Editorial: Baile del Sol
Precio: 13 euros,
144 páginas, 2008

La represión y la violencia
son los ejes sobre los que
gira esta colección de
microrrelatos y cuentos breves,
abordados desde distintos
enfoques y ejecutores: paramilitares,
sicarios, guerrilleros,
carceleros... Incluso la locura
es un aspecto tratado desde
esa óptica, o el propio sexo,
muy explícito en la obra. Las
armas dan lugar a un proceso
funesto y un final trágico.
Montoya muestra, evidencia,
las consecuencias de la violencia
para que hable por sí solo
un mundo comandado por la
ley de las balas.
Para ello construye atmósferas
violentas, pegajosas, de
gran dramatismo, con personajes
que se mueven en un ambiente
duro y hostil. También
encontramos varios relatos sobre
pesadillas, o sobre deseos
cohibidos, con lo que se refuerza
una buena impresión general
(mejor que la parcial, salvo
en un par de estupendas excepciones).

Se aprecia en Montoya al escritor
curtido, porque consigue
textos cuidados, intensos, que
transpiran la propia vida y exilio
de este boliviano, víctima de
la realidad, y no ficción, por
parte de Banzer. No por casualidad,
se cuelan en los cuentos
personajes históricos, como el
Che (y su asesino).
Nombrar la realidad es hacerla
presente o rememorarla,
por lo que cada cuento es un
pequeño arañazo contra la
conciencia tranquila de quienes
hacen de la tortura su modo
de subsistencia.