
Gracias a todos por enseñar que
Palestina es algo más que gente
que tira piedras”.

Boicot a Israel durante el Real Madrid-Estudiantes

Nada más aterrizar en Madrid, las jugadoras de la selección
palestina acudieron al partido que enfrentaba al Estudiantes
frente al Real Madrid. Allí, activistas de la [campaña
por el boicot a Israel->http://www.boicotisrael.net/index.html] repartieron cerca de mil panfletos
explicando los motivos de la iniciativa. A su vez la Demencia,
la afición del equipo colegial, cubrió en un descanso el
fondo del Palacio de los Deportes con una enorme bandera
de Palestina, y otra con la leyenda Palestina Resiste.
La [campaña de boicot->http://www.boicotisrael.net/index.html] hace especial hincapié en las actividades
culturales y deportivas vinculadas al Estado de Israel,
en la misma línea que la que se realizó en los '80 contra el
apartheid y el gobierno segregacionista de Sudáfrica. «Nos
dirigimos al mundo cultural [y deportivo] para instarle a no
participar en festivales que se realicen en Israel, mientras
este Estado no asuma los compromisos con el derecho
internacional», y añaden: «Pedimos a las federaciones
deportivas del Estado español el veto a las delegaciones
que en nombre de Israel participan en eventos deportivos».

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Madrid, Polideportivo Antonio Magariños. Partido Estudiantes-Palestina.Foto: Luis Javier Benito.
Madrid, Polideportivo Antonio Magariños. Partido Estudiantes-Palestina.Foto: Luis Javier Benito.
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