SLAVOJ ZIZEK
- Editorial: Trotta. Precio: 15 euros. 164 páginas, 2006
La operación de adelgazamiento
que sufre el pensamiento
de Slavoj Zizek
resulta reveladora. El marxista
lacaniano que se presentó a las
elecciones eslovenas como comunista
de izquierda se transforma
en un simple opositor a
Milosevic. Y su crítica contundente,
radical y provocadora,
anticapitalista siempre, de la
globalización, deviene cantinela
divertida de geniecillo loco.
Sin embargo, llegado el momento
de enfrentar sin mediaciones
su razón crítica, cualquier
intento de maquillaje se
desvanece, cualquier dique de
contención se derrumba.
En este libro, Zizek asalta
sin reservas los ejes centrales
de su producción intelectual.
Matiza, argumenta, cifra, desnuda,
refuerza. El filósofo ataca
despiadadamente a la postmodernidad
y su tontería -de
la new age a las izquierdas que
admiten el capitalismo-, detecta
los síntomas de la catástrofe
del sujeto moderno en el masaje
de la industria cultural,
ahonda en la reutilización del
psicoanálisis y en las raíces filosóficas
de sus libros, recala
incluso en la autobiografía y
recuerda a sus compañeros de
viaje. Y si Zizek evita el regreso
a una retórica gastada, no
operativa, tampoco desciende
en verborreas paralizantes
deudoras de planteamientos
políticamente débiles.
La doma y castración de
Zizek va a costar trabajo.
Aquí hay demasiada potencia
insurgente para reducirla a
un suplemento sabatino.
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