Del 21 al 28 de agosto, el reggae se da cita en la Comunidad valenciana
De los Alpes a Benicàssim, el Rototom se reinventa

Una ‘crew’ de aficionados al reggae dio lugar, en los años ‘90, a uno de los festivales reggae más importantes de Europa, el Rototom Sunsplash , que este verano desembarca en Castellón.

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20/08/10 · 14:33
Edición impresa

El festival europeo Rototom
Sunsplash se instala en Benicàssim:
“Lo elegimos como un
primer puerto de aterrizaje, para
que la gente que está acostumbrada
al parque sombreado
y agradable de Osoppo no se
encontrara en un sitio ruin”, comentan
sus organizadores.

Este éxodo desde el precioso
parque del Rivellino, en la región
italiana del Friuli, donde
se había mantenido 16 años,
obedece a motivos políticos.
“El partido de derechas está
muy aliado con la Liga Norte,
una fuerza política xenófoba
que asusta a la gente mostrando
a los extranjeros como quienes
roban el trabajo. El propio
Berlusconi dijo ‘no quiero un
mundo multiétnico, quiero
Italia con sus tradiciones, su
iglesia...’. Con esa perspectiva,
el festival demuestra, con su
presencia, que el mundo multiétnico
es posible y mejor”, dicen
sus organizadores.

La tolerancia del festival hacia
las drogas ‘blandas’ ha sido
el argumento para perseguirlo.
“El nuestro es un festival
antiprohibicionista en el
sentido de que ha intentado
demostrar cómo la política de
guerra contra las drogas produce
efectos nefastos. Nos hemos
aliado con una asociación
italiana como Forum Droghe
y hemos intentado hacer comprender
cómo las leyes vigentes
producen el efecto contrario:
Italia invadida por las drogas
duras”. Que sean partidarios
de su despenalización no
significa que incentiven su
consumo: “El mensaje es que
cada persona tiene la libertad
de decidir sobre su vida.
Después está el aspecto educativo
de informar a un joven
de que no se bromea con estas
sustancias”.

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Imagen de la edición de 2009 del festival Rototom. Foto: Luca d’Agostino

Aunque creen que la razón
de fondo ha sido otra. “El verdadero
problema es que no
quieren un pueblo multiétnico
y en nuestro festival más de la
mitad son extranjeros. Ese empeño
de la organización contra
el racismo fue el problema”. La
UNESCO ha calificado el festival
Rototom como Acontecimiento
Emblemático del Decenio
Internacional para una
Cultura de Paz y No Violencia
y ha fundamentado el traslado
a Benicàssim. “Entendimos
que estaba en un punto de no
retorno. Después de eso, sólo
podría haberse hecho un festival
combativo, pero ése no es
el sentido o la filosofía del festival,
que no quiere la guerra,
quiere una lucha muy intelectual
y no física o política”.

Veto a Coca Cola

Otro de los aspectos que distinguen
a Rototom es la autogestión.
“Ya desde el primer año la
filosofía del festival era muy crítica
con las multinacionales, sobre
todo con aquellas que trabajan
con armas y explotan al
tercer mundo. De primeras no
aceptamos el patrocinio de
Coca Cola. Fue un escándalo
para ellos. La fórmula es buena
porque si no obtienes 1.000 de
Coca Cola, obtienes 2.000 del
público. Por eso ahora está
completamente financiado por
el público, que tiene un sentimiento
de apoyar el festival: no
paga para escuchar música, paga
para que esta realidad exista
y se desarrolle. Nuestro público es muy fiel y aumenta cada año”.

Su elección de un público
más consciente les hace preferir
una asistencia más limitada
frente a un público de masas.
“A mí me preguntaron, ¿tú quieres
que el festival alcance los
50.000 asistentes? Si son de
nuestro pueblo, con la filosofía
del festival, sería excelente. El
riesgo es que haya personas que
paguen pero que no tengan esta
filosofía. Nosotros no queremos
eso. Los debates y encuentros
podrían no tener éxito si se tratara
de público que está más interesado
en beber una cerveza
que en escuchar un debate”.

La programación cultural
no se restringe a debates o actuaciones,
pues replantean la
relación artista-público en términos
de proximidad en la
Reggae University; nos aproximan
al pueblo africano en
African Village o al culto rasta
en la House of Rastafari; se
implican en la lucha por la
sostenibilidad (“claro que el
festival tiene un impacto ambiental
muy fuerte, por eso
pedimos a la gente la máxima
atención para no producir
contaminación. Y nosotros
debemos realizar nuestra parte
primero”; permiten a los niños
disfrutar en Mágico Juego,
desarrollar la creatividad
en el Simposio Artístico o profundizar
en el conocimiento
de nuestro cuerpo en Vivir la
Energía.

¿Cómo ha sido la acogida a
escala local? “Durante meses
fuimos encontrándonos con
todos los promotores y proponiéndoles
trabajar con nosotros.
En un primer momento
fue un poco extraño para
ellos, porque están acostumbrados
a que la organización
de los grandes festivales sea
hermética. Ahora que lo han
entendido bien, no sólo queremos,
sino que necesitamos el
trabajo de todos”.

El escepticismo inicial termina
por aparcarse cuando
prevalece el afán de hacer crecer
entre todos una escena saludable.
“El festival no es un
evento italiano que quiere desarrollarse
en España, sino
que quiere alimentar y hacer
crecer un festival español. Yo
diría que no es muy difícil, porque
todas las personas que
estamos encontrando no trabajan
por dinero, son apasionados
de la música y creen en
los mismos ideales y valores
que tenemos. Así es más fácil
encontrar un acuerdo y espacio
para todos”

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