Cinco distopías, cinco futuros

Las distopías han creado todo tipo de futuros
posibles. Analizamos cinco de ellas, no
demasiado conocidas, que alertan a la sociedad
actual de las negras amenazas que se ciernen.

31/07/09 · 12:55

Contra la pureza

A finales de la década de 1980,
dos fenómenos eliminaron de
raíz el contenido político de la
ciencia ficción: los últimos coletazos
de la Guerra Fría y la mercantilización
de la industria del
entretenimiento. Las distopías a
la vieja usanza desparecieron, y
no repuntaron hasta principios
del siglo XXI, de la mano de autores
provenientes del ámbito
de la literatura general, como
Walter Mosley o Margaret
Atwood. Así pues, China
Montaña Zhang (1992) quedó
para los anales como una rara
excepción. China Montaña
Zhang se ha operado para acentuar
sus rasgos orientales en
unos Estados Unidos dominados
por la nueva hiperpotencia,
China, que se le ofrece como
una gran oportunidad laboral y
vital reservada sólo para los chinos
puros. La novela es un sincero
alegato contra la homofobia
y la represión racial e ideológica
que merece la pena leer.

Los juegos del hambre

Apenas se habla de la novela juvenil
como herramienta de reflexión
política, aunque hay
ejemplos muy interesantes, como
Graceling, de Kristin
Cashore, Los ojos de un rey, de
Catherine Banner, y la novela
que nos ocupa, la más satisfactoria
de las tres. En un futuro
postapocalíptico, los Estados
Unidos son un conglomerado de
doce distritos, controlados desde
el Capitolio, y cuyo único nexo
de unión son los Juegos del
Hambre, una especie de reality
show consistente en que 24 jóvenes
(dos por cada distrito) se
batirán en un duelo a muerte en
el que todo vale. La metáfora
acerca del poder manipulador y
alienante que ejerce el poder a
través de los medios de comunicación
es evidente.

El último ser humano

La escritora Margaret Atwood,
por medio de una distopía futurista,
hace un análisis crítico del
uso de la ingenería genética con
fines comerciales, y de la polarización
de las clases sociales. En
esta obra se nos narra la historia
de Jimmy, el último ser humano
en la tierra, autodenominado
Hombre de las nieves, ya que el
resto de seres son las consecuencias
de cruces por medio de la
manipulación genética entre
animales y humanos. Por medio
de flashbacks descubriremos la
relación de Jimmy con su amigo Crake y la fascinante Oryx, siendo
estos últimos los causantes
de estos nuevos seres humanos.
Una obra que no dejará a nadie
indiferente, que te atrapa por su
lirismo pero que a la vez sacude
la conciencia, reflexionando sobre
la condición humana, la
ciencia y su poder transformador
corrompidos por el mercantilismo
salvaje.

Cazadores de luz

La obra se desarrolla en un futuro
no muy lejano donde las diferencias
sociales están llegando
a su máxima expresión, con una
sociedad estratificada hasta límites
insospechados en la que
el nivel social de cada persona
se ve reflejado por la primera letra
de su apellido: cuanto más
lejano de la Z y más cercano a la
A mejor será su posición. El capitalismo
ha impregnado todas
las facetas de nuestra vida. Cada
persona se ha convertido en
vendedor y comprador y todo
son transacciones, incluidas las
relaciones de pareja. En este escenario
veremos la caída social
y viaje interior del protagonista,
MallicK, el cual nos mostrará el
sin sentido de una sociedad dirigida
por el capitalismo feroz.

Degradación ambiental y humana

John Burner hace una extrapolación
de todos los desmanes
que el hombre está haciendo al
medio ambiente, y nos presenta
un futuro donde todas las posibles
consecuencias de este ataque
al ecosistema se hacen realidad.
Por ello la mortalidad se
dispara, sobre todo entre los
más pequeños, la mayor parte
de la gente se ha quedado esteril,
todo está contaminado. En
esta obra coral se nos irá mostrando
como la degradación ambiental
va de la mano de la degradación
humana. Burner consigue
esta gran obra denuncia
sin caer en el panfleto. Por lo
que, por un lado, es uno de los
mayores alegatos ecologistas de
la literatura prospectiva, y por
otro una de las distopías más redondas
del siglo pasado.


El eternauta (1957).
Buenos Aires vive una
mortífera invasión alienígena. Juan Salvo, su familia
y amigos tratan de combatir a un enemigo inalcanzable.
¿Metáfora del imperialismo? ¿Premonición
de la dictadura? Imposible preguntar a su
guionista, Oesterheld, desaparecido en 1977.


1984.
Hace 60 años, en una Europa desangrada y
en plena Guerra Fría, George Orwell publicaba esta
fábula acerca de un mundo inquietantemente
parecido al nuestro. Orwell mezcló ciencia-ficción
y crítica política para lograr una irónica profecía
sobre un futuro vigilante y opresor.


"1) Un robot no debe dañar a un ser humano.
2) Debe obedecer las órdenes que le son dadas por
un humano, excepto si entran en conflicto con la
primera Ley. 3) Debe proteger su existencia, hasta donde no entre en conflicto con la 1ª o 2ª Ley". Isaac Asimov (1942), Leyes de la robótica.

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