Cuatro horas en Chatila

Cuatro Horas en Chatila hasta el
12 de marzo. 21h. Teatro de la Puerta
Estrecha. Madrid. 91 467 22 24

05/04/06 · 22:07
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TEMPORADA DE TEATRO POLÍTICO.
Esta compañía de teatro transforma
la política en acción dramática.

El amor y la muerte. Me ha
hecho falta ir a Chatila para
captar la obscenidad del
amor y la obscenidad de la
muerte. Los cuerpos, en ambos casos,
no tienen nada que esconder,
incluso los silencios pertenecen a
uno y otro mundo”.
Jean Genet nació en París en
1910. Marginal, desertor de la Legión
Extranjera, viajero, marinero y
delincuente, redactará en los años
‘40 sus primeras obras en las prisiones
francesas. Sartre y Cocteau, entre
otros, le reivindicaron como la
nueva figura literaria de Francia.
Homosexual declarado y reivindicativo,
Genet apoyará con gran valentía
al pueblo palestino con quien
convivió dos años en Jordania.
Experiencia y compromiso frente
a una izquierda francesa mayoritariamente
filo-sionista. Genet está
en Beirut cuando en septiembre
de 1982 se producen las matanzas
en los campamentos de refugiados
de Sabra y Chatila.

“Una fotografía tiene dos dimensiones,
la pantalla de un televisor
también, ni la una ni la otra pueden
recorrerse. De un lado al otro de una
calle, doblados o arqueados, los pies
empujando una pared y la cabeza
apoyada en la otra, los cadáveres,
negros e hinchados, que debía franquear
eran todos palestinos y libaneses.
Para mí, como para el resto
de la población que quedaba,
deambular por
Chatila y Sabra se parecía
al juego de la ‘pídola’.
Un niño muerto puede
a veces bloquear una
calle, son tan estrechas,
tan angostas, y los muertos
tan cuantiosos”.
Solo, durante cuatro
horas, Genet recorrió las
calles del campo. Fue el
primer europeo en ver el
resultado de la matanza.
Cuando regresó a su apartamento,
se encerró durante
dos días, al cabo de los cuales
anunció que quería marcharse
de inmediato. Ya en París escribió
su ensayo Cuatro Horas
en Chatila, evocación poética de
un hecho intolerable y testimonio
políticamente contundente
sobre las matanzas perpetradas
durante tres días ininterrumpidos
por las milicias de la ultraderecha
cristiana libanesa en connivencia
con el ejército israelí, cuyo ministro
de Defensa era Ariel Sharon.
Los sucesos de Sabra y Chatila han
sido considerados por la ONU como
crímenes de genocidio.
“Qué fiestas, qué juergas han tenido
lugar allí donde la muerte parecía
participar de la bacanal de
los soldados ebrios de vino, ebrios
de odio, y sin duda ebrios de alborozo
por complacer al Ejército israelí,
que escuchaba, miraba, animaba,
reprendía. No he visto al
Ejército israelí escuchando y mirando.
He visto lo que hizo”.
Hacía tiempo que admirábamos
el texto de Genet y dentro de la temporada
de Teatro Político que la
compañía La Pajarita de Papel tenemos
en marcha en nuestro/vuestro
Teatro de la Puerta Estrecha presentamos
una adaptación teatral de
la pieza. Transformar la poética y la
política del original en acción dramática
era el objetivo. En Cuatro
Horas en Chatila una mujer es
quien hace vibrar la nota esencial
en donde vendrán a unirse y a perderse
las acciones dispersas de la
obra. Junto a ella, en un espacio
nocturno hecho de restos y despojos,
asistimos al proceso hecho cuerpo
de un Jean Genet desbordado
por la visión de la masacre.
Y así, inundado de
amor y muerte, comienza
un diálogo soñado sobre
revolución y belleza.

“Es, creo, Hannah
Arendt quien distingue
las revoluciones según
que persigan la libertad
o la virtud -es decir, el
trabajo-. Haría falta tal
vez reconocer que las revoluciones
y liberaciones se dan -en el fondo-
con el fin de encontrar o reencontrar
la belleza, es decir, lo impalpable,
lo que sólo se puede designar
por este término. Esta página debía
tratar sobre todo de esto: una revolución
lo es cuando ha hecho caer
de los rostros y los cuerpos la piel
muerta que los reblandecía. No hablo
de una belleza académica, sino
de la impalpable -inefable- alegría
de los cuerpos, de las caras, de los
gritos, de las palabras que dejan de
ser mortecinas, quiero decir una alegría
sensual y tan fuerte que quiere
desterrar todo erotismo”.

Tags relacionados: Genocidio Militarismo Ultraderecha
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