La franja morada de Chamartín

¿Es posible ser madridista y de izquierdas? La iniciativa de constituir una peña republicana del Real Madrid recupera la memoria histórica del club del paseo de la Castellana.

22/12/11 · 15:53
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Foto: Juan Carlos Rojas

Al descender por la calle Mesón
de Paredes, en el barrio madrileño
de Lavapiés, al transeúnte le
sorprenderá encontrar en la plaza
de Cabestreros una fuente de
granito con dos caños y una placa
inusual que reza: “República
Española. Ayuntamiento de
Madrid”. Y le sorprenderá porque
es el único monumento de la
ciudad que conserva una mención
original a la Segunda
República.

Si el paseante continúa su camino,
encontrará a apenas cien
metros, en la plaza de Agustín
Lara, los restos de las Escuelas
Pías de San Fernando, hoy convertidas
en un edificio universitario.
En el extremo oriental de
su fachada norte, un reloj permanece
parado quizás desde el
19 de julio de 1936, el día en el
que este edificio fue incendiado
en las primeras horas de la
Guerra Civil.

En otro país, la fuente de
Cabestreros y las Escuelas Pías
habrían recibido una atención
especial el pasado mes de noviembre,
cuando se cumplieron
75 años de la batalla de Madrid,
de aquellas jornadas en las que
la ciudad resistió el ataque de las
tropas franquistas. En lugares
bien cercanos la retórica de la resistencia
en el siglo XX forma
parte de la memoria institucional.
Pero no es el caso
. La fuente
de Cabestreros sobrevivió sólo
por la desidia en la que quedó sumido
el barrio durante el franquismo
y las ruinas de las
Escuelas Pías permanecieron como
un involuntario monumento
al olvido.

La franja morada

Ahora bien, la memoria es también
un terreno abonado a las
paradojas. No de otro modo puede
entenderse que el escudo del
Real Madrid conservara durante
la dictadura la franja morada
que se le incorporó en tiempos
de la República. Esa misma franja
que hoy, convertida en azul,
sigue cortando en diagonal el
emblema del club.
La excusa de la franja y el recuerdo
del 75 aniversario de los
primeros días de la Guerra Civil
han servido a un grupo de madridistas
para lanzarse a un reto
singular: constituir una peña republicana
con el nombre de La
Franja Morada. En el blog en el
que presentaron la iniciativa el
pasado verano (franjamoradamadrid.
blogspot.com
) esbozan
así su propósito: “A diferencia de
lo que ocurre en otros clubes, parece
que quienes somos de izquierdas
y del Madrid tratemos
de no hablar de fútbol, como si
nuestro equipo supusiera una
contradicción ideológica. La derecha
españolista ha conseguido
incorporar el madridismo
a su
simbología y eso no es del todo
ineficaz en la generación de hegemonías
culturales, como resulta
evidente si miramos el caso
catalán. Llegados a este punto,
un grupo de activistas de izquierdas
madridistas hemos decidido
salir del armario organizadamente”.

La repercusión en la prensa y
en las redes sociales ha sido notable.
El llamamiento de la
Franja Morada, acompañado de
una fotografía de mayo de 1937
en la que los jugadores del equipo
posan con el puño en alto, rememora
el pasado republicano
del club y argumenta la necesidad
de recuperar al Madrid para
el pluralismo político. La Franja
Morada actúa así también como
un intento de recuperar el
Madrid para la memoria. “Todo
ello lo haremos disfrutando y pasándolo
bien. El fútbol es suficientemente
importante como
para tomárnoslo un poco más a
broma”, concluye.

Incautación

La memoria. Hace 75 años, de la
fuente de Cabestreros manaba
agua y las Escuelas Pías eran
una escombrera recién apagada.
Acabados los días más duros de
la batalla, la guerra se anunciaba
larga y la ciudad afrontaba
el invierno bajo la amenaza del
hambre y de los bombardeos.
¿Y el Madrid? Había sido incautado
por el Frente Popular
.
“Incautación que se verifica para
orientar la marcha del club
en un sentido popular que sin
desvirtuar la organización tipo
profesional del mismo permita
la extensión de los beneficios
deportivos que pueden proporcionar
todas sus instalaciones
a las masas populares, que en
estos momentos están defendiendo
heroicamente la República
democrática de nuestro
país”, decía el acta fechado el
12 de agosto de 1936.

La incautación fue la antesala
de los partidos militantes, del deporte
al servicio de la causa de la
resistencia. Fue el anuncio de
tres años de fútbol en guerra.
Al caminar por Madrid en estos
días cuesta acercase a aquella
ciudad en blanco y negro. Al
descender las escaleras del metro
resulta difícil imaginar siquiera
los refugios antiaéreos. Y
al contemplar el escudo del Real
Madrid, parece imposible adivinar
en su composición mestiza
–corona real, franja republicana–
un pasado distinto al de las
grandes gestas deportivas, al del
señorío del nodo.

Tags relacionados: Número 163 Deportes
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Foto: Juan Carlos Rojas
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