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Último ensayo ante Escocia

La selección española de rugby femenino se clasifica para el Mundial de Irlanda.

02/12/16 · 8:00
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Imagen del partido España-Escocia. / Javier de Frutos

Existe un lugar en el campus de la Universidad Complutense donde el otoño se asemeja a ese estallido de colores que anuncian los suplementos dominicales. Las hojas muertas invaden las aceras y, entre la confusión de tonos, sobresalen rojos intensos que desmienten cualquier aproximación timorata al cromatismo vegetal. Los árboles pueden ser violetas: las cortezas suelen tener mil colores que van variando según se los describe.

Ese lugar es el estadio Central de la Universidad Complutense y semejantes elucubraciones pueden sobrevenir un día de lluvia como el pasado sábado 26 de noviembre. Es más: el hipotético traslado a un otoño norteño puede verse agudizado si el paseante accede a este estadio a las 13 horas del 26 de noviembre de 2016, en el preciso instante en el que suena el himno de Escocia.

El partido de rugby femenino España-Escocia dilucidaba qué selección lograría una plaza para el Mundial que se celebrará en Irlanda en agosto de 2017. De modo que el estadio, pese a la amenaza constante de una tromba de agua, ofrecía una entrada generosa. No faltaba un nutrido grupo escocés; tampoco un aficionado empeñado en imitar el rugido de un león: su manera de animar a las leonas, como se conoce al equipo español.

Incluso a ojos de un neófito, el partido mantuvo la emoción contagiosa de los encuentros en los que quienes juegan han depositado buena parte de sí mismos. Si hubiera que elegir una perspectiva, la adoptada por las jugadoras suplentes de uno y otro equipo resume la intensidad de lo vivido: entrenaban en los fondos con la mirada en cada jugada y acompañando con sus voces cualquier evolución que anunciara la posibilidad de un ensayo.

Ida en Glasgow

El resultado del partido en el Central de la Complutense (España, 15 - Escocia, 10) colocó a las actuales campeonas de Europa en el Mundial de Irlanda, y dejó a Escocia, donde el rugby forma parte de la cultura cotidiana, abrazada en el centro del campo, algo perpleja ante ese escenario tan parecido al propio. Olor a hierba húmeda, barro y tarde de paraguas.

La ventaja lograda por el equipo español en la ida en Glasgow (5-10) fue determinante, pero no concedió un instante de calma en el partido de vuelta. Las jugadoras escocesas necesitaban un ensayo más, un impulso que igualara el marcador global de la eliminatoria, y durante todo el encuentro mantuvieron el empuje de quien cree que aún es posible. Sólo en los minutos finales parecieron resignarse a no viajar a Dublín.

El juego condensó los ingredientes de un deporte en alza. En la contundencia de cada ensayo, en la fuerza controlada de cada melé y en el silencio del público ante una hipotética transformación queda reflejada la gramática del rugby, donde cabe apreciar un choque corporal sin adjetivos, ajeno a la retórica de otros deportes contagiados por la estética audiovisual y sus eternas tertulias.

Algo noble ocurre en el avance de cada equipo: la posibilidad de lograr un ensayo corriendo con el balón en solitario es improbable, por lo que la jugadora tendrá que contar siempre con quienes avanzan junto a ella y ejecutar pases laterales. Nunca se puede pasar hacia adelante. Es ésta una obviedad del rugby donde tal vez resida su esencia: en la aparente confusión del quince contra quince sólo cabe el juego colectivo.

Invasión de campo

Cuando se aproximaba el final, el partido estuvo detenido porque una jugadora tuvo que ser atendida por la asistencia médica. El comentarista –que también cumplía las funciones de animador– aprovechó entonces para recomendar al público asistente que no invadiera el terreno de juego al término del encuentro.

Primero utilizó argumentos que a él mismo parecían no convencerle. "Está mojado", dijo sin que quedara muy claro si lo decía en serio. Pero luego se empleó con un discurso más elaborado, en el que recordó lo mucho que cuesta mantener el terreno de juego de un campo de hierba en condiciones adecuadas.

Terminado el partido, el público invadió el campo. Lo hizo poco a poco, como si no quisiera contrariar al speaker. En el bar del estadio, un bello establecimiento detenido en el tiempo, seguía oliendo a tarde de rugby.

Marina Bravo fue la autora del último ensayo ante Escocia.

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