“Democracia es una reflexión en torno al poder”

Conversamos con Pablo España, miembro del colectivo Democracia (democracia.com.es) junto con Iván López. Una apuesta artística que arrancó en 2006 y que nos muestra la capacidad del arte para intervenir en lo social.

Texto de Carlos G. de Castro y Mariano López.

07/10/09 · 0:00
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Juan José Ibarretxe y miembros del Gobierno vasco asistieron a la exhibición de Biktimak #3, de Democracia, en el Parlamento de Vitoria XIMO MICHAVILA

¿Cuáles son los objetivos y estrategias
de Democracia?
El arte es un espacio donde gente
como nosotros puede tener
una audiencia, puede encontrar
un interlocutor, en otros espacios
es realmente mucho más
complicado. Cuando comienza
el proyecto y escogemos Democracia
como nombre, estamos
marcando una línea de actuación.

Todos nuestros trabajos
van a ser reflexiones en torno a
temas del poder y a la propia organización
social en la que nos
desenvolvemos. Un aspecto fundamental
de Democracia es el
trabajo colectivo, que se piensa
asimismo como elección política
a la hora de plantear nuestro papel
como productores artísticos.
Nos interesa esa forma de trabajo,
ya que se basa en la discusión,
en el enfrentamiento de ideas y
en el diálogo continuo.

¿Buscáis generar espacios de
fricción y diálogos entre espectador
y artista?
Entendemos que toda obra de arte
es siempre colectiva, aunque
sea producida por un solo individuo.
Es decir, para que una obra
posea cierta relevancia social ha
de existir una comunidad que la
acoja y la haga importante. Todas
nuestras piezas se cierran en torno
a ese factor, es decir, reflexionan
sobre cómo serán recibidas y
qué espacios de pensamiento o
de interrogación pueden abrir.
No debemos confundir esta postura
con el arte participativo o con
el arte relacional. Esa idea que
plantea el arte como un lugar de
encuentro, para nosotros en muchas
ocasiones es más un punto
de refracción, un lugar del que
huir. Por otro lado, Democracia
intenta rebasar la propia esfera
de lo artístico. Aunque trabajamos
desde la estética, si el arte
tiene algún aspecto interesante
aún es el espacio de indeterminación
tan grande que genera. En
ese sentido nos interesa que
nuestros proyectos circulen sin la
etiqueta “arte”, así, mientras una
audiencia contempla un objeto
artístico, otro tipo de público no
lo reconoce como tal.

En 2007 presentasteis el Memorial
al terrorista suicida: una
escultura de 3,30 metros sobre
un pedestal que reza “Todos
sois culpables salvo yo” ¿Es el
terrorista suicida el último héroe
romántico?

Yo no sé si es el último héroe romántico,
lo que no me gusta pensar
es que un terrorista pueda ser
un héroe. Desde luego sí responde
a una figura romántica: alguien
capaz de prepararse para
hacer algo, llevarlo hasta sus últimas
consecuencias y dar su vida
en el intento… Ése es el paradigma
del héroe y también del
artista romántico. Nosotros estamos
en contra de ese tipo de
clichés, aunque por otra parte,
como afirma Paul Virilio, el terrorista
y el artista comparten
cosas, al querer hacer ese gran
acto que cause una conmoción
y un impacto que le haga ser reconocido.
En toda la postura de
las vanguardias de oposición al
sistema burgués había mucho
de terrorismo, un terrorismo no
efectivo, sino simbólico.

Esa pieza os trae un encargo del
Parlamento vasco para el monumento
a las víctimas del terrorismo.
En esta ocasión planteáis
una escultura que representa
a un muerto bajo una
manta térmica. ¿Quién descansa
bajo la manta?
Bueno… debajo de la manta no
hay nada, está hueco. Este vacío
a lo que alude es a la imposibilidad
de representar a una víctima.
Aceptamos el encargo porque
creíamos que, si estamos
trabajando en un ámbito de lo
social y lo político, no podíamos
sustraernos. Éramos conscientes
de todas las sensibilidades
que había en juego, nuestra respuesta
ante eso fue acudir a la
literalidad más absoluta y en esa
literalidad de la imagen mediática,
del muerto cubierto por la
manta térmica, se representa la
imposibilidad de restitución simbólica
desde el arte hacia la víctima.
Creemos que esta escultura
habla del fracaso, de no poder
representar a la víctima.

¿Que proyectos estáis desarrollando
en este momento?
Nuestro último trabajo se presenta
bajo el título Subtextos.
Dirigido a la comunidad marroquí
de Cartagena, consistía en la
intervención de vallas publicitarias
con mensajes políticos escritos
en árabe. Eslóganes de tradición
occidental, muy gastados
para nosotros, como “todo el poder
para el pueblo”, resultan para
ellos realmente impactantes.
También nos interesaba generar
la paranoia social. Para el español
la reacción fue decir “¿qué
pone ahí?”, una reacción casi de
amenaza. Cuando lo único que
tenían que hacer era preguntar a
sus vecinos qué era lo que ponía.
Actualmente estamos trabajando
con los ultras del Girondins
de Burdeos, los Ultramarines.
Nos interesa esa colaboración
porque vemos que son organizaciones
de carácter popular autogestionadas.
Los Ultramarines
son en la ciudad el único grupo
organizado que se identifica con
una postura política que no tiene
cabida en el marco oficial. Hay
que decir que la imagen que existe
en España de los ultras futbolísticos
es la de hordas fascistas.
Pero también hay otro tipo de
grupos: anarquistas, antisistema,
etc. Justamente nuestro trabajo
con los Ultramarines fue buscar
un lenguaje común con el que representar
una ideología compartida.
Vamos a colaborar con ellos
y durante un partido de fútbol sacarán
pancartas con frases de
contenido político que les hemos
proporcionado tras consensuarlas
con ellos. //

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