DESARROLLO DE UN MODELO DUAL DE CIUDAD
America’s Cup: el deporte de los ricos invade Valencia

Muchos medios de comunicación han señalado que la
Copa de América ha pasado inadvertida. No en vano,
la vela no está al alcance de cualquiera. De hecho, tres
aspectos caracterizan a este evento deportivo tan
publicitado: urbanismo, élite y seguridad.

08/05/07 · 18:53
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COSTA CASTIGADA. La America’s Cup conlleva una remodelación urbana

La alcaldesa de
Valencia, Rita Barberá,
y el presidente
de la Generalitat
Valenciana, Francesc
Camps, ambos pertenecientes
al Partido Popular, brincaron
de alegría al hacerse
pública, el 26 de noviembre
de 2003, la elección de
Valencia como ciudad-sede
de la Copa de América, el torneo
de vela que comenzara
en 1851. El consorcio
Valencia 2007 pagó a los organizadores
90 millones de
euros en concepto de canon.
La noticia venía de perlas para
la agenda de megaproyectos
del PP en el País Valenciano:
la Ciudad de la Artes y
las Ciencias, Terra Mítica, la
Ciudad de la Luz o la visita
del Papa (el conjunto de estos
proyectos ha sido objeto
de escándalos de diversa envergadura,
como el caso de
las facturas falsas de Terra
Mítica). Además, el proyecto
se adaptaba perfectamente a
la agenda electoral: la parte
más jugosa de la competición
se desarrollaría en estos meses
de 2007, es decir, en plena
campaña electoral autonómica,
en la cual el PP da
muestras de intranquilidad
ante la posibilidad de perder
el poder que, con mano de
hierro, ha ejercido en los últimos
doce años.

Urbanismo

Las actuaciones más polémicas
del PP valenciano han sido
en el fructífero campo del
urbanismo. La costa valenciana
ha sido severamente
castigada por unas políticas
depredadoras hacia el territorio,
tal como denunció en
un informe de la UE un grupo
de diputados del Parlamento
Europeo en una reciente
visita, censurada ferozmente
por el PP, a diferentes
puntos de la costa
valenciana. La ciudad de
Valencia, con Rita Barberá a
su cabeza, no ha escapado a
la lógica del ladrillo. Y la
Copa de América ha sido uno
de los puntos fundamentales
de esta remodelación.
“Valencia está muy bonita”,
aducen desde el PP. El
Ayuntamiento está potenciando
una dualidad en lo
que a urbanismo se refiere,
responden arquitectos, urbanistas
y economistas. En realidad,
el modelo actual del PP
de Camps y Barberá sólo ha
tratado de superar el modelo
Benidorm de Eduardo Zaplana
con el modelo Florida
de nuevo cuño.

La dualidad de Valencia se
observa frente al gran hotel
de lujo que ha sustituido al
antiguo complejo de Las
Arenas, donde persisten las
casas de los barrios marítimos
de El Cabanyal. Desatendidos
durante años de forma
intencionada por el Ayuntamiento,
los barrios que
viven de cara al mar han sido
objeto de un mobbing de las
instituciones de cara al proyecto
de ampliación de la
avenida Blasco Ibáñez, que
supondría la destrucción del
precioso barrio de El Cabanyal-
Canyamelar. Pero no
son precisamente los maltratados
vecinos de El Cabanyal
los más perjudicados por este
evento internacional. Los
vecinos de La Punta fueron
salvajemente desalojados,
sus casas y cultivos destruidos,
por el proyecto del
Ayuntamiento de ampliación
del puerto con una Zona de
Actividades Logísticas (ZAL).
Ahora, en lo que era el puerto
de Valencia se encuentra
el enorme recinto preparado
para la Copa del América,
con puerto deportivo, paseo,
tiendas, ocio y diversión.

Élite

Si la publicidad en los medios
de comunicación ha sido intensa,
no tanta ha sido la repercusión
social de la Copa
de América. Caracterizado
por ser un deporte exclusivo
para una minoría, muy en
sintonía con el PP valenciano,
los competidores pertenecen
a selectas élites de todo
el mundo. Entre los enormes
gastos del evento figuran
las familias de los cientos
de regatistas, ingenieros, mecánicos,
directores de marketing,
relaciones públicas y
diseñadores de ingeniería de
vela que componen, entre
otros, los 12 equipos. Todo
ello exige la construcción de
nuevos colegios privados
multilingües cercanos a las
urbanizaciones de lujo destinadas
a esta élite. Esto incluye
además fiestas privadas de
lujo para círculos reducidos,
desfiles de las diferentes marcas
patrocinadoras, etc.

Se equivoca quien piense
que verá algo de la competición
desde las instalaciones
de la America’s Cup en el
puerto. Mejor será seguirla
desde el sofá, ya que los únicos
que disfrutarán de las regatas
serán aquellos que dispongan
de alguno de los 20
megayates de lujo que alberga
el recinto. El lujo, evidentemente,
se paga caro: 1.961
millones de euros (aportados
por la Generalitat Valenciana
y la Administración central),
destinados mayoritariamente
a las instalaciones del
puerto, según el Informe de
Impacto Económico de la
America’s Cup presentado el
pasado marzo.


SEGURIDAD

La psicosis securitaria
inunda la America’s
Cup. La celebración
del evento ha supuesto
el mayor despliegue
de seguridad de la historia
del País Valenciano:
más de 2.000
agentes (policías locales
y nacionales, Guardia
Civil, Armada, Marina
Mercante y
seguridad privada). La
Armada proporciona
tres embarcaciones
(un buque cazaminas,
un helicóptero y un
equipo de detección
de explosivos). La Policía
Nacional aporta
910 agentes, dos helicópteros
y una embarcación.
Junto a otras
generosas aportaciones,
en total cinco helicópteros
y 24 embarcaciones,
además de
las motos acuáticas de
la Benemérita o los
perros olfateadores.
Todo ello sin contar la
vigilancia de 24 horas
al día del recinto completo
a través de 200
cámaras, micros de
escucha, barreras de
infrarrojo y sistemas de
detección volumétrica,
además de controles a
los vehículos con
mecanismos de detección
de explosivos y el
sónar de alerta ante
cualquier intromisión
submarina en la franja
marítima. Y por
supuesto, los controles
a cada persona que
pretenda acceder al
recinto. La entrada
libre, pero filtrada.

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