Contar la realidad con sonidos

En el documental de radio, así como en su equivalente audiovisual, el punto de partida siempre es la realidad. Texturas, paisajes sonoros y ruidos, dotan de poesía a esta disciplina.
Texto de Deborah Gros

11/11/11 · 12:47
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Además de un medio de información
y de comunicación, la
radio también es un espacio
de creación y experimentación.

Como el cine, la pintura
o la literatura, la radio tiene su
propio lenguaje, y el autor radiofónico
utiliza los elementos
de este lenguaje – la voz, el sonido
ambiente, la música, el
silencio– para contar historias,
sugerir atmósferas y crear espacios
o personajes, asumiendo
su propia subjetividad.

Huyendo del espacio cerrado
y protegido del estudio de
radio, el documentalista sale a
la calle micrófono en mano
para captar las voces y los sonidos
del mundo. Aunque el
resultado sea exclusivamente
sonoro, no deja de ser “visual”:

convirtiendo el material
auditivo en imágenes mentales
el oyente crea en su mente
su propia película.
Hoy en día existen concursos
y festivales dedicados a la creación
radiofónica en países como
México, Estados Unidos, Italia o
Francia, pero el documental sonoro
no deja de ser un género
marginal en el paisaje radiofónico
internacional. Sin embargo
gana terreno en la web, donde le
dedican espacio numerosas radios
online, liberadas de las restricciones
de la parrilla.

Un documental no se puede
realizar con la urgencia de un
boletín informativo. Impone
un ritmo más pausado: el de la
escucha. Y escuchar requiere
paciencia y regularidad. Cada fase
de la creación de un documental
sonoro, de la escritura a
la grabación, al montaje y la
mezcla de audio, puede durar semanas
omeses.

Cualquier situación puede
convertirse en materia interesante
a partir del momento en
que llama la atención y la curiosidad
del creador. En su documental
Higiene urbana, el
alemán Jonas-Raoul Witsch se
interesó por la vida cotidiana de
los trabajadores del servicio de
limpieza y los acompañó durante
sus rondas nocturnas captando
sonidos y testimonios
con el
objetivo de rehabilitar su palabra
y su labor. Para realizar
¿Quién conoció a Lolita? (Premio
Europa 2010 al mejor documental
de radio), Mehdi
Ahoudig se centró en un suceso
que pasó desapercibido en los
medios: una madre y sus dos hijas
fueron halladas muertas en
su piso de Marsella, pero más
allá de lo anecdótico del caso, el
documentalista investigó durante meses para sacar a la luz las
contradicciones de un barrio, de
una ciudad y de un destino.

La escritura radiofónica

El documentalista de radio procede
igual que muchos novelistas:
elabora la trama narrativa
de su historia a través de la documentación
y del trabajo de
campo. Las primeras grabaciones
que efectúa, junto a las
transcripciones de las mismas,
le sirven para distinguir con más
precisión las situaciones, los personajes
y los ambientes que forman
parte de la estructura del
documental. Busca testimonios
originales y sinceros que dan al
tema fuerza y poesía. La realidad
es inestable, cambiante; por
lo tanto, el proyecto se transforma
y el autor se adapta.
Poco a
poco aparecen escenas y secuencias
narrativas que el documentalista
va montando con un
programa de edición de audio
hasta llegar a la forma final de
su obra.

Así, en el documental Odile,
donde la realizadora francofinlandesa
Jenny Saastamoinen
cuenta en primera persona una
experiencia íntima (cómo su
madre la abandonó cuando era
niña), la autora reconstruye cronológicamente
su propia búsqueda
de la verdad entremezclando
conversaciones con sus
familiares y lecturas de la correspondencia
entre su madre y su
abuela. En la tipología que él
mismo ha establecido, el periodista
y autor radiofónico francés
Christophe Deleu menciona el
documental de ficción,
que mezcla
elementos reales: entrevistas,
archivos, captaciones de sonido
in situ y elementos ficcionales:
extractos de películas, grabaciones
en estudio con actores.

Un
buen ejemplo es Darwin:Un viaje
en el tiempo
(mención especial
en los Premios Ondas de radio
2010), emitido en Documentos
RNE.
Para contar la historia de
Charles Darwin, los realizadores
Mayca Aguilera, Ignacio Elguero
y Álvaro Soto recrean un imaginario
viaje hacia el futuro en una
nave espacial con un grupo de
auténticos científicos especialistas
en la obra del naturalista inglés.
Las intervenciones de los
“tripulantes” se mezclan con escenas
de la vida de Darwin interpretadas
por actores.

A menudo es muy difícil determinar
la frontera entre realidad
y ficción, y el documental, independientemente
del subgénero,
se sitúa en estos límites difusos.

Cuando el autorprocede a la grabación,
a la construcción y al
montaje del documental, decide
valorar parte de los hechos y
prescindir de otros. En este sentido,
por muy fiel a la realidad
que pretenda ser, cualquier trabajo
documental tiene un componente
de ficción.

Un mundo de sonidos

El documental de radio se caracteriza
por la riqueza y variedad
de sonidos que lo componen:
paisajes sonoros, composiciones
musicales, efectos y ambientes.
Estos elementos se
incorporan a la trama narrativa
guiando el oyente en su viaje:
sirven de respiración, de transición
y muchas veces cuentan
más que las palabras. En un documental
sobre la leyenda de la
Tarasca, un monstruo del folclore
provenzal, la autora australiana
Kaye Mortley da vida al animal
a través de sonidos: un
fuelle se convierte en su respiración,
los crujidos de un suelo
de madera en los movimientos
de su caparazón. Gracias a
estos elementos, cada oyente
construye su propia imagen de
esta criatura, porque el sonido
tiene algo mágico que nos lleva
a la infancia,
y aunque estemos
rodeados de nuevas tecnologías
que nos hacen cada vez menos
impresionables, el sonido conserva
su poder evocador: oímos
unos pasos... ¡y aparece el
monstruo! //

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comentarios

2

  • |
    anónima
    |
    06/04/2012 - 6:56pm
    Excelente nota........ Andres , desde Argentina Sonidero social www.radioculturadelsur.blogspot.com
  • |
    anónima
    |
    06/04/2012 - 6:12pm
    Son malos tiempos para la lírica. Sin embargo para la radio creativa parece que no. En los últimos años han surgido en este campo algunas propuestas originales. Desde hace poco más de tres años en Zaragoza una escuela de radio llamada TEA FM apuesta directamente por la creatividad y la experimentación sonora y radiofónica. TEA FM ha demostrado que el radiodocumental, la ficción sonora, los microespacios creativos y la radio experimental son posibles. Incluso en un panorama radiofónico tan anodino como el español. El intercambio, la cooperación entre medios y sobre todo las ganas de experimentar han conseguido que este proyecto se haya convertido en un referente de la creatividad radiofónica del estado español fuera de sus fronteras. Les invito a conocer este ilusionante proyecto que, además, organiza los próximos 19 y 20 de Abril el I Congreso Internacional de Radioteatro y Ficción Sonora. En www.teafm.net, facebook y twitter encontrarán amplia información.
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