ANÉCDOTAS TEATRALES EN LA EXPO DE ZARAGOZA
Ironías

La Expo de Zaragoza no ha sido sólo una faraónica
congregación de los más variopintos homenajes al
agua. También ha acogido paradójicas puestas en
escena que trataban de conjugar crítica social y
amparo institucional.

04/09/08 · 0:00
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Este verano fui a una
rueda de prensa en el
Palacio de Congresos
de la Expo de Zaragoza,
donde Els Joglars presentaron
su espectáculo La cena.
En el folleto de la obra
estaba escrito que “es una
sátira acerca de la hipocresía
medioambiental de
los gobiernos”. ¿Su argumento?
Un grupo de comensales
se reúnen en un
parador nacional para celebrar
una cumbre internacional.
Al gobierno de España
le toca, como país anfitrión,
la jornada de clausura,
y agasaja a sus invitados
con una copiosa cena
ecológica, elaborada por
uno de los gourmets más
vanguardistas del momento:
“Un menú medioambiental
radical”, según los
caprichos del ministerio.

¿Les suena?
Presentaba el trabajo
Albert Boadella. Yo miraba
alrededor en busca de reacciones
de sorpresa, pero es
difícil desengranar el protocolo
en este tipo de convocatorias.
Me ardía el estómago
por preguntar y lo hice. “¿No
incurre en alguna contradicción
al ser representada
aquí?”. El director artístico
abrió un poco los ojos y tal
vez se sintió molesto.

Albert Boadella titubeó y
sus palabras fueron escogidas
con cuidado: “Eh, sería
un desequilibrio que un
evento de estas características
no tuviera también sus
miradas, si no contradictorias,
disonantes”. ¿El director
artístico estaba molesto?

Boadella continuó: “Me parece
estupendo que podamos
hacer esta obra aquí,
creo que es una prueba de
libertad y de normalidad,
pero no hay ninguna referencia
directa hacia la Expo.

A mí la Expo me parece
bien, que exista una sensibilidad
hacia un problema
tan acuciante y un bien
reducido como es el agua
España es fantástico. Tiene
que ser así, sólo faltaría,
más en Aragón”.

Boadella le estaba salvando
la papeleta al programador,
ya más satisfecho.
desenlace queda en puntos
suspensivos. Yo llegaba
muy tarde, así que me
que ir en un momento crucial.
“¿Pero no es la Expo
proyecto claramente insostenible?”,
preguntó un hombre
con una grabadora.

Ante esta curiosidad tan sana,
el director artístico
Expo puso cara de “no
pases, ¿no te ha quedado
claro que no? Haz el favor
de ser más sutil”. Cuánta
ironía.

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