FESTIVAL DE CINE DE DONOSTIA: EL DIRECTOR KURDO BAHMAN GHODABI GANA LA CONCHA DE ORO
“Creo en un cine que parte de la realidad y llega al corazón de las personas”

Tras ganar la Concha de Oro con ‘Las tortugas también vuelan’, el director kurdo Bahman
Ghodabi volvió al Festival de Donostia con su última película ‘Niwemang’ (Media Luna).
En ella se narra el viaje de unos músicos kurdos en territorio iraní que intentan llegar hasta
la parte iraquí del Kurdistán, en donde se ha levantado la prohibición que les impedía tocar.
Ghodabi habló en la presentación de la situación que vive el pueblo kurdo.

16/10/06 · 0:51
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DOBLETE. Ghobadi ganó la Concha de Oro en 2004 con ‘Las tortugas también vuelan’, otra historia del Kurdistán./ Iván Prieto

En su cuarta película,
el director kurdo
vuelve a retratar
la identidad de
un pueblo sangrado por las
fronteras, oprimido por los
límites impuestos en su territorio,
en su cultura, su
música, su lengua, su existencia.
El camino de los
músicos protagonistas se
encuentra obstaculizado
por iraníes y norteamericanos
en la frontera con Iraq,
también por los turcos en
una frontera entre nieves y
montañas. Reflejo de un
Kurdistán de 40 millones
de personas divididas en
cuatro países: Irán. Iraq,
Turquía, Siria; y el exilio.

El motivo del viaje parece
un elemento recurrente
en la obra de este director:
“El pueblo kurdo siempre
ha estado en continuo movimiento,
por las guerras y
las tensiones que sufre.
Como yo desde mi infancia”,
indicaba Ghobadi en
Donostia. “Cuando hago
una película siempre hay
algún elemento de rabia y
de enfado, por mi situación
interna de estrés permanente
y por las condiciones
en las que vive mi pueblo”.

Mujeres silenciadas

Durante el viaje, los músicos
se detienen en una aldea para
recoger a la cantante femenina
que será la esencia
del concierto. Se trata de una
aldea entre imaginaria y real
donde se hallan exiliadas
1.334 mujeres cantantes. “La
parte real de la historia del
pueblo es que representa a
Irán: esas mujeres representan
al colectivo de mujeres
que cantan y no pueden ser
escuchadas”, indica el director,
que reconoce haberse
autocensurado al plantear el
tema de la prohibición a las
mujeres a cantar ante un público
que no sea exclusivamente
femenino. “Es la primera
vez que el cine en Irán
se hace eco de este problema.
Y sólo he podido mostrar
algo muy pequeño de las
grandes dificultades que viven
las mujeres en Irán, y de
las consecuencias psicológicas
que sufren las cantantes
silenciadas”.

Las imágenes de las aldeas
y sus habitantes, de
los caminos y paisajes, de
las piedras que crean absurdas
fronteras, remiten a
la realidad del país. El director
afirma que pese a la
fantasía que envuelve la
historia, lo que muestra no
es algo imaginario: “La idea
surge de la realidad social.
Creo en un cine que parte
de la realidad y llega al corazón
de las personas”.

Obstáculos

Las dificultades con las que
se encuentran los protagonistas
(interpretados por actores
profesionales y no profesionales)
reflejan las que
viven otros muchos artistas,
incluidos los realizadores de
la película. “Me he encontrado
con la misma situación
que los músicos intentando
pasar la frontera. Este es el
camino de cualquier artista”,
asegura Ghobadi. “El Gobierno
se negó a darnos el
material para trabajar y tuvimos
un rodaje durante unos
40 días en condiciones muy
difíciles. Editábamos a la vez
que realizábamos el rodaje y
pudimos realizar todo el proceso,
desde la escritura al
subtitulado, en sólo cuatro
meses”. La distribución de la
película ha sido prohibida en
Irán, mientras en Iraq sí se
está exhibiendo.

El proyecto más inmediato
del director es una película
que se rodará en Teherán,
excepto una parte
que se realizará en Nueva
York. Afirma que pretende
hacer una película al año y
que en todas aparecerá un
elemento kurdo, como contrapunto
a la imagen que
se ha proyectado sobre este
pueblo en las películas
iraníes, donde aparecen
como violentos, como asesinos
o bandidos... “Esa visión
puede cambiar cuando
exista un cine kurdo, y
ahora mismo hay jóvenes
kurdos interesados en ello
que abren la esperanza a
que se desarrolle y se reconozca
una cinematografía
desde nuestro pueblo”.

'MON FILS _Ä MOI'
O LA VENGANZA
DEL PATRIARCADO

_ A.G.
_ Ghobadi tuvo que compartir premio
con la película francesa Mon fils à
moi
, algo así como «Mi hijo es mío»,
cuyo argumento se basa en el amor
posesivo de una madre hacia su hijo,
al que le va destrozando la vida con
la pasividad del resto del entorno familiar.
Sorpresivo galardón (pitado en
su anuncio por gran parte de la prensa)
para un largometraje que no destaca
cinematográficamente en ningún
aspecto (un guión predecible y mal
resuelto, fotografía sin pretensiones,
realización simplemente correcta). Sin
embargo sí destaca su contenido.
Más bien, alarma e indigna. La protagonista
posee todos los rasgos del estereotipo
de mala mujer: es manipuladora,
histérica, dominante, egoísta.
La situación de presión sobre el hijo
que va creando la película provoca en
los espectadores el rechazo absoluto
sobre esa madre, hasta tal punto que
en el único momento que un personaje
se opone a su actitud, el público
rompió en aplausos en su proyección.
¿Cómo se opone ese personaje,
que es el padre, hasta ese momento
sometido a su malvada mujer?
No es mediante el diálogo, ni en la
búsqueda de una salida inteligente
a la situación, sino con una bofetada,
única referencia para el hijo para
expresar un «ya basta», y que
marcará su actuación posterior.
Los estereotipos se crean por los grupos
que poseen el poder sobre otros
que pueden constituir un 'problema'
con el fin de dominarles. Entre sus
efectos está el justificar como 'normales'
nuestros comportamientos y actitudes.
El mensaje que proyecta la película
de Martial Fougeron normaliza
la resolución de conflictos de forma
violenta. Cuando esta violencia se
aplica al grupo que se pretende
desempoderado es más alarmante.
El mensaje no es inofensivo, se inserta
dentro de una sociedad en la que
las mujeres luchan contra la violencia
ejercida hacia ellas, y mueren (700
en el Estado español desde 2000).
Lo único positivo que podemos concluir
es conjeturar que se trate de una
'venganza', que ante el empoderamiento
creciente de ese grupo tradicionalmente
oprimido, el patriarcado
reaccione con películas como ésta.

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