ENTREVISTA CON BERND SCHUSTER
“Con el Madrid de los galácticos el fútbol dejó de ser la primera opción, y se hizo daño”

En un hueco antes de disfrutar de su otra pasión
deportiva, el hockey sobre hielo, y en vísperas de la
consecución del título de Liga, conversamos con Bernd
Schuster, entrenador del Real Madrid y flamante
campeón de la Liga 2007-2008.

15/05/08 · 0:00
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DESDE LA BASE. Formado en un
pequeño club de Augsburgo, Schuster
ha destacado por su elegancia e
inteligencia en el campo.

Formado en la calle,
Schuster comenzó
en el equipo de su
barrio augsburgués
para pasar, con 16 años, al
FC Augsburg, con el que estuvo
dos temporadas y fue
campeón de Baviera. Dos
años antes, en 1974, Alemania
se había proclamado
campeona en el Mundial del
que era anfitriona, en una final
contra la ‘Naranja Mecánica’
de Neeskens y Cruyff, y
en la que jugaban en la selección
germana Berti Vogts,
Beckenbauer, Müller…

DIAGONAL:¿Cómo vivió ese
momento?

BERND SCHUSTER: Era
muy joven todavía. Las dos
selecciones estaban quizá en
su mejor momento, era como
un Bayern de Múnich contra
un Ajax de Ámsterdam. Dos
equipos de una calidad impresionante.
Mi ídolo era
Beckenbauer, creo que fue el
primer Mundial que viví con
auténtica intensidad, porque
antes había sido el de México,
pero no era tan consciente. El
último partido, con el 2-1 para
Alemania, fue una final
preciosa.

D.: Aquel Mundial llegaba en
un momento especial, treinta
años después del final de la II
Guerra Mundial, veinte después
del primer Mundial ganado
por la República Federal
Alemana, y con la participación
de la República Democrática
Alemana. ¿Qué significó
para el país?

B.S.: Fue algo muy importante,
con una de las mejores generaciones
de jugadores que
ha tenido Alemania. Yo todavía
no tenía muy claro que en
el futuro también fuera a estar
allí, como aquellos futbolistas,
pero sí que veía a mis
ídolos. Para mí, como joven,
era muy impresionante.

D.: Holanda practicaba el ‘fútbol
total’: todos atacaban y todos
defendían… ¿Sigue vigente
ese modelo?

B.S.: Era un fútbol muy vistoso,
muy ofensivo, muy típico
de Holanda, que hasta
hoy ha mantenido este tipo
de jugadores, como Cruyff,
Neeskens o Rob Rensenbrink.
Pero que luego ha sido
el fútbol de Marco Van
Vasten, Gullit, Koeman,
Rijkaard, etc.; incluso, más
recientemente, de Van Nistelrooy
o Davids. Holanda
siempre ha sido un país con
un tipo de jugador especial,
muy atractivo.

D.: ¿Cuál era el estilo alemán?

B.S.: El alemán era temido
por su aspecto físico, unos
equipos muy duros, con ritmos
altos los 90 minutos, sin
desfallecer. Luego tuvimos
épocas más técnicas, con
Rainer Bonhof, Gerd Müller
o Stilike, y a continuación llegó
nuestra generación con
Matthäus, Littbarski, Völler.
Después de la de Beckenbauer,
yo creo que fue la mejor
generación. Somos un fútbol
diferente del holandés,
pero al final nos llevamos más
títulos…

D.: ¿Ese estilo se mantiene?

B.S.: Sí, porque es una virtud
que tenemos en Alemania,
y que creo que siempre
la vamos a tener. Lo que
sí que hemos perdido un poco
son esos jugadores técnicos,
que tuvimos generaciones
y generaciones. Tuvimos
un estancamiento y ahí es
donde estamos sufriendo un
poquito más ahora.

D.: ¿Y cómo fue su llegada al
Barça, qué se encontró aquí?

B.S.: Yo no conocía casi nada.
Sólo había jugado antes
dos veces contra equipos españoles.
Una contra el Real
Madrid, en un amistoso en
Bélgica con el Colonia, que
fue mi equipo en la primera
división alemana, y luego un
trofeo Gamper en Barcelona,
en el que jugamos la final
contra el Barça y perdimos en
la prórroga. Eran las dos únicas
experiencias que tenía, y
la verdad es que vine con poca
información. Tenía ganas
de conocer otro país, de conocer
otro ambiente. Lo más
importante para mí era que
quería jugar al fútbol y triunfar,
quizá lo más positivo es
que la mentalidad española
conectó muy bien con mi fútbol,
y también al revés, mi fútbol
gustó mucho a la gente, y
por eso sigo hoy aquí.

D.: Socialmente, ¿qué le pareció?

B.S.: Un país bastante diferente,
en Alemania estábamos
más avanzados, a pesar
de haber perdido una guerra.
Pero luego me he dado cuenta
que este país se ha ido recuperando
muy rápido en
muchas cosas, ha avanzado a
un ritmo muy fuerte.

D.: Antes hablaba de estilos
de fútbol, de Holanda o
Alemania, ¿cuál sería el modelo
propio del Real Madrid?

B.S.: Lo del Madrid es muy
claro, yo lo vi cuando jugaba
aquí. La historia del club es
que siempre ha intentado tener
los mejores jugadores del
mundo, durante muchas generaciones.

Entonces aquí sabes
que es necesaria una cierta
forma de jugar, que tiene
que ser vistosa, que guste a la
gente y que además sea efectiva,
que consiga ganar títulos.
Juntar esas cosas es importante,
hay que tener éxito
y a la vez practicar un fútbol
que guste a la gente. Puede
ser con un alemán, con un
brasileño, o con un holandés,
pero lo que se busca es gente
que tenga esa filosofía para
triunfar en el Real Madrid.

D: Y en esa filosofía, ¿dónde
encaja el jugador-márketing,
el modelo de equipo ‘galáctico’
que introdujo Florentino
Pérez?

B.S.: Ahí se cambió la mentalidad
del futbolista. El fútbol
dejó de ser la primera opción
y lo fue el márketing, y se hizo
daño. Lo más importante
es el futbolista, que tiene que
conseguir títulos, y a la gente,
al club y al público, sobre todo
a este último, le da igual
saber cuántas camisetas se
venden. El público quiere
buenos jugadores, que jueguen
bien, que piensen en el
equipo. Ésa es su prioridad, y
no la publicidad.

D.: ¿Y no cree que, actualmente,
existe una distancia
enorme entre el futbolista y el
aficionado que antes no era
tan grande?

B.S.: Sí, pero la vida cambia
y sigue, introduciendo cosas
que uno no puede parar. Por
supuesto que en nuestra
época nos sentíamos más jugador,
nos dedicábamos al
fútbol y no teníamos otras
cosas. Hoy para el jugador,
sobre todo en los equipos
grandes, todo se abre mucho
más, pero es algo que no se
puede evitar.

D: La Premier League tiene
actualmente un rendimiento
económico y un reconocimiento
por parte de los aficionados
al fútbol superior a la
Liga o al Calcio. En su opinión,
¿a qué se debe este éxito
del fútbol inglés?

B.S.: Yo creo que el fútbol inglés
tiene una mentalidad
propia. Lo que ocurre es que
también ha cambiado mucho.
Se ha invertido muchísimo
dinero y así se ha producido
un cambio enorme, sobre
todo por la introducción
masiva de jugadores extranjeros,
que son mayoría en los
tres o cuatro equipos más importantes
de la Premier. Para
mí eso no significa que sea la
mejor liga, pero sí la hace
muy competitiva.

D.: ¿Cree que hay alguna
competición que sea mejor
que otra?

B.S.: No, creo que hay
dos o tres por encima
del resto. Principalmente
la liga española
y la inglesa, que están
dominando en Europa,
y que tienen un nivel
muy alto de competición.
Aquí, en el conjunto de
equipos, existe un
nivel de competición
mucho
más
alto que
en la liga
inglesa, donde desde el cuarto
puesto para abajo no hay
excesivo nivel. Sobre el modelo
de fútbol, insisto en que
la influencia de los jugadores
y entrenadores extranjeros
ha sido enorme en Inglaterra.

D.: El fútbol proyecta en ocasiones
una imagen de violencia,
con peleas entre hinchadas,
actitudes racistas y
fascistas en algunos grupos
de aficionados. ¿Usted cree
que es reflejo de la sociedad,
o que es algo que se ha fomentado
desde los clubes?

B.S.: Creo que cada vez se está
mejorando más para que
la gente pueda ir tranquila a
ver un partido de fútbol.
Siempre hay cosas desagradables.
Yo aquí me siento
bastante seguro, aunque a
todos nos gustaría estar más
a gusto, abrir los campos,
quitar las redes de protección
de los fondos. En otros
países la cuestión es más
dramática, como en Italia.
Son cosas que hay que cambiar,
que pasan también fuera
del estadio. Es verdad que
no existe un control de este
fenómeno, pero cuando vamos
a Turquía o a Grecia hay
una violencia enorme, y entonces
te das cuenta que aquí
tampoco estamos tan mal.

D.: ¿Y por qué no se produce
en otros deportes?

B.S.: Cada deporte tiene un
tipo de afición. Por ejemplo,
el baloncesto es más tranquilo,
tú vas al pabellón y casi tienes
tu asiento como en un
avión. En cambio al fútbol
van muchas más personas,
los estadios son enormes, hay
muchos sitios por donde moverte.
Pero bueno, también he
visto los pabellones de baloncesto
en Atenas y eso es otro
mundo. Aunque es verdad
que las aficiones lo suelen llevar
bien. Estas cosas dependen
de la gente, del modelo
de aficionado, del tipo de público.
Fíjate en el respeto que
hay en el tenis, el silencio…
En fútbol esto es imposible,
es un deporte que mueve mucho
y que se mueve mucho.

D.: ¿De qué fútbol ha disfrutado
más?

B.S.: Siempre he disfrutado
con el fútbol, desde que tenía
14 años hasta ahora. De
los entrenamientos y de los
partidos, pero sobre todo de
hacerlo bien. A mí me gustaba
mucho entrenar con
público, para motivarme y
hacer cosas buenas, cada
vez más difíciles.

D.: Para terminar, ¿cuál es el
partido que todavía tiene
grabado?

B.S.: La verdad es que tengo
varios. Pero recuerdo muchísimo
la final de la Copa
del Rey con el Atlético de
Madrid, en el Bernabéu, en
el año 92, contra el Real
Madrid. No sólo por meter
uno de los dos goles (el otro
fue de Futre, ganamos 2-0),
sino por toda la emoción del
momento.

LA DIFÍCIL
RELACIÓN CON
LOS MEDIOS

_ D: ¿Por qué es tan complicada
la relación con los medios
de comunicación?
B.S.: Porque pensamos de
otra manera. Nosotros tenemos
mucha responsabilidad,
tenemos informaciones que
los medios no tienen. Entonces,
si los medios no tienen
conocimiento de muchas
cosas, pues tampoco tienen
mucha capacidad de opinar.
Falta profundizar, y de hecho
cuando estás más tiempo
con un periodista, y hablas
más en profundidad, te reconoce
«pues tenías razón»,
eso es lo que pasa.

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