La ascensión del nuevo póquer

Una forma distinta de entender el juego del póquer, relacionada con
las competiciones a través de internet condiciona su regulación.

24/04/12 · 10:38
Edición impresa
JPG - 75.1 KB
Foto: Maorix

Del mismo modo que todos tenemos
un primo que va los
viernes a bailar salsa, todos conocemos
a alguien a quien últimamente
le ha dado por jugar a
póquer, entre colegas o con desconocidos
a través de internet.
Nada nuevo bajo el sol. Aunque
otros juegos de cartas y apuestas
hayan tenido más predicamento
histórico,hace mucho que se juega
a póquer por estas tierras.

La base siempre es la misma:
una baraja de cartas; diversas
combinaciones de distinto valor,
desde la pareja hasta la escalera
real; información incompleta sobre
el juego del contrario, y
apuestas o envites con los que
decirle al contrincante que nuestro
juego es mejor.

La gran diferencia entre los
tahúres de nuevo cuño y sus antepasados
es la actitud ante el
juego, la manera de entenderlo,
el lenguaje que a él se asocia.
Hablar de cálculo de probabilidades,
de gestión de la banca,
de hacer all-in o de otros tecnicismos,
era algo ajeno a la mística
hasta cierto punto barriobajera
del juego hace apenas
diez años. Estos conceptos corrían
como mucho entre tres o
cuatro grandes profesionales
que se movían en circuitos muy
minoritarios. Hoy cualquier aficionado
habla en sus partidas
caseras de ello y más. Y finalmente
empezamos a aceptar
entre todos que si bien el póquer
es un juego de azar, la habilidad
y la inteligencia del jugador
tiene un papel tan importante
que no es del todo gratuito
considerarlo un deporte mental.
Así lo reconoció al fin y al
cabo la International Mind
Sports Association en 2010,
cuando integró a la
International Federation of
Poker en su seno y lo equiparó
al bridge, al ajedrez o al go. Hoy
el póquer va camino de perder
esa aureola de vicio y criminalidad,
el morbo de lo prohibido
por el que por otra parte –no es
cuestión de engañarse–muchos
empezaron a jugar.

Entender el juego

De lo que costará más que se
desprenda el póquer es del
afán de lucro como objetivo
primordial. Nadie aún parece
poner en duda que si juega es para
ganar dinero y a ser posible
mucho y rápido. En los medios
especializados los comentaristas
destacan la montaña de dólares
que se llevará el ganador de las
World Series of Poker y evalúan
la calidad de un jugador en función
de sus ganancias. De forma
más o menos transparente,
detrás del póquer está la cultura
del pelotazo. Aun así, habría
otra manera de entender el póquer.
Incluso sacando el dinero
de la ecuación puede jugarse la
mar de bien en su modalidad de
competición, en torneos en los
que las fichas son puntos y no
tienen valor real; en los que al
final hay un solo ganador y como
en cualquier competición,
basta con el reconocimiento de
la hazaña. Aunque la mayoría
jueguen –juguemos– por el cebo
de un premio jugoso, no sería
estrictamente necesario que
detrás de la apuesta hubiera dinero
real para disfrutar de la
sensación de victoria.

Fuera de los casinos

Es en los torneos donde más se
aleja el póquer de otros juegos
de azar y donde el sector echa el
bofe para asemejarse a un deporte.
Aquí aparecen los circuitos
mundiales, las retransmisiones
televisivas, las medallas y
trofeos y los jugadores con sudadera
y cara de tenista. Aquí los
casinos, que hoy por hoy siguen
siendo tierra natal del póquer,
crean un ambiente aparte del
que dibujan ruletas y tragaperras.

La discusión en el Estado español,
antes de que apareciera
el magnate Sheldon Adelson con
su proyecto de Eurovegas, era
cómo podía salir este juego de
los casinos, cómo se iba adecuar
el fructífero póquer on-line a
nuestro marco legal. Por ello, a
caballo de dos Gobiernos, se
aprobó a finales de 2011 la ley
que tiene que regular el juego
electrónico y que permitirá a empresas
como Pokerstars operar
legalmente en España. Adelson
aparte, y aunque quizá falte aún
un debate en profundidad sobre
la diferencia entre el póquer y
cualquier otro juego de azar, con
la ley del juego on-line el póquer
tal y como lo entendemos hoy ha
entrado ya en una nueva fase.

Tags relacionados: Sheldon Adelson
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Foto: Maorix
Foto: Maorix
separador

Tienda El Salto