Ayer falleció el cantautor Javier Krahe. Rescatamos una entrevista que hicimos al letrista con motivo de la publicación del disco-libro ‘Toser y cantar/De mil amores’ en 2011.

Este domingo 12 de julio falleció de un infarto, en Zahara de los Atunes (Cádiz), el cantautor madrileño Javier Krahe . Recuperamos esta entrevista que Diagonal le hizo en 2011.
Uno. Hablemos de “mi libro”
Publicas tu nuevo trabajo de la mano del libro de Miguel Tomás-Valiente en el que se analizan las letras de tus canciones.¿Cuál es el sentido de este lanzamiento conjunto?
El libro es muy interesante; incluso como objeto es muy bonito. Se hizo por sorpresa. Un día me lo entregó Miguel y me dijo: “He escrito esto a ver si te gusta”. “Y esto, ¿a qué es debido?” pregunté. Ya sabes que padezco insomnio y me lié a tomar notas de tus canciones, a consultar cosas que decías y de ahí salen estas consideraciones. Esto ocurrió hace un año. Lo curioso es que, siendo amigo, lo llevara en absoluto secreto. [Esto parece una constante en la carrera de Krahe, dado que Y todo es vanidad, el disco de homenaje publicado hace unos años, también fue orquestado a sus espaldas] ¿Y qué podía hacer con este libro? Pues como sacas un CD y ya no lo compra nadie, a lo mejor acompañándolo de un libro cuela…
Pero tus seguidores son bastante fieles. Supongo que la piratería no es un problema para ti.
Hombre, yo de top manta no soy pero en internet sí se descargan cosas mías. Esos fieles que aún van a la tienda no deben llegar ni a 3.000. No creo que sean más.
¿Cuál crees que es el mayor interés del libro?
No sólo a mí, sino a la gente que lo ha leído le ha gustado. Me gusta el sistema que ha empleado el autor, que es una división temática en siete apartados. Canciones críticas, de amor desdichado, de amor dichoso, aventureras, sobre el paso del tiempo, sobre la religión y metacanciones... Los grandes temas. Schopenhauer ya escribía sobre lo mismo… Y Corín Tellado. Además, Miguel es filólogo e igual a alguien le puede interesar saber que en tal o cual canción hago un polisíndeton. El único posible defecto del libro es que, siendo amigo el autor y habiéndolo escrito, como dice el título, de mil amores, no hay nada que ponga mal.
Dos. ¡Ay, democracia!
Siguiendo con la división establecida en el libro, nos entregasotro repertorio de cancionestípicamente Krahe.
Me ocupo de que parezcan muy personales pero, por ejemplo, "Osa Mayor" trata de un astronauta. Y "¡Ay, democracia!" es una serie de ironías políticas.
¿Te has metido en el jardín político...?
Que no pensaba… [Ya lo declaró en Zozobras completas: “No me van a inspirar ni las gracias de Aznar ni las gracias del Papa, ni las gracias de Bush...”]
Y ¿cómo ha sido?
Se me vino a la cabeza el verso
“Me gustas democracia porque estás como ausente” y me salió una canción política. Eso sí,
¿Tan mal vemos el tema?
¿Sigues el mismo proceso compositivo de convivir con las canciones durante largo tiempo hasta darlas por concluidas?
'Dolor de garganta’, ‘Cábalas y cicatrices’ y ahora ‘Toser y cantar’.
El disco lo has grabado con tu banda de siempre [Javier López de Guereña, a la guitarra y dirección musical, Fernando Anguita, al bajo, y Andreas Prittwitz a cargo de los vientos] pero para esta ocasión has ampliado plantilla.
También te atreves a cantar sólo con el acompañamiento del piano.
¿Y batería?
¿Eres consciente de que algunos de tus compañeros de generación se dedican a hacer cajallenando estadios?
¿Y cambias algo en la puesta en escena?
No. Hago exactamente lo mismo.
¿Cómo eliges el repertorio?¿Cuándo decides sacar del mismoalguna canción?
Tres. Otro burdo rumor
¿Hablamos del clero?
¿Pero estas cosas, aparte de evidenciar la falta de humor de los demandantes, no prescriben?
Anatomía de un verso
Cuando mantuve la charla con Javier
Krahe, aún no había tenido ocasión de
leer el libro De mil amores, que acompaña
su último trabajo. Sospechando que
podía tratarse de una estrategia de mercadotecnia
para obtener mayor presencia
en los puntos de ventas, pregunté y
Javier me desmintió tal punto. «¿Qué
sentido tiene que otro analice unas
letras que ya analizo por mi cuenta?»
fue la cuestión que, de haber leído el
ensayo, me habría ahorrado.
Conozco pocos autores capaces de cincelar
sus letras tan obsesivamente como
Javier Krahe. Así, a veces la forma es la
que propicia el fondo: una canción como
Antípodas surge del reto de escribir un
tema a partir de endecasílabos. La precisión
quirúrgica es habitual en sus versos.
El libro está escrito desde el cariño pero también desde el rigor y el insomnio
de Miguel Tomás-Valiente. Aunque el autor prefiere desdramatizar y definir su
trabajo como «consideraciones», analiza, en su piel de lingüista, las letras de
Javier Krahe. Y si hay un autor cuya lírica posea la riqueza apropiada para este
tipo de estudio es él. Un libro que se devora, De mil amores, y se disfruta, también,
gracias a las bellísimas ilustraciones de Octavio Colis.
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