Contra la moral de los esclavos

Recuperamos ‘El sirviente’, un largometraje
de ficción sobre la lucha de clases en el
hogar dulce hogar de una familia aristócrata.

17/01/12 · 8:00
Edición impresa
JPG - 60.3 KB

Basada en un texto del dramaturgo Harold
Pinter, El Sirviente
cuenta la historia de un criado
(Dirk Bogarde) especializado
en servir a gente de la aristocracia
(y alrededores) que, un
día, es contratado por un joven
adinerado que habita una mansión
en la que el lujo es la seña
de identidad. Poco después se
incorpora como doncella su supuesta
hermana que, con el trato
y las seducciones, se convierte
en amante del dueño de la
casa. Con el tiempo, el grado de
dependencia que se establece
entre ellos es tal que los papeles,
en un claro ejemplo de suplantación
social de la personalidad,
parecen invertirse hasta
el punto de que el empleado parece
el empleador. La dirigió
Joseph Losey (1909 –1984), “el
director americano más europeo”,
diez años después de exiliarse
a Inglaterra por formar
parte de las listas elaboradas
por el senador McCarthy en su
famosa “caza de brujas” (comunistas).

Todo en la casa, que nos recuerda
a ciertas películas de
Visconti y que, con algo de obra
de teatro, es el escenario donde
se desarrolla la mayor parte del
metraje, es exquisito y sofisticado,
y hasta el más mínimo detalle
habla de lo refinado del
ambiente: obras de arte, cuadros
con firma, esculturas de
bronce, muebles de madera labrada,
grandes ventanales, etc.
Al ver esa decoración tan selecta,
tan elegante (y tan alejada
de la austeridad), una no puede
dejar de pensar en las novelas
de Rafael Chirbes pues, al igual
que sucede con los protagonistas
de muchas de ellas, sus propietarios
forman parte ya de
esa generación familiar que
disfruta de los placeres de la vida,
que entiende de añadas de
vinos caros, que asiste a subastas
de arte, que viaja con regularidad
para asistir a un concierto
de ópera o para contemplar
una exposición en un lejano museo;
y que, sobre todo, ya
casi no recuerda (o no quiere
recordar) el origen de su riqueza.

Ese principio de la particular
acumulación primitiva de
capital que otorgó a personas
como las que protagonizan El
sirviente
un apellido conocido,
el trabajo sucio que realizaron
algunos de sus antepasados al
aceptar ciertos encargos, la forma
en que miembros de su genealogía
se apropiaron de unas
plusvalías que no les correspondían,
y que, olvidándose del
coste soportado, les permitió
cambiar de clase social y procurarles
una vida llena de satisfacciones
y de buenos modales
a sus herederos.

Especie depredadora

En medio de ese apacible bienestar
Losey introduce, como si
de una especie depredadora se
tratase, a ese criado, de comportamiento
exquisito y tacto
impecable, dispuesto a disfrutar
de lo que le rodea, a comerse,
con cubertería de plata, su
trozo de la tarta (y no, precisamente,
el más pequeño). El sirviente,
sabiendo que su director
era un marxista romántico,
puede interpretarse –y su intención
es más que evidente– como
una metáfora de la lucha de
clases, y como una llamada al
obrero consciente para que, haciendo
uso de su inmenso poder,
se apropie de los medios
de producción y se libere de ese
intermediario que se lucra gracias
a su fuerza de trabajo.

También, desde otro punto de
vista, la película funciona como
un ejemplo de las relaciones de
dominación y de sumisión que,
a veces, se establecen entre dos
personas unidas sentimentalmente,
o bien situadas en una insana dependencia emocional.
Y, por último, hay una historia
de amor homosexual, latente e
imprevista; pues, al igual que
las obras clásicas, son muchas
las posibles interpretaciones a
las que se presta.

El resultado es una película
memorable, con muchos guiños
a Buñuel, que, con esa mezcla
de surrealismo y alta sociedad,
en no pocas ocasiones, nos
recuerda a El ángel exterminador;
una obra grande a la
que, si se nos permite criticar
algo, es ese final que se nos
antoja excesivo en el que el
criado parece estar dispuesto
a repetir los mismos errores
que su amo cuando, si queremos
otros modelos de relación
menos injustos y más igualitarios,
se debería hacer todo lo
posible por superar.

Tags relacionados: Audiovisual
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

separador

Tienda El Salto