Daños Colaterales es un colectivo de artistas que ha
decidido hacer de sus obras dardos envenenados
contra el consenso y el olvido. Bajo la forma de piezas
artísticas, sus trabajos introducen candentes
cuestiones de actualidad política.
- ‘¡VISITE NUESTRO BAR!’ pone de manifiesto el apoyo de determinadas marcas al régimen franquista / Daños Colaterales
Daños Colaterales
es un colectivo
madrileño fundado
en 2007 por
María González y Mariano
López, artistas formados en
la Facultad de Bellas Artes de
Aranjuez. Con ellos han colaborado
activamente los profesores
universitarios Laura
de la Colina y Daniel Villegas.
El colectivo basa su actuación
en el desarrollo de proyectos
artísticos donde arte y
política formen parte del mismo
mecanismo de reflexión.
Su trabajo consiste en la creación
de piezas que introduzcan
mensajes disonantes en
la sociedad a través de los sistemas
de difusión del arte, favoreciendo
la aparición de
una conciencia crítica.
A lo largo del año y medio
que llevan funcionando como
colectivo han realizado una
decena de piezas, de las cuales
destacan, entre otras,
Tierra prometida, Madrid,
¡hagámosle inexpugnable! y
¡Visite nuestro bar!
Tierra prometida, presentada
en diciembre de 2007 en el
Espacio F del mercado de
Fuencarral, consistía en la
instalación de un juego de
mesa. La partida comenzaba
cuando tres jugadores, uno
por cada nacionalidad implicada
en el conflicto de Oriente
Medio (palestino, israelí o estadounidense),
ocupaban su
lugar.
La pieza pone de manifiesto
el carácter tácito del conflicto
palestino, ofreciendo al
visitante la posibilidad de participar
en un juego sin objetivo,
donde habrá de matar
continuamente al otro por un
territorio que jamás controlará
totalmente. En definitiva,
de una manera sutil resalta la
maquiavélica dinámica de los
hechos; mientras haya personas
dispuestas a adoptar una
identidad nacional, el conflicto
continuará. Al mismo tiempo,
el juego recrea el cinismo
de Occidente, para quien el
conflicto, retransmitido todos
los días por televisión, queda
reducido a la simple categoría
de espectáculo.
Madrid, ¡hagámosle inexpugnable!,
creada en febrero
de 2008, fue una pieza diseñada
para participar en la
muestra itinerante ‘Psico
geografías, espacio y memoria’,
una exposición
que durante todo 2008 recorrió
muchos de los pueblos
de la periferia de Madrid
y que estaba comisariada por
Juan Antonio Álvarez Reyes.
La pieza se presentó como
una instalación en la que se
mostraban objetos de souvenir
disponibles para su venta,
objetos que eran carteles modificados
de la Guerra Civil.
Lo interesante es que cada
uno de ellos mostraba dos fechas
inscritas en un triángulo
a modo de logo comercial; la
primera, el momento en que
fueron invadidos por las fuerzas
golpistas; la segunda es la
fecha en que se construyó el
primer centro comercial en la
localidad. De este modo se
plantea una analogía entre la
invasión fascista y la expansión
consumista. Durante
la guerra,
los pueblos de la periferia
lucharon contra las tropas de
Franco por mantener su identidad
y libertad ideológica.
Hoy, aunque nadie luche por
ellas, la expansión de los centros
comerciales en estos mismos
pueblos supone una nueva
amenaza para esa identidad
y libertad de conciencia.
¡Visite nuestro bar! fue una
instalación que Daños Colaterales
presentó en la exposición
‘Creador de Dueños’,
una muestra comisariada por
Pablo España e Iván López,
del Colectivo Democracia,
realizada en Madrid de mayo
a junio de 2008.
La pieza consistía en la
preparación de un catering
muy especial. Con sumo cuidado,
el colectivo seleccionó
productos de multitud de
empresas españolas en activo,
que tras la victoria fascista
del ‘39 habían agasajado a
los triunfadores desde su publicidad.
Se realizó entonces
un trabajo de sustitución de
las etiquetas contemporáneas
por las de la época.
Con esta
sustitución quedaba explícito
el apoyo de determinadas
empresas al régimen franquista,
resaltando al mismo
tiempo las posturas ideológicas
que esconden ciertas
marcas de consumo habituales.
¡Visite nuestro bar! invita
al espectador a reflexionar
sobre estos hechos y la conveniencia
o no de degustar
dichos productos.
Quizás lo más interesante
de este colectivo sea el uso
de herramientas estéticas
para, desde las trincheras
del arte, lanzar dardos contra
las cortinas de humo levantadas
por los medios masivos.
Daños Colaterales es
un buen ejemplo de que el
arte tiene mucho que decir
en el mundo de la política y
en la sociedad. Los lenguajes
artísticos pueden ser un
poderoso medio para ganar
la lucha por la libertad de
conciencia sin renunciar a
sus principios estéticos, es
decir, siendo arte y no propaganda.
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