RAY BRADBURY. Editorial: Minotauro. Precio: 17,50 €. 224 páginas, 2007
Hay libros que no envejecen...
desafortunadamente.
Digo esto
porque la vigencia de Farenheit
451, ese gran clásico ahora
reeditado, es una pésima
noticia.
La novela es una de las
cumbres del subgénero denominado
distopía o antiutopía.
Tras mostrar un supuesto
mundo ideal, donde lo más
significativo es que los bomberos
se dedican a quemar
los libros que aún existen,
uno de ellos se desengaña y
va desentrañando las contradicciones
de un sistema que
se asemeja cada vez más al
nuestro: una sociedad adormecida,
donde el pensamiento
(no sólo el crítico) está prohibido
y es duramente castigado,
y en el que las diferencias
sociales se ven como un
irremediable mal menor que
garantiza el bien común.
Bradbury concibió esta
obra no como una predicción
(aunque facetas de su ‘futuro’,
como las televisiones murales
interactivas o el uso de
la tecnología para controlar,
a la vez que se crea una falsa
sensación de bienestar, sean
ciertamente proféticos) sino
como una advertencia del
rumbo que tomaba el mundo
contemporáneo. A día de
hoy, la novela adquiere una
inquietante dimensión que
permite iluminar los claroscuros
con los que el poder insiste
y consigue mantenernos
adormecidos y sumisos.
comentarios
0