Fracaso español en la Eurocopa

‘Marca’ crea sus propios datos en la autoría de los goles. ¿Qué pasaría si en el fútbol se impusiera la realidad virtual?

24/01/13 · 16:57
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“Fracaso. Ridículo. Apocalipsis. Tanto tiki-taka para esto. Del Bosque dimisión. España quedó ayer eliminada de la fase de grupos de la Eurocopa 2012 tras perder 1-0 ante Croacia. A cinco minutos del final, Busquets agarró claramente a un delantero balcánico en el área y Croacia marcó de penalti, eliminando a la campeona de Europa y mundial a las primeras de cambio”.

Esto es lo que habríamos podido leer en la prensa deportiva el pasado 18 de junio si el árbitro Wolfgang Stark hubiera pitado el penalti. No lo hizo, el sevillista Navas sentenció el encuentro poco después, España se clasificó y finalmente acabó ganando la Eurocopa.

Las polémicas arbitrales gastan más tinta en el fútbol que el propio juego. Pero son eso, polémicas. Los árbitros pueden cometer errores, “injusticias” o “atracos”, pero nadie discute que sus decisiones van a misa, y que el resultado de los partidos está siempre más o menos influido por su buena o mala actuación.

Sin embargo, el diario Marca, el medio español más leído (no sólo deportivo) parece no tenerlo tan claro. El 1 de diciembre, el periódico madrileño atribuyó un gol de Messi a Amorebieta, central del Athletic de Bilbao, en propia puerta. Tanto el acta arbitral como el resto de empresas informativas se lo dieron al argentino. De nada sirvieron las críticas de miles de internautas durante las siguientes semanas en la edición digital de Marca, que entre improperios y chanzas criticaban la autoelevación del medio por encima de las autoridades deportivas. Por si no era suficiente, ese gol dejaba a Messi muy cerca de batir el récord histórico de goles en un año natural, propiedad del alemán Müller.

Pocos días después, el delantero culé superaba esa cifra. El lector/a pensará que no para Marca, pero sí, también para Marca. El periódico no había rectificado en absoluto, sino que, según defendía, había descubierto que un gol de Müller en aquel lejano año tampoco se le debería haber atribuido al alemán, por lo tanto Messi le superaba de todas formas. Lejos de calmar la ofensiva popular en forma de comentarios online, ésta se incrementó ya en un tono más humorístico si cabe.

De nada sirvieron las críticas de internautas en las siguientes semanas en la edición digital de '‘Marca'’No es la primera vez que Marca crea una polémica al respecto. En la temporada 2010-11, ocurrió al revés. El madridista Cristiano Ronaldo lanzó una falta, el balón golpeó en su compañero Pepe y se introdujo en la portería. El árbitro adjudicó el gol a Pepe, pero el cronista de Marca, Santiago Segurola, se lo dio a Cristiano. Ante la avalancha de críticas, el propio Segurola reconoció su error y manifestó que Marca debía cambiar el dato. Dio lo mismo, Marca (y Cristiano) son los únicos que siguen contando un gol más para el delantero portugués, por lo que cada vez que éste va a superar alguna marca goleadora, según la contabilidad del diario siempre la alcanza antes.

Los casos de Messi y Cristiano no son los primeros. Marca otorga el Trofeo Pichichi al máximo goleador de la Liga, pero no lo hace según los datos de la Liga de Fútbol Profesional, sino de acuerdo con sus propias cuentas. Sólo entre los ganadores del trofeo, hay una veintena de casos en los que los datos oficiales y los privados de Marca difieren, y existen casos extremos como el del barcelonista Samuel Eto’o, a quien el diario arrebató un gol en la temporada 2004-2005, pasando el trofeo a ser ganado en solitario por el delantero del Atlético Diego Forlán.

Realidad oficial y virtual

La doble contabilidad no parece producir grandes trastornos, más allá de los duelos en el ciberespacio futbolero, pero si una empresa como Marca se atreve a crear sus propios datos de goleadores, ¿quién nos dice que las empresas del entramado futbolístico no se atreverán a crear una realidad virtual en otros aspectos del juego? Así, siguiendo el ejemplo que mencionábamos al principio, nos podríamos encontrar con que un equipo levanta la copa ‘oficial’ de turno, rodeado de autoridades futbolísticas, mientras que otro recibe la copa ‘virtual’, otorgada por el BBVA (no en vano la Liga lleva su nombre) y celebrada por los medios de comunicación dependientes de la banca. Una confusión que haría palidecer a los avatares del ciclismo. Llegados a ese punto, seguramente no nos sorprenderíamos demasiado. Si los intereses privados modifican a su antojo las reglas de la política, ¿por qué no van a modificar las reglas del deporte?

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