EL MARCAPÁGINAS
Chuck Palahniuk:pronúnciese Pola-nik

Ote fascina o la detestas. Así es la literatura de Chuck
Palahniuk (Pasco, Washington, 1964), el nuevo
profeta del dios Desencanto, que desde el púlpito
que conforman sus ocho libros nos da cuenta de vivencias
de personas aparentemente normales (sólo aparentemente)
en el ‘corazón de la bestia’, para atravesarlo desde lo cotidiano.
Es el falso profeta de un dios que tiró al retrete pequeños
caimanes domesticados que ahora aparecen dando
dentelladas, aunque a ciegas. Y sus seguidores ya se cuentan
por miles.

13/06/06 · 21:24
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Ote fascina o la detestas. Así es la literatura de Chuck
Palahniuk (Pasco, Washington, 1964), el nuevo
profeta del dios Desencanto, que desde el púlpito
que conforman sus ocho libros nos da cuenta de vivencias
de personas aparentemente normales (sólo aparentemente)
en el ‘corazón de la bestia’, para atravesarlo desde lo cotidiano.
Es el falso profeta de un dios que tiró al retrete pequeños
caimanes domesticados que ahora aparecen dando
dentelladas, aunque a ciegas. Y sus seguidores ya se cuentan
por miles.

“Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y
sin objetivos. Nuestra gran depresión es nuestra vida.
Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día
seríamos millonarios, dioses del cine o
estrellas del rock. Pero no lo seremos. Y
poco a poco lo entendemos. Lo que hace
que estemos muy cabreados.” Es una
de las frases de Tyler Durden, protagonista
de El club de la lucha, la primera
novela publicada por Palahniuk, que
le convirtió en un escritor famoso tras
el éxito de la adaptación cinematográfica
realizada por David Fincher.

Se le ha acusado de nihilista, pero
Palahniuk recoge lo que tiene a su
alrededor, sus vivencias, sus descubrimientos
(dice que le encanta la
fase de buscar y documentarse) y
les saca punta; con inteligencia y
dosis de humor, nos lo presenta
con todas sus contradicciones, a
veces a modo de estribillo martilleante.
El lenguaje que utiliza
es duro, rápido, sin concesiones,
utiliza los adjetivos imprescindibles
y sí hace hincapié
en los verbos. Se le suele
etiquetar como un autor que
escribe para los que no leen:
“ese Lector MTV que no lee
literatura, lee Palahniuk”. Y
se le intenta encajar en una
generación de nuevos escritores,
junto a David
Foster Wallace, Michael
Chabon o Jonathan Lethem, autores
que crecieron en los ‘80, influidos por los nuevos
medios de comunicación y las crisis a escala global, pero
que ven que el sueño americano es una farsa.

Chuck Palahniuk se graduó en 1986 en la Escuela de
Periodismo de la Universidad de Oregón, en Portland, donde
ha pasado toda su vida, trabajando en una fábrica de camiones
contenedores, haciendo de acompañante de enfermos
terminales, escribiendo pequeños reportajes... pero
no se decidió a lanzarse a novelar hasta que asistió a los
cursos literarios de Tom Spanbauer (escritor de El hombre
que se enamoró de la luna). Desde entonces sus obras han
sido: El club de la lucha (1996), novela que le encumbró
tras recibir el rechazo de varios editores y que fue la segunda
en escribir, ya que Monstruos invisibles es anterior pero
no publicada hasta 1999. Después vinieron las otras novelas:
Superviviente (1999), Asfixia (2001), Nana (2002) y
Diario (2003), finalizando su obra por ahora con Error humano
(2005), una colección
de reportajes, entrevistas
y vivencias, y el libro
de relatos Haunted
(no editada aún en castellano).

Como antecedentes
del ‘estilo palahniuk’ podemos
decir que antes
estuvieron Anthony Burgess o Boris Vian y, más recientemente,
Don de Lillo y Kurt Vonnegut, pero, según cuentan
las malas lenguas, su registro va a ir dando un giro hacia el
suspense psicológico.

“Hasta ahora, el tema de la identidad había sido el motor
de todas mis historias. Recuerdo que en una lectura pública,
hace un par de años, un tipo se levantó y me espetó que
cuándo pensaba cambiar de rollo. Parecía que me obsesionaba
la crisis del individuo y era incapaz de intentar algo
diferente”, comentaba hace unos meses. En esas lecturas
públicas siempre tenía cabida el relato Glups, que ha producido
el desmayo de casi 70 personas por su desgarrada
descripción de varias formas de masturbación y otros hábitos
privados. Palahniuk, como profeta de lo escondido, de
la rabia casera, tiene aún mucho que contar.

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